Costo capitalizado

El costo capitalizado es la práctica financiera que implica sumar los gastos incurridos por una empresa en la adquisición o construcción de activos a largo plazo, como maquinaria, edificios o terrenos, al valor de estos activos en lugar de considerarlos como gasto inmediato. Este proceso ayuda a distribuir el costo total del activo a lo largo de su útil vida económica, influyendo así en los estados financieros futuros.

La economía y la finanzas son universos complejos, llenos de términos y mecanismos que no siempre resultan accesibles a primera vista. Uno de estos términos es el «Costo Capitalizado». En la vida empresarial, este concepto tiene un papel fundamental a la hora de establecer los valores reales y futuros de los activos que posee una compañía.

Imagina que tu empresa decide adquirir una nueva maquinaria, construir un edificio o comprar un terreno,semejantes inversiones no representan meramente un gasto inmediato. En lugar de eso, estos montos se incorporan al valor total del activo adquirido para distribuir su costo durante el periodo en el que dicho bien estará generando beneficios. Este proceso se conoce como costeo capitalizado.

Analizar este tipo de costeo no es solo cuestión de contabilidad,es una estrategia financiera para entender, proyectar y optimizar las inversiones realizadas por la empresa en relación con su duración productiva o útil vida económica. A lo largo del presente artículo exploraremos aspectos clave respecto al costo capitalizado: desde su aplicación en rentas perpetuas hasta cómo calcularlo e ilustraremos todo con ejemplos prácticos para facilitar tu comprensión. ¡Acompáñanos en esta travesía financiera!

Las rentas perpetuas

Las rentas perpetuas, también conocidas como perpetuidades, son un tipo especial de anualidad con una peculiaridad destacada: no tienen fecha de vencimiento. Es decir, son pagos regulares que se extienden por tiempo infinito. Aunque esto pueda parecer una idea abstracta y difícil de visualizar en la práctica, es un concepto fundamental en economía y finanzas que tiene importantes usos en valoración de activos financieros.

Para entender el concepto de las rentas perpetuas, imaginemos un bono que nunca llega a su fecha final de madurez y continúa pagando cupones indefinidamente. Eso nos permitiría recoger esos rendimientos año tras año sin parar.

Pero, ¿cómo se calcula el valor presente de una renta perpetua? Hay una fórmula simple para ello: el pago anual (C) dividido por la tasa de interés (r). Es decir, Valor Presente = C/r. Lo anterior quiere decir que para calcular el valor presente necesitaríamos saber exactamente cuánto dinero vamos a recibir cada año (el pago anual) y a qué tasa hemos acordado invertir ese dinero (la tasa de interés).

No obstante cabe resaltar tres aspectos clave sobre las rentas perpetuas:

  • No hay reembolso del principal. A diferencia de otros tipos de bonos o pagos periódicos donde se devuelve la suma original al final del periodo, en las rentas perpetuas este principal nunca se devolverá.
  • Tasa estable. La tasa o el descuento aplicado a los futuros pagos generalmente es constante. Si varía podría cambiar significativamente el valor presente.
  • El aprendizaje financiero importa. Entender cómo funcionan las rentas perpetuas es crucial para comprender características más avanzadas en valoración financiera como flujos monetarios descontados o valores residuales porque estos incluyen cálculos similares.

A pesar que este podría ser un mundo lleno de ecuaciones y cifras complicadas para algunos lectores nuevos en finanzas,uno podría imaginar las rentas perpetuas simplemente como aquel inagotable pozo financiero del cual uno puede sacar agua (ingresos recurrentes), eternamente.

Finalmente, cabe recordar que aunque los fondamentos teóricos pueden hacer alusión a pagos ‘infinitos’, nuestras vidas e inversiones son todo menos infinitas. Por ende, suele haber una especie de “fecha límite virtual” después de la cual esos flujos lejanísimos prácticamente no suman nada al valor presente total.
Por tanto, aunque tener una visión sofisticada respecto a este tema puede parecernos algo fuera del alcance cotidiano,reconocer cómo funcionan estas variables financieras nos da herramientas cruciales cuando profundizamos más allá del simple guardado y gasto diario del dinero buscando alternativas efectivas para invertirlo sabiamente.

Cálculo del costo capitalizado

El costo capitalizado es un término clave en las finanzas y la economía que tiene amplias implicaciones en la toma de decisiones para las empresas. Para comprender el cálculo del costo capitalizado, primero necesitamos repasar su definición en términos elementales.

En pocas palabras, el costo capitalizado es una forma de registrar los gastos a largo plazo de una empresa. Aquí, los desembolsos o costos incurridos se distribuyen a lo largo del periodo útil del activo respectivo en lugar de ser contabilizados como un gasto único cuando se realizan. Esta idea es fundamental para interpretar correctamente los estados financieros de una organización.

Entonces, el cálculo del costo capitalizado puede dividirse en tres pasos simples:

1- Identificar el Costo: El primer paso para calcular el costo capitalizado implica identificar todos los costos asociados con la adquisición y preparación del activo para su uso previsto. No solo incluye el precio de compra, sino también otros costos derivados como transporte, instalación, pruebas e incluso las tasas legales relacionadas.

2- Determinar la Vida Útil: Y ahora, debemos determinar la vida útil estimada del activo. Esta esencialmente se refiere al período durante el cual se espera que el activo proporcione beneficios a la empresa antes de su eventual reemplazo o renovación.

3- Realizar la Amortización: Ahora que tenemos tanto los costos iniciales totales como la vida útil prevista del activo, finalmente podemos calcular nuestro costo capitalizado dividiendo estos costos entre su vida útil. Esta suma resultante representará cuánto deberá reportarse como un gasto cada año durante este período esperado.

A través de este método simplificado, una empresa puede distribuir con precisión sus mayores desembolsos a lo largo del tiempo y facilitar una visión financiera más precisa y sostenible al interpretar sus resultados financieros anuales.

Es importante recordar que mientras que algunos errores leves pueden permitirse al estimar inicialmente esta información (vida útil, costos adicionales), cualquier revisión posterior deberá hacerse con mucho cuidado. Los ajustes encontrados erróneamente pueden terminar distorsionando todo este entendimiento y comprometer seriamente las futuras decisiones empresariales basadas en él.

Por último, tener en cuenta que este cálculo solo es aplicable para aquellos activos a largo plazo o «activos fijos», ya sean tangibles como maquinaria y equipos o intangibles como patentes o derechos autorizados.
Adicionalmente, si las condiciones cambian significativamente (como cuando un equipo experimenta una falla mecánica irreparable), entonces estas cifras también necesitarán ser reevaluadas adecuadamente.

Ejemplo de costo capitalizado

Imagine que se encuentra en la tesitura de empezar un negocio. Para ello, necesita adquirir ciertos activos, como maquinaria o equipo para poder operar su empresa. El costo inicial de estos activos sería un buen ejemplo del costo capitalizado.

Supongamos que está poniendo en marcha una pequeña cafetería y ha invertido 20.000 dólares en renovaciones, equipos de cocina y muebles para su local.

  • Renovaciones. Decide darle una nueva apariencia a su local y para ello realiza remodelaciones en el techo, pintura, revestimiento de suelos e instalación de luces. Esto le cuesta 5.000 dólares.
  • Equipamiento. Compra una máquina de café espresso por 3.500 dólares, un molinillo por 600 dólares y una vitrina refrigerada por 1.500 dólares.
  • Mobiliario. Invierte en mesas y sillas por valor de un total 2.400 dólares.

El total gasto inicial es aproximadamente de 13,000 dólares sin contemplar el costo operativo diario ni las materias primas o los salarios aún.

Este tipo de gastos son ejemplos claros del costo capitalizado porque son inversiones iniciales necesarias para poner un negocio en marcha cuyos beneficios se prevén a largo plazo conforme la cafetería comience a generar ingresos.

Además es importante mencionar que este tipo de costos no se registran como un gasto ordinario inmediato del mismo período contable en el cual fueron incurridos sino que se van amortizando durante la vida útil del bien capitalizado con base a los principios contables generalmente aceptados.

Un punto crucial sobre el costo capitalizado es distinguirlo entre aquellos costos asociados al funcionamiento diario del negocio tales como la nómina, facturas por servicios públicos o compra rutinaria de inventarios (como alimentos), los cuales sí deben reconocerse como gastos regulares ya sea mensuales o anuales dependiendo de la periodicidad con la que ocurran estos desembolsos monetarios.

En resumen podemos afirmar entonces que al hablar sobre coste capitalizado nos referimos a aquel monto económico invertido cuyo retorno o beneficio obtenido está ligado a un horizonte temporal futuro extendido,monto este que deberá reflejarse gradualmente como parte constituyente del patrimonio neto empresarial hasta cumplirse el período estimado duradero notorio asignado al ítem comprado o activo fijo concerniente.

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