Amortizable

El término «amortizable» hace referencia a un bien o activo que puede ser objeto de amortización, es decir, la pérdida o disminución del valor de dicho bien a lo largo del tiempo debido a su uso, desgaste u obsolescencia. La amortización es un gasto contable que suele figurar en el estado de resultados de una empresa y permite reflejar la depreciación del valor de los activos fijos y tangibles como maquinarias, edificios o vehículos, así como activos intangibles como patentes, derechos de autor u otros derechos. Al ser amortizable, un activo puede ser deducido fiscalmente en la declaración anual de impuestos al disminuirse su valor.

En el mundo financiero, es probable que hayas oído hablar del término «amortizable». Pero, ¿qué significa realmente? Pues bien, un bien o activo se dice que es amortizable cuando su valor disminuye con el tiempo debido al uso continuo, el desgaste o la obsolescencia. Dicho de otra forma, si compras una máquina para tu negocio y después de unos años empieza a fallar y su valor ha disminuido considerablemente, entonces podemos decir que esa máquina es amortizable.

La amortización es un gasto contable muy importante para las empresas ya que permite reflejar la depreciación del valor de todos los activos fijos y tangibles (como edificios o vehículos) e intangibles (como patentes y derechos de autor). Este gasto suele figurar en el estado de resultados anual de una empresa.

Si un activo se considera «amortizable», entonces puede ser deducido fiscalmente en la declaración anual de impuestos ya que su valor se ha disminuido debido al uso continuo. Con esto en mente, las empresas pueden ahorrar importantes sumas en impuestos cada año.

En resumidas cuentas, entender qué es «amortizable» no sólo te permitirá comprender mejor cómo funciona la depreciación del valor de los activos fijos e intangibles sino también te ayudará a cuidar mejor tus inversiones financieras. En los siguientes apartados explicaremos específicamente qué significa el importe amortizable y cómo puedes aplicarlo en situaciones prácticas.

Definición de importe amortizable y depreciable

En el ámbito de la contabilidad y las finanzas, dos términos que se utilizan con frecuencia son «importe amortizable» y «importe depreciable». Ambos conceptos están relacionados con la forma en que tratamos el coste de los bienes a largo plazo o activos fijos, por ejemplo, edificios, maquinaria o vehículos.

El importe amortizable es la cantidad total del coste del activo fijo que se puede distribuir a lo largo de su vida útil. Este proceso se conoce como amortización y es una forma de tratar el coste del activo a lo largo del tiempo en vez de cargarlo todo al principio. Es importante tener en cuenta que el importe amortizable no incluye el valor residual, es decir, el valor estimado del activo al final de su vida útil.

Por otro lado, el importe depreciable es la cantidad total del coste del activo fijo que se desgasta o pierde su valor durante su vida útil. Este proceso se denomina depreciación y suele ser más comúnmente asociado con los vehículos. La depreciación también permite repartir el gasto a lo largo del tiempo.

La diferencia fundamental entre estos dos conceptos radica en cómo se trata cada uno organismos fiscales e ingresos fiscales. En general, un activo fijo puede ser amortizado o depreciado según las reglas fiscales aplicables para cada caso específico.

Es importante destacar que tanto la amortización como la depreciación son consideradas gastos deducibles para fines fiscales.

Por tanto, conocer estos términos resulta fundamental para calcular correctamente los beneficios netos,esto es crucial cuando hablamos de presentar informes financieros precisos y gestionar una empresa eficazmente.

Ejemplos prácticos de lo que es amortizable

La amortización es un proceso contable que nos permite distribuir el costo de un activo fijo a lo largo de su vida útil. Esto quiere decir que en lugar de reconocer todo el costo del activo en el momento de la compra, se distribuye en partes iguales a lo largo del tiempo.

Veamos algunos ejemplos prácticos para entender mejor cómo funciona la amortización:

  • Maquinarias y equipo. Supongamos que compraste una maquinaria por un valor de 100.000 dólares con una vida útil estimada de 10 años. La tasa anual será del 10%. Esto, significa que cada año podrás cargarte 10.000 dólares como gasto por depreciación.
  • Vehículos. Si adquiriste un vehículo para tu empresa por un valor de 40.000 dólares con una vida útil estimada de 5 años, la tasa anual sería del 20%. Por tanto, cada año podrás deducirte como gasto los $8,000 correspondientes a la depreciación.
  • Edificios y construcciones. Si construiste un edificio por un valor de 1 millón de dólares con una vida útil estimada de 25 años, la tasa anual sería del 4%. Esto quiere decir que cada año te podrás deducir como gasto los $40,000 correspondientes a la depreciación.
  • Software especializado. En el mundo digital, no sólo los equipos físicos pueden considerarse activos fijos, también puede incluirse software o licencias especializadas para utilizar en nuestra empresa. Aquí hay una variedad extensa posible dependiendo tipo de software que se compre (ejemplo: soluciones contables). La tasa aquí dependerá del tipo de software y su duración.

En todos los ejemplos, podemos ver cómo la amortización nos permite deducir como gasto una parte del valor del activo cada año, en lugar de hacerlo todo de golpe al comprarlo. Esto en términos generales significa que podrás generar mayores beneficios a largo plazo y mantener tu negocio saludablemente.

Es importante destacar que estos son sólo algunos ejemplos prácticos,el proceso de amortización puede ser más complejo dependiendo del tipo de activo fijo que se tenga. Por lo cual recomendamos que siempre consultes con un contador o contadora profesional para asegurarte estar realizando una correcta contabilización y deducción como costo fiscal.

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