Coste indirecto

El coste indirecto se refiere a los gastos no directamente atribuibles a un producto, servicio o proyecto específico, sino que se incurre en ellos para el funcionamiento general de una empresa. Incluyen salarios administrativos, alquileres, depreciación, mantenimiento, electricidad. Son costes que no pueden asignarse precisamente a un bien o servicio producido.

En el mundo complejo y a veces abrumador de la economía empresarial, uno se encuentra a menudo con varios términos que pueden resultar difíciles de entender. Uno de ellos es el «coste indirecto». En términos sencillos, los costes indirectos son esos gastos que una empresa tiene para mantenerse en funcionamiento día tras día, pero que no están asociados directamente con la producción o prestación de un servicio en particular. Como su nombre indica, estos costes son indirectos – no puedes señalar exactamente qué producto o servicio los ocasionó.

¿Por qué son tan importantes? Los costes indirectos representan un gran porcentaje de los desembolsos totales de una empresa y manejarlos adecuadamente puede ser la diferencia entre una operación rentable y una ruina financiera. Por lo tanto, es fundamental contar con un entendimiento sólido sobre este concepto económico.

En esta publicación vamos a profundizar en el amplio campo del coste indirecto. Exploraremos los diferentes tipos, discutiremos cómo asignarlos correctamente dentro del sistema contable y ofreceremos ejemplos prácticos para ilustrar cómo se reflejan estos gastos en el funcionamiento cotidiano de cualquier negocio.

Tipos de coste indirecto

Las dinámicas de hoy en día exigen a las empresas medir su rendimiento financiero con precisión. En este contexto, los costes indirectos juegan un papel importante. Estos costes, que no se pueden rastrear directamente a un producto o servicio específico, varían en diferentes escenarios y contextos. Por ende, es crucial entender sus tipos si quiere manejar las finanzas de su empresa de manera efectiva.

Para comenzar, tenemos los costes indirectos fijos. Estos son costes que permanecen constantes independentemente del nivel de producción o ventas de una empresa. Un ejemplo es el alquiler: independientemente de cuánto produzca una empresa o cuántas ventas pueda generar, tendrá que pagar la misma cantidad por el alquiler cada mes.

En contraposición a este se encuentran los costes indirectos variables. Como su nombre indica, estos costes varían en función del volumen de la producción o actividad comercial. Por ejemplo, esta categoría puede incluir gastos como las primas de seguros para equipos industriales utilizados en la fabricación: Cuanto más se utilize el equipo industrial para aumentar la producción, mayor será el costo del seguro.

Además están los costes semivariables o semifijos. Este tipo representan una mezcla entre los dos primeros tipos mencionados. Parte del costo se mantiene constante mientras que otra parte puede variar dependiendo del volumen de negocio. Volveremos al ejemplo anterior del alquiler y añadiremos un componente variable: digamos que además del pago regular también existe una cláusula en el contrato donde si la energía utilizada en el edificio supera cierto umbral se deben pagar cargas adicionales.

Por último tenemos los costes comunes. Están diseñados para ser repartidos entre varias unidades organizativas dentro de una institución u organización empresarial. Ejemplos comunes aquí podrían ser gastos generales como servicios públicos e instalaciones compartidas por diferentes departamentos u oficinas.

Cada uno de estos tipos tiene implicaciones importantes para cómo las empresas planifican y presupuestan su uso eficiente de recursos financieros y materiales. Pero sin lugar a dudas entender cómo funcionan cada uno brindará un mejor control sobre su administración.
El análisis cuidadoso y detallado ofrecido aquí sirve como un recurso valioso para fundamentar estrategias financieras sólidas y lograr una comprensión cabal del papel crítico que desempeñan los costes indirectos en cualquier ecuación financiera empresarial.

Criterios de imputación de un coste indirecto

Entender cómo se asignan o imputan los costos indirectos es fundamental para cualquier negocio. Estos costos son aquellos que no se pueden identificar directamente con una actividad o producto específico, tales como el alquiler de oficinas, la electricidad o los salarios del personal administrativo. Para distribuir estos costos de manera justa y precisa, las empresas utilizan diversos criterios de imputación.

Uno de estos criterios es la proporcionalidad. Bajo este enfoque, los costos indirectos se asignan según la cantidad de un recurso que utilice cada actividad o producto. Por ejemplo, si una empresa tiene dos productos y uno usa el doble de electricidad que el otro, entonces a ese producto se le asignaría el doble del costo indirecto por electricidad.

Otro criterio popular en la contabilidad moderna es el método basado en actividades (activity-based costing). Este método reconoce que todas las actividades dentro de una empresa consumen recursos y causan gastos. Por tanto, primero identifica las diversas actividades relacionadas con la producción de bienes o servicios y luego asigna los costos indirectos a estos sobre la base de su uso real.

El criterio del prorrateo también es habitualmente empleado por muchas empresas. En este caso, todos los costos indirectos son divididos uniformemente entre todos los productos o servicios prestados independientemente de cuánto consumen individualmente cada uno.

Una técnica adicional es la denominada “clave”. Consiste en seleccionar un parámetro representativo del consumo (como puede ser metros cuadrados ocupados si estamos hablando del gasto en alquiler) e imputar a cada unidad productiva según corresponda respecto a aquel parámetro.

Finalmente destaca el método “step-down” o escalonado donde se tiene en cuenta las interrelaciones entre diferentes áreas para evitar duplicidades cuando algunas áreas proporcionan servicios a otras dentro de la misma organización.

Es importante enfatizar que no existe un solo «mejor» método para todos los negocios. La elección depende del modelo operativo y estructura financiera específica de cada empresa. Es crucial para los dueños y gestores financieras comprender estos métodos ya que una correcta imputación permite realizar análisis más acertados para obtener beneficios futuros incluso aunque presenten complejidades considerables

Ejemplo de coste indirecto

Empezaremos con un ejemplo práctico que nos permita entender de manera clara y tangible qué es un coste indirecto. Imaginemos que somos propietarios de una pequeña empresa de fabricación de muebles.

En el proceso de producción, hay varios costes que incurrimos directamente al fabricar nuestros muebles, como la madera que compramos, los clavos y tornillos que utilizamos, la pintura y barniz para darle acabado y, por supuesto, el salario del carpintero. Estas serían consideradas como costes directos ya que son monitoreados y controlados fácilmente, debido a su relación evidente con cada producto terminado.

Pero justo aquí es donde entran los costes indirectos. Aunque no parezca obvio a primera vista, hay una serie de gastos adicionales en esta operación empresarial.

Por ejemplo:

  • Alquiler del local. Independientemente del número de muebles producidos en un mes determinado, se debe pagar cierto monto por concepto de renta. Este coste no está relacionado directamente con cada producto terminado sino más bien con la continuidad del negocio en general.
  • Facturas de servicios públicos. El pago mensual por consumo eléctrico o agua en nuestra fábrica son claros ejemplos. El hecho de tener las luces encendidas o usar máquinas eléctricas contribuyen a la fabricación del producto final pero su costo es difícilmente atribuible a un solo mueble.
  • Salarios administrativos. Las personas que trabajan en el departamento financiero y administrativo ayudan sin duda alguna al desarrollo exitoso del negocio pero sus salarios no pueden ser asociados a ningún mueble específico.
  • Seguros y mantenimiento. Los seguros ingeniería o responsabilidad civil y los gastos devengados por reparaciones periódicas son también parte integral del funcionamiento global pero su asignación específica a cada producto resultaría imprecisa e inexacta.

Los costes mencionados caen todos bajo la categoría de ‘costes indirectos’. No implica que estos sean menos importantes –de hecho– jugar con ellos puede marcar significativamente nuestras ganancias o pérdidas finales.

Aunque podríamos intentar desglosar estos gastos entre cada elemento fabricado para obtener una visión más precisa del costo total, nunca será tan claro ni tan sencillo como sumando directamente los materiales físicos y trabajo manual necesarios para su producción individualizada.

Esencialmente los costes indirectos juegan rol crucial al arrojar luz sobre el complejo panorama financiero detrás
de cualquier emprendimiento empresarial – sin su debida inclusión no podremos tener una imagen completa sobre cómo estamos manejando realmente nuestras inversiones económicas.

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