Cupón

El cupón, en economía y finanzas, se refiere a un instrumento financiero vinculado a los bonos o las obligaciones. Representa el interés que estos generan y se cobra periódicamente. Asimismo, puede referirse al derecho que tiene un accionista para percibir el dividendo correspondiente a sus acciones.

Adentrarse en el terreno de la economía y las finanzas puede ser un recorrido complicado, especialmente frente a términos que aparentan tener una esencia abstracta. Tal es el caso del cupón, una pieza clave que, aunque pequeña en tamaño, lleva consigo significados y formas de utilización vital dentro de este intrincado mundo monetario. No te preocupes si al principio parece un lenguaje alienígena,pronto hablaremos el mismo idioma financiero.

Para ponerlo en términos más sencillos, imagina por un momento que tienes en tus manos uno de esos viejos bonos o obligaciones -essencialmente préstamos a largo plazo-. Pero estos no son piezas inertes de papel, están repletos de vida propia e intereses generados con el paso del tiempo. Este beneficio de inversión es lo que conocemos como cupón,simplemente cobra su valor cada cierto tiempo. Al igual que el fruto maduro cae del árbol para ser recogido (y disfrutado), los dividendos -o ganancias- se desprenden para ser cobrados por los accionistas.

Acompáñanos a través de este viaje por la historia y utilidad del cupón: cómo su estructura define flujos económicos, los métodos para su cálculo preciso y las peculiaridades sumergidas en su evolución histórica hasta llegar al intrigante mundo del «cupón corto». Te aseguramos que saldrás con una comprensión más profunda sobre este elemento crucial en nuestras finanzas cotidianas.

Estructura de flujos

Entendamos la estructura de flujos en el contexto del cupón, que es fundamentalmente un título de interés fijo. En este tipo de inversiones, los flujos son esencialmente los pagos periódicos que el emisor del bono debe hacer al inversor a lo largo del tiempo.

Hay dos principales componentes en esta corriente de efectivo. El primero es el propio cupón, que se refiere al interés devengado y pagado según un patrón específico (generalmente semestral o anual), y el segundo es la devolución del principal, también conocido como valor nominal, que se devuelve al término del bono.

Para entender mejor cómo funciona la estructura de flujos dentro de un bono con cupón, imaginemos una inversión hipotética. Supongamos que has comprado un bono por valor de 1.000 euros con una tasa de cupón del 5% anual y una vida útil de cinco años.

En este escenario:

  • Recibirías intereses cada año durante cinco años. Estos corresponden a los pagos del cupón y ascienden a 50 euros cada uno. Estos son calculados aplicando el 5% (la tasa de cupón) al valor nominal del bono (1.000 euros).
  • Al finalizar estos cinco años (el vencimiento) recibirías no solamente tu último pago por intereses sino también los 1.000 euros iniciales invertidos (valor nominal).

Por lo tanto, si sumáramos todos estos flujos durante estos cinco años tendríamos un total: cuatro pagos de 50 euros en intereses más el capital inicial invertido nos da una totalidad retornada en tu inversión de 1.200 euros.

Es importante notar dentro de las características clave para este análisis:

  • Los Flujos Generales. Es decir aquellos creados por intereses y vencimiento.
  • La Capacidad De Generación. La consistencia, la frecuencia, y fiabilidad con la cual estas sumas pueden ser generadas.
  • El Tiempo Hasta El Vencimiento. O cuánto tiempo debería esperar hasta recibir su suma total.

Estas tres características juegan roles vitales al considerar diferentes tipos estrategias inversivas.

Es decir, cuando hablamos sobre «estructura de flujos» nos referimos a todos esos elementos relacionados con los pagatos generales o específicos generados por nuestras inversiones como lo puede ser un título con interés fijo como el Cupón.

Cálculo del cupón

El cálculo del cupón es un proceso que nos permite determinar cuánto dinero recibirá un inversionista en concepto de intereses sobre una inversión realizada. Es común en instrumentos financieros como los bonos, donde el inversionista compra el bono con la expectativa de recibir pagos periódicos conocidos como «cupones». Veamos exactamente cómo se hace este cálculo.

Primero, necesitamos entender los términos más básicos. El «valor nominal» es el valor original del bono cuando se emite,habitualmente es un número redondo, como 1.000 dólares. La «tasa de cupón» es simplemente el interés anual que paga ese bono, expresado como porcentaje de su valor nominal.

Vamos a considerar un ejemplo para ilustrarlo con mayor claridad. Supongamos que tienes un bono con un valor nominal de 1.000 dólares y una tasa del cupón del 5%. Multiplicando ambos, obtienes una cantidad anual en concepto de intereses de 50 dólares (1.000 * 0.05). Esa cantidad se divide entre los periodos de pago establecidos en algún punto específico cada año,digamos que los pagos son semestrales, entonces recibirías dos pagos al año por valor de 25 dólares cada uno (50 / 2).

Es importante mencionar algunos aspectos adicionales:

  • La tasa del cupón no cambia. Una vez emitido el bono, la tasa del cupón permanece constante hasta su vencimiento. Por lo tanto si ocurre cualquier movimiento en las tasas de interés en el mercado tras la compra del bono, esto no afectará la cantidad recibida.
  • Los bonos a largo plazo expuestos a mayores riesgos. Están expuestos a una serie de riesgos entre los que se incluyen las fluctuaciones en las tasas de interés a nivel general y particularidades institucionales relacionadas con quien emitió tal bono.

En conclusión, calcular el cupón implica entender cuánta ganancia verá el inversor a lo largo del tiempo gracias al interés generado por su inversión inicial y está determinado por factores clave como la tasa del cupón y el valor nominal. Este sencillo pero fundamental cálculo ayuda a los inversores a evaluar y comparar diferentes oportunidades de inversión antes tomar alguna decisión financiera.

Un poco de historia

El concepto de cupón tiene raíces profundas en la historia económica del mundo. Aunque actualmente es común encontrar este término en las finanzas y el comercio electrónico, los cupones tienen un pasado fascinante que suele pasar desapercibido.

El primer uso comercial documentado de esta técnica de venta y promoción se remonta a mediados del siglo XIX. En 1887, la aspirante empresa Coca-Cola, liderada por Asa Griggs Candler, utilizó cupones para aumentar el consumo de su bebida. Los cupones ofrecían a los clientes una copa gratuita de Coca-Cola como un intento audaz y revolucionario para publicitar este producto novedoso.

En la década de 1890, C.W. Post también recurrió a esta táctica promocional para impulsar las ventas de su nuevo cereal de desayuno denominado «Grape Nuts». Los ahorros garantizados que se obtenían recortando estos pequeños pedazos de papel resultaron ser un gran incentivo para los compradores.

Entonces, dicho esto, aquí tenemos dos ejemplos tangibles que marcan la génesis del sistema moderno de cupones:

  • Coca-Cola. La famosa marca brindaba copas gratuitas de su bebida mediante el uso estratégico del concepto.
  • Post. Utilizó descuentos en productos específicos mediante un sistema similar para fomentar la venta sus cereales.

Con el tiempo y entrado el siglo XX, una evolución se produjo con el boom industrial y tecnológico y el advenimiento del marketing impreso más formalizado. Las compañías comenzaron a emitir cupones impresos en periódicos y revistas como forma efectiva para llegar al consumidor final.

A lo largo del siglo XXI, otra transformación significativa llegó con Internet y las tiendas digitales. Los códigos promocionales electrónicos o códigos descuento empezaron a ser corrientes tanto en pequeñas startups como en empresas multinacionales consolidadas.

No puede negarse que hasta hoy día seguimos viendo cómo los códigos promocionales o cupones influyen enormemente en nuestras decisiones de compra. De hecho, han atravesado todos estos años ganando cada vez más terreno debido a su capacidad inherente para incentivar al consumidor hacia ciertos patrones de compra mientras recompensa su lealtad.

Ahora comprendemos mejor cómo ha ido evolucionando este fenómeno socioeconómico llamado «cupón». Siguiendo estas líneas históricas desde su origen hasta nuestros días podemos ver claramente cómo este sencillo pero poderoso mecanismo ha cambiado indiscutiblemente las reglas del juego comercial global.

Cupón corto

El cupón corto es un término proveniente del ámbito financiero y de inversión, en particular del mundo de los bonos. En su sentido más general, se trata de unos intereses que son inferiores a la tasa completa correspondiente a un año. Este fenómeno suele ocurrir cuando el período inicial para un bono es inferior a su ciclo normal de pago de intereses. Por ejemplo, si comprasemos un bono tres meses antes de la fecha prevista para el pago del interés anual, recibiríamos un «cupón corto», calculado sobre ese trimestre únicamente.

En situaciones habituales, los pagos por concepto de cupones suelen ser semestrales. No obstante, puede haber casos en que dicha periodicidad difiera, siendo mensual, trimestral o incluso anual. De ahí que surja la posibilidad del cupón corto cuando el vencimiento ajustado no coincide con las fechas regulares propuestas para cumplir con estos desembolsos.

Para calcularlo se lleva a cabo una práctica matemática bastante sencilla: se multiplica la tasa que correspondería al valor completo por el tiempo real ocupado (en este caso tres meses), y eso da lugar al valor exacto del cupón corto.

Es fundamental entender ciertos aspectos relacionados con el cupón corto:

  • El valor monetario de un cupón corto será menor comparado con temas estándar debido a su periodo abreviado.
  • A pesar de esto, no debe causarnos alarma ni preocupación ya que esta reducción fue calculada y está considerada dentro del rendimiento total esperado.
  • Es importante recalcar que se aplica proporcionalmente refiriéndonos al tiempo transcurrido.
  • Ajeno a favorecer o perjudicar las inversiones en bonos per se, más bien supone una mayor complejidad durante su cálculo e interpretación por parte tanto del emisor como por los inversores.

Es decir: aunque parece desfavorable percibir menos dinero en concepto interes reconocido bajo condiciones normales estas reducciones están incorporadas dentro del rendimiento total anticipado y significan simplemente una característica adicional propia de esta modalidad existente en el mundo financiero.

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