Credit Crunch

«Credit Crunch» o «restricción crediticia» se refiere a un fenómeno económico donde existe una disminución súbita en la disponibilidad de préstamos o créditos en los mercados financieros. Esto puede ser principalmente debido a que las entidades crediticias incrementan sus requisitos para conceder financiamientos, volviéndose más selectivas y cautelosas, dificultando el acceso a capital para inversión o consumo.

En los paisajes financieros siempre vibrantes y a veces impredecibles, a menudo surgen términos clave que definen un fenómeno específico. Uno de estos es el «Credit Crunch». Un término que puede sonar extraño o incluso intimidante para algunos, pero que tiene amplias implicaciones en la erudición económica y las realidades empresariales cotidianas. En su forma más sencilla, «Credit Crunch», o como lo denominamos en español – «restricción crediticia», significa que conseguir un préstamo se vuelve mucho más difícil de lo habitual.

Se podría comparar con ir a una fuente habitualmente llena de agua y descubrir de repente que apenas hay un goteo. Este fenómeno ocurre cuando los bancos y otras instituciones crediticias, las posibles fuentes de este ‘agua financiera’, deciden apretar el grifo del crédito por razones varias. Esto se refleja en una disposición reducida para prestar dinero y unos requisitos más estrictos para obtener financiamiento.

Este paulatino cierre del acceso al capital financiero puede pasar desapercibido en el día a día, pero sus efectos son palpables tanto en la macroeconomía como en nuestras finanzas personales. En los próximos apartados nos adentraremos en situaciones reales donde el Credit Crunch ha jugado papeles relevantes,examinaremos casos concretos tanto en Estados Unidos como debido a algunos puntos reveladores dentro del marco comunitario europeo. Así podremos entender mejor este fenómeno y cómo puede afectarnos tanto personalmente como globalmente.

Ejemplo de Credit Crunch

El concepto «credit crunch» puede parecer algo abstracto hasta que lo vivimos por nosotros mismos o a través de un ejemplo real. Uno de los casos más ilustrativos, y que ha dejado una huella en la historia económica reciente, es el que se vivió durante la crisis económica mundial del 2008.

Para comprender con precisión cómo se desarrolló este credit crunch, debemos remontarnos a los años previos al 2008. Durante este período, muchas entidades financieras en Estados Unidos otorgaban préstamos hipotecarios de alto riesgo a personas con poca solvencia, conocidos como «subprime mortgages». Este comportamiento desmedido fue impulsado por una cultura optimista que creía que los precios de las propiedades seguirían aumentando indefinidamente.

Con todo, cuando empezaron a subir las tasas de interés en 2006 y 2007, muchos dueños de bienes raíces no pudieron cumplir con sus pagos mensuales. Esto llevó a un aumento agudo en las ejecuciones hipotecarias y el consecuente colapso del mercado inmobiliario. Debido a esto, muchos bancos e instituciones financieras acumularon pérdidas enormes ya que poseían grandes cantidades de estos préstamos incobrables.

Este evento desató lo que conocemos como un credit crunch. Temerosos del riesgo financiero creciente y ante la imposibilidad para vender activos hipotecarios tóxicos, los bancos restringieron severamente su disposición para dar créditos. Y no solo afectó a quienes buscaban hipotecas,también golpeó duramente a pequeñas empresas y consumidores normales quienes enfrentaron condiciones mucho más difíciles para pedir préstamos.

Un ejemplo más tangible es pensar en un pequeño empresario independiente queriendo solicitar un crédito para expandir su negocio justo después del estallido de esta crisis. Ante su solicitud habitual -quizás previamente aceptada sin mayor complicación-, se encuentra ahora con una gran cantidad de barreras: pide garantías adicionales,intereses muchísimo mayores,cuando no una negativa directa sin importar cuán solida sea su propuesta.

A modo de resumen, el credit crunch es como tirar una piedra grande en un estanque pacífico – las ondas comienzan donde cae la piedra pero luego se extienden muy amplias ocupando todo el espacio acuático. Un fallo catastrófico en un sector puede crear ondas expansivas amplias que influencian toda la economía creando escasez de crédito.

Aplicaciones en EEUU y Unión Europea

En el corazón de cualquier economía globalizada, se encuentran las reglas y directrices establecidas tanto por los gigantes regionales como los Estados Unidos y la Unión Europea. Ambos han experimentado las consecuencias desgarradoras de un ‘credit crunch’. Ahora bien, ¿cómo este concepto específico se aplica en estos dos sitiales?

Primero vamos a viajar al otro lado del Atlántico, a los Estados Unidos. En el país norteamericano, el fenómeno del credit crunch tomó protagonismo en medio de la crisis financiera mundial del 2008. Debido a imprudencias en la concesión de créditos hipotecarios, conocidos como ‘subprime’, una creciente tasa de incumplimiento en los pagos disparó alarmas en la economía doméstica y más allá.

Esto resultó en lo que ahora conocemos como una crisis de liquidez. Los bancos se volvieron extremadamente cautelosos con sus préstamos y cortaron sus fuentes de financiamiento para minimizar riesgos potenciales. En resumidas cuentas, se pusieron fuertes restricciones al flujo de dinero, desde prestamistas grandes a pequeños prestatarios.

Paralelamente, abordamos el caso europeo. La Unión Europea no es ajena a estas situaciones debido al estrechamiento del mercado crediticio durante la crisis de la eurozona entre 2010 y 2012. En este escenario, muchas instituciones financieras europeas también adoptaron políticas restrictivas sobre los préstamos.

Una cuestión interesante aquí fue que además vimos un efecto contagio entre países miembros debido a su interconexión económica y monetaria. Así cuando uno comenzaba a presentar signos de estrés financiero (como Grecia o España), tendía a impactar rápidamente y profundamente sobre sus homólogos (como Italia o Irlanda).

Las principales aplicaciones implementadas para superar esta situación fueron:

  • La liberalización regulatoria. Tanto EE.UU. como UE tomaron medidas para flexibilizar las normativas crediticias para estimular nuevamente el flujo monetario.
  • Los rescates financieros. Se proporcionaron fondos significativos para ayudar a los bancos insolventes.
  • Estimulación económica. A través de varias formas de estímulo fiscal y recortes tributarios

Este «credit crunch» plantea importantes lecciones para ambos lados del océano – mantener un firme control regulador sobre las prácticas crediticias puede realmente ser vital para prevenir un duro golpe económico futuro.

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