La agricultura del Neolítico se refiere al período histórico en el que se produjo una revolución agrícola, hace unos 10.000 años, en el que los seres humanos comenzaron a cultivar plantas y domesticar animales para su subsistencia. Este cambio en la forma de vida permitió el desarrollo del sedentarismo y la creación de asentamientos permanentes, impulsando así un importante avance en la economía y sociedad de las civilizaciones antiguas.
La agricultura del Neolítico se refiere al periodo histórico en el que los seres humanos comenzaron a cultivar alimentos para subsistir. Esta revolución agrícola ocurrió hace aproximadamente 10,000 años, y permitió la creación de asentamientos permanentes y el avance hacia un estilo de vida sedentario. A través del cultivo de plantas y la domesticación de animales, las civilizaciones antiguas lograron importantes avances tanto en su economía como sociedad.
A lo largo de este artículo exploraremos las características destacadas y los avances fundamentales que surgieron gracias a la agricultura del Neolítico.
Características de la agricultura del neolítico
La agricultura del neolítico se caracterizó por ser una forma de subsistencia que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. De esta práctica surgieron las primeras sociedades sedentarias, lo que dio lugar a la formación de aldeas y pueblos.
Entre las características más destacadas de la agricultura del neolítico encontramos:
- Cultivo de plantas. Los hombres y mujeres del neolítico empezaron a cultivar diferentes tipos de plantas para su consumo, como trigo, cebada o lentejas. Para ello, utilizaban técnicas como el arado con animales domésticos o la siembra en campos rotativos para mejorar el rendimiento.
- Domesticación de animales. Junto al cultivo de plantas, los habitantes del neolítico comenzaron a domesticar animales para asegurarse una fuente regular de alimento. Los primeros animales domesticados fueron cabras, ovejas y cerdos.
- División del trabajo. Con la aparición de la agricultura surgió también una sociedad más organizada, donde se dividía el trabajo en diferentes labores especializadas. Así, algunos miembros se dedicaban exclusivamente al cultivo mientras que otros se ocupaban del cuidado de los animales o fabricación herramientas.
- Aldeas y poblados estables. Anteriormente, las comunidades vivían en grupos nómadas que seguían los recursos naturales disponibles para sobrevivir. Con la agricultura aparecieron asentamientos permanentes debido a la necesidad de trabajar las parcelas cultivadas durante todo el año.
- Comercio entre regiones. La posibilidad produce un excedente en producción permitió el intercambio de bienes y, poco a poco, las primeras rutas comerciales empezaron a formarse, favorecidas por la aparición del trueque y el surgimiento del primer sistema monetario.
En conclusión, la agricultura del neolítico fue un hito histórico que permitió al hombre pasar de una economía basada en la caza y recolección a una economía más productiva que sentó las bases de las sociedades actuales.
Avances fundamentales de la agricultura del neolítico
Durante la Edad de Piedra, nuestros antepasados eran cazadores-recolectores, es decir, obtenían su alimento a través de la caza y la recolección de frutas y vegetales silvestres. Sin embargo, hace unos 10.000 años ocurrió un gran cambio en la forma en que obtuvieron sus alimentos: descubrieron la agricultura. Este cambio trajo consigo una revolución económica y social que permitió el establecimiento de asentamientos permanentes y el desarrollo de las primeras civilizaciones.
Uno de los principales avances fundamentales de la agricultura del neolítico fue el cultivo selectivo de plantas comestibles. Los antiguos agricultores aprendieron a seleccionar las semillas más grandes y llenas para replantar en futuras cosechas, lo que permitió un mejor rendimiento y producción. Además, empezaron a cultivar diversas plantas como el trigo, cebada, mijo y arroz.
Otro avance importante fue el control del agua para regar los campos. Lo que permitió aumentar la cantidad de tierra cultivable en zonas secas o con poca lluvia. Gracias a esto se crearon sistemas como canales o acequias para traer agua desde ríos o lagos hacia los campos.
En cuanto a ganadería, muchos pueblos medios así como los nómadas del neolítico también comenzaron a criar animales para alimentación o trabajo agrario. Entre ellos se encontraban las cabras, ovejas cerdos vacas etc.
Con esta nueva forma de vida basada en la agricultura surgió además el concepto de propiedad privada sobre tierras cultivables y animales domésticos (ganado). También se desarrollaron herramientas para la obtención de alimentos como hachas, arados o las primeras técnicas de cerámica para almacenamiento y conservación.
Dicho en otras palabras, la agricultura del neolítico supuso un cambio revolucionario en la forma de vida de nuestros antepasados. Los avances fundamentales mencionados anteriormente permitieron un aumento considerable en la producción y diversidad de los alimentos, así como el establecimiento de asentamientos permanentes y el desarrollo de las primeras civilizaciones.