La amortización contable creciente es un método de depreciación acelerada de un activo fijo en el que se asigna una mayor cantidad de gasto a los primeros años de vida útil del activo, disminuyendo el monto anual en los años siguientes. Esto resulta en una reducción más rápida del valor contable del activo. Lo cual es beneficioso para fines fiscales y contables. El objetivo es reflejar con precisión la reducción en el valor del activo fijo a medida que avanza su vida útil.
La amortización contable creciente es un método que se utiliza para depreciar un activo fijo de manera acelerada. En este proceso, se asigna una mayor cantidad de gasto en los primeros años de vida útil del activo. Lo que implica que su valor contable se reduce más rápidamente y esto es ventajoso tanto desde una perspectiva fiscal como contable. El objetivo principal es representar con precisión la disminución en el valor del activo a medida que el mismo avanza por su ciclo de vida.
Para calcular la cuota de amortización en una amortización contable creciente debes tener presente distintos factores como son el costo inicial del activo y su vida útil estimada. Asimismo debes considerar el tipo impositivo y las variaciones en los montos permitidos por normativa tributaria. Por otro lado, podemos ilustrar cómo funciona este método mediante un ejemplo práctico, mostrando cómo sería aplicado en diferentes casos donde tengamos diversos tipos de activos fijos.
En resumidas cuentas, la amortización contable creciente te permite reducir más rápido el valor contables de tus activos fijos al asignarles mayor cantidad de gasto durante sus primeras etapas y menos durante las restantes. Esto te beneficia desde una perspectiva fiscal y contable al permitirte reflejar con más precisión los cambios experimentados por tus bienes ante el uso diario o debido a factores como la depreciación u obsolescencia tecnológica que afectan continuamente a tus inversiones empresariales.
Cómo calcular la cuota de amortización en una amortización contable creciente
La cuota de amortización es la cantidad que se va a deducir periódicamente del valor de un activo fijo o intangible en una empresa. En la amortización contable creciente, esta cantidad varía con el paso del tiempo, ya que el porcentaje aplicado sobre el valor contable del activo aumenta de manera progresiva.
Para calcular la cuota de amortización en una amortización contable creciente, se debe seguir los siguientes pasos:
- Determinar el valor inicial del activo. Este valor es el precio original que pagó la empresa por adquirirlo.
- Calcular el número total de periodos en los que se realizará la amortización. Para hacer esto, se debe conocer qué método de cálculo utilizará la empresa y su duración total. Por ejemplo, si se utiliza el método lineal y la duración es de 5 años, habrá 5 periodos.
- Establecer las tasas de depreciación incrementales para cada uno de los periodos. Se deben multiplicar las tasas porcentuales establecidas previamente por el valor contable correspondiente.
- Calcular las cuotas anuales decrementales. Para esto, se debe restar la tasa correspondiente al periodo actual del 100% y dividir este resultado entre el número total de periodos restantes.
- Obtener cada una de las cuotas anuales decrecientes correspondientes a cada uno de los periodos. Este cálculo se hace multiplicando la tasa decreciente por el saldo no amortizado al inicio del período.
- Sumar todas las cuotas anuales decrecientes calculadas para obtener la cuota total de amortización en una amortización contable creciente.
En resumen, para calcular la cuota de amortización en una amortización contable creciente es necesario conocer el valor inicial del activo, establecer las tasas de depreciación incrementales para cada periodo y calcular las cuotas anuales decrementales correspondientes a cada uno de los periodos. Una vez hecho esto, se suman todas las cuotas anuales decrecientes calculadas para obtener la cuota total de amortización.
Un ejemplo práctico de amortización creciente
La amortización creciente es un método de pago que se utiliza en los préstamos hipotecarios. A diferencia de la amortización constante, en la cual los pagos mensuales son siempre los mismos, en el modelo de amortización creciente, las cuotas varían a lo largo del tiempo.
Veamos cómo funciona este método con un ejemplo práctico: imagine que usted ha solicitado un préstamo hipotecario por valor de $100.000 a pagar en 20 años, con una tasa anual del 5% y una cuota mensual constante. Al elegir la amortización creciente, sus primeras cuotas serán más bajas que en el modelo de amortización constante.
En este caso, la primera cuota será de aproximadamente $660. Luego, mes tras mes verá una ligera aumento en esa cifra. A medida que pasa el tiempo y se acerca al final del plazo del préstamo hipotecario (el vigésimo año), las cuotas mensuales se acercarán cada vez más al valor total adeudado.
Este modelo le beneficia especialmente si necesita utilizar sus recursos financieros para otros gastos importantes durante los primeros años del préstamo. Esto es así porque durante estos años tendrá que hacer pagos menores debido a la baja cantidad correspondiente a intereses generados.
Por otra parte, el monto total pagado por intereses es menor para este tipo de modelaje debido a su naturaleza variable. En comparación directa con un proceso de amortización constante o simplemente plazas cortas (como lotes urbanizados), se genera una reducción importante en el pago total deducido como interés.
En conclusión, la amortización creciente puede ser muy ventajosa si desea hacer pagos menores al principio para luego ir ajustándose a una cuota mayor o si necesita planear sus finanzas en el corto plazo. En cualquier caso, es necesario evaluar cuidadosamente sus necesidades financieras antes de tomar una decisión sobre qué modelo utilizar en su préstamo hipotecario.