Crecimiento sostenido

«Crecimiento sostenido se refiere a la capacidad de una economía para incrementar de manera constante y duradera su producción y consumo de bienes y servicios, manteniendo el equilibrio ambiental y social. Es un proceso progresivo que promueve la mejora en calidad de vida, preservación de recursos para futuras generaciones y equidad distributiva.»

En el complejo y dinámico mundo de la economía, emergen conceptos vitales que buscan evolucionar nuestra forma de pensar sobre el desarrollo y el progreso. Uno de esos términos es el «Crecimiento Sostenido». Pero, ¿qué significa realmente? En términos sencillos, hace referencia a un aumento progresivo y perdurable en la producción y consumo de bienes y servicios que una economía puede generar sin comprometer o alterar negativamente nuestros preciados ecosistemas ni desestabilizar nuestro sistema social.

Este principio va más allá del simple desarrollo económico. Busca un equilibrio, una armonía entre los distintos componentes que rigen nuestra existencia: la economía, la sociedad y el medio ambiente. Busca asegurar no solo un mejor presente sino también garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar de una vida digna en un planeta saludable.

Así pues, a lo largo del artículo nos adentraremos en los orígenes del concepto del crecimiento sostenido, entenderemos anécdotas históricas y teorías surgidas alrededor del mismo como lo es la regla o ley del 70. Adicionalmente profundizaremos sobre su relación con otros conceptos derivados como lo es el crecimiento sostenible. Déjenme guiarles por este fascinante sendero económico donde lo ambiental se fusiona con lo social para definir nuevas rutas hacia nuestro común objetivo: un futuro próspero para todos.

Origen del concepto de crecimiento sostenido

El concepto de crecimiento sostenido tiene sus raíces en la década de 1970, cuando los efectos dañinos de la industrialización y el desarrollo económico a gran escala sobre el medio ambiente comenzaron a ser evidentes. Las naciones desarrolladas experimentaban un rápido crecimiento económico, pero este progreso estaba acompañado por una degradación ambiental significativa. Así es como se desarrolló paulatinamente la idea de buscar un tipo de crecimiento que no comprometiera la salud del planeta.

El informe ‘Los límites al crecimiento’ publicado en 1972 por el Club de Roma fue uno de los primeros intentos formales para integrar las consideraciones ambientales en los modelos económicos. Este informe advirtió sobre los peligros potenciales del crecimiento económico sin restricciones y propuso una nueva forma de entender el desarrollo conocida como economía sostenible.

Las conferencias ambientales internacionales también desempeñaron un papel crucial en hacer avanzar este concepto. La primera gran conferencia sobre medio ambiente humano se celebró en Estocolmo en 1972, durante la cual se reconoció oficialmente que el desarrollo debe tener lugar sin causar daño al medio ambiente.

Por otra parte, la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo lanzó su emblemático informe ‘Nuestro Futuro Común’ (también conocido como Informe Brundtland) en 1987, donde definió la sustentabilidad como «el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades». El reporte Brundtland consolidó e impulsó aún más el concepto del crecimiento sostenido.

La Convención Marco para el Cambio Climático y Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible realizada en Johannesburgo pasando por el Acuerdo Parisino todos han contribuido a perfilar este nuevo modelo.

Desde entonces, esta filosofía ha influido profundamente en las políticas gubernamentales si hablamos desde lo local hasta global,se ha hecho cada vez más frecuente su adopción entre empresas e individuos preocupados tanto por su bienestar financiero como por preservar nuestros recursos naturales para futuras generaciones.

En resumidas cuentas:

  • El concepto surge durante la constatación del impacto negativo que tiene un crecimiento desmedido respecto al medio ambiente.
  • ‘Los límites al Creimiento’(1972) y ‘Nuestro Futuro Común’(1987) fueron textos pioneros acerca del tema.
  • Diversas cumbres internacionales han fortalecido e impulsado este nuevo paradigma.
  • En actualidad esta visión está siendo cada vez más adoptada a nivel global desde gobiernos hasta individuos, buscando armonizar bienestar financiero con responsabilidad ecológica.

Regla o ley del 70

La regla del 70 es un principio económico simple, pero sumamente útil. Nos permite calcular cuánto tiempo le llevará a una inversión o deuda duplicarse, simplemente dividiendo el número 70 por la tasa de interés compuesta anual. Esta valiosa herramienta puede ayudarnos a tomar decisiones judiciosas en cuestiones financieras al establecer el valor futuro de nuestro dinero.

Esta regla tiene su origen en matemáticas financieras y está basado en los principios de interés compuesto. Aunque nunca será tan exacto como un cálculo financiero detallado, la regla del 70 es sorprendentemente precisa para tasas de interés razonables (entre 1% y 20%) y cumple su función estratégicamente demostrando claramente cómo el interés compuesto puede acelerar tanto el crecimiento como la deuda.

Por ejemplo, si tienes una tasa anual del 7%, toma alrededor de 10 años (70 dividido por 7) para que tu dinero se duplique, suponiendo que no hagas ningún retiro durante ese período.

Es importante tener en cuenta que esta ley también funciona con tasas negativas. Esto puede ser útil cuando miramos fenómenos como la depreciación del valor adquisitivo debido a la inflación.

Para utilizar eficazmente la regla del 70, hay tres factores clave:

  • La tasa de rendimiento. Este es el porcentaje que ganará tu dinero cada año.
  • El plazo. Además de tener en cuenta cuánto durará tu inversión inicial estar en juego, también debes considerar cualquier contribución adicional o retiro que puedan afectar tú retorno final.
  • La cantidad original invertida. Por supuesto, cuanto más grandes sean tus depósitos iniciales y regulares, más rápidamente podrá crecer tú dinero.

La fuerza motriz detrás está regla es el poderoso concepto del interés compuesto,ese efecto multiplicador donde los intereses generados comienzan a generar sus propios intereses.

Considerada solo una estimación aproximada debido a las dificultades en prever rendimientos futuros concesivamente exactos durante largos periodos,no obstante sigue siendo una guía valiosa rápida para inversionistas y personas interesadas en entender cómo sus inversiones van potencialmente creciendo o sus préstamos incrementándose sobre un determinado tiempo sin necesidad e hacer complejos cálculos financieros.

Crecimiento sostenido y crecimiento sostenible

El crecimiento sostenido se refiere al incremento constante y gradual de la producción y productividad de una economía a lo largo del tiempo. Este tipo de crecimiento es medido generalmente por indicadores como el Producto Interno Bruto (PIB), los cuales consideran variables económicas cuantitativas, pero ignoran factores cualitativos como la equidad en la distribución de riquezas o el impacto ambiental.

Desde una perspectiva económica, un crecimiento sostenido implica que una economía es capaz de aumentar su producción sin sufrir episodios significativos de recesión o inflación. Esto requiere, entre otras cosas:

  • Estabilidad política. Ambiente propicio para la inversión y desarrollo de actividades económicas.
  • Innovación tecnológica. Este factor potencia la productividad.
  • Recursos humanos capacitados. La calidad educativa es esencial para que los trabajadores puedan realizar labores más eficientes y complejas.
  • Buenas infraestructuras. Primordiales para soportar las actividades económicas.

Por otro lado, tenemos el concepto más moderno de crecimiento sostenible. Este modelo rompe con la vieja visión que planteaba un dilema entre crecimiento económico y protección del medio ambiente. El crecimiento sostenible entiende que ambas metas son compatibles e interdependientes en una visión a largo plazo.

El punto central del crecimiento sostenible es que ninguna generación debe comprometer las posibilidades futuras disfrutadas por las próximas generaciones. Esto significa no agotar recursos naturales irremplazables o dañar irreversiblemente el medio ambiente. Siguiendo esta línea, las acciones claves para conseguir un crecimiento sostenible engloban:

  • Innovaciones Tecnológicas Verdes. Uso y promoción de tecnologías limpias respetuosas con el medio ambiente.
  • Uso Eficiente De Los Recursos Naturales. Maximizar la utilización de recursos naturales garantizando su disponibilidad futura.
  • Despliegue De Energías Renovables. Reemplazar fuentes energéticas tradicionales por energías renovables minimizando así nuestra dependencia hacia combustibles fósiles.

Podemos entender entonces que mientras el término «crecimiento sostenido» hace referencia a mantener constante el ritmo positivo del desarrollo económico, «crecimiento sostenible» va más allá al plantearse cómo alcanzar este desarrollo sin mermar la capacidad futura del planeta para seguir brindándonos los recursos necesarios para dicho fin.

Los dos conceptos presentan desafíos propios y aunque distintos en sus principios, quizás lo ideal sea buscar integrarlas hacia un futuro más equilibrado donde se mantiena espectativas de bienestar humano junto a responsabilidad medioambiental, dando lugar a lo que podríamos llamar «crecimiento sostenible desde una perspectiva integral».

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