El coste fijo es un término económico que se refiere a los gastos que una empresa debe asumir independientemente de su nivel de producción o venta. Estos costes, como alquileres, salarios o impuestos, son constantes y no varían con la cantidad producida en un período determinado.
En el fascinante y a veces intricado mundo de la economía y las finanzas, encontramos conceptos que son indispensables para la gestión óptima de cualquier empresa, pequeña o grande. Uno de estos conceptos es el ‘coste fijo’. En cualquier caso, ¿qué es realmente? Bien, en términos simples, el coste fijo es aquel desembolso que una compañía está obligada a pagar sin importar si está produciendo mucho o poco. Ejemplos claros pueden ser el pago del alquiler del local donde opera su negocio o los salarios de sus empleados. Estos gastos son constantes y no fluctúan en base a cuánto se produce o vende durante un período específico.
A través de este artículo, exploraremos más sobre las distintas características del coste fijo y los diferentes tipos que existen. Te invitamos a seguir leyendo para arrojar luz sobre este tema imprescindible en la economía empresarial. Prepárate para sumergirte en un contenido lleno de información valiosa que te permitirá entender mejor cómo funcionan las finanzas dentro de un negocio.
Características del coste fijo
El coste fijo es un término común en el lenguaje de la economía, las finanzas y los negocios. Cuando hablamos de coste fijo, nos referimos a aquellos gastos que una empresa tiene que asumir independientemente del volumen de producción o ventas. Pero, ¿cuáles son las características clave que definen al coste fijo?
En primer lugar, cabe destacar su invarianza en el corto plazo. Los costes fijos no fluctúan con las variaciones en la cantidad producida o vendida durante un período determinado. Por ejemplo, si tienes una empresa que fabrica zapatos, tendrás ciertos gastos asociados a la alquiler del local o los seguros comerciales que tendrás que pagar cada mes independientemente de cuántos pares de zapatos fabriques.
Otra característica predominante del coste fijo es su inflexibilidad. Esto significa que no puedes ajustar estos gastos rápidamente en respuesta a cambios en tu situación económica o comercial. Siguiendo con el ejemplo anterior, si tus ventas disminuyen durante uno o dos meses, aún tendrás que cumplir con tus compromisos financieros como el alquiler y los seguros.
Asimismo, los costes fijos son recurrentes y se presentan regularmente dentro de tu estrategia financiera general. Deben estar siempre presentes en tu presupuesto para evitar imprevistos desagradables.
Por último pero no menos importante es su inevitable presencia para garantizar la operatividad del negocio. A pesar de ser constantes e invariables ante diferentes niveles de producción y ventas, estos son necesarios para mantener la empresa operativa. Por ejemplo: sin lugar alquilado no podrías tener un espacio físico para operar,sin pagar seguros comerciales estarías expuesto a diversos riesgos.
En resumidas cuentas:
1- Invarianza en el corto plazo: No fluctúa con las variaciones en la producción.
2- Inflexibilidad: No se puede modificar rápidamente ante cambios económicos.
3- Recurrencia: Se presentan regularmente dentro del presupuesto.
4- Necesidad: Son indispensables para mantener la empresa operativa.
Estas características respaldan por qué es crucial considerar y gestionar eficazmente los costes fijos ya sean grandes o pequeñas empresas pues pueden representar una porción importante del total de gastos incurridos.
Tipos de coste fijo
El coste fijo es una parte integral de la estructura de costos de una empresa. Tal como sugiere su nombre, estos gastos no cambian independientemente del nivel de producción o actividad comercial. En otras palabras, el coste fijo se incurre aunque una empresa no produzca nada en absoluto. Sin embargo, puede ser útil subdividir los costes fijos en varias categorías para tener un entendimiento más preciso.
- Costes de alquiler y propiedades. Este es uno de los tipos más evidentes de costes fijos. Si tu empresa alquila un espacio para las operaciones comerciales, el alquiler se mantendrá constante sin importar cuántas unidades produzcas o vendas. Del mismo modo, si eres dueño del inmueble en el que está tu negocio, aun así debes pagar impuestos a la propiedad y otros gastos relacionados con ese inmueble. Estos también se clasifican como costos fijos.
- Salarios y beneficios. Algunas empresas tienen contratos laborales con sus empleados que garantizan un salario mínimo establecido o proporcionan beneficios continuos como seguro médico o aportaciones a planes de jubilación. Estos son ejemplos clásicos de costes fijos porque deben pagarse sin importar lo bien que le vaya al negocio.
- Depreciación y amortización. Cuando compras un activo a largo plazo para tu negocio, como maquinaria o equipo, este activo perderá valor con el tiempo debido al desgaste natural y la obsolescencia técnica (depresiación). Aunque esta pérdida no suponga efectivamente un desembolso monetario directo por parte del negocio misma resulta crucial considerarla para calcular adecuadamente los resultados financieros del negocio.
- Gastos generales. Estos pueden incluir servicios públicos básicos como electricidad y agua, seguros contra riesgos diversos (incendios por ejemplo), impulsó digitales tales como alojamiento web o una suscripción a software CRM etc., todos ellos representan gastos constantes que deben pagar independientemente del volumen comercial para mantener las operaciones diarias.
- Intereses sobre préstamos. Si has tomado prestado capital para comenzar o expandir tu negocio será necesario liquidar regularmente intereses respecto al monto prestamo obtenido sin importar cómo vayan tus ventas.
Entender tus costes fijos te permite hacer cálculos críticos que afectarán tus decisiones comerciales a largo plazo sobre temas clave como el precio que deberías ponerle a tus productos para alcanzar la rentabilidad o cuántas unidades necesitas vender para cubrir todos tus gastos entre otros aspectos fundamentales dentro el ámbito financiero.