Cooperativismo

El cooperativismo es una doctrina socioeconómica que promueve la organización de los individuos en entidades autónomas, denominadas cooperativas, para satisfacer necesidades comunes. En ellas, existe igualdad entre sus miembros, quienes decidir sobre su gestión de forma democrática, y cualquier ganancia se distribuye entre todos equitativamente.

Navigar en la constante efervescencia de la economía global puede ser un desafío intrincado. La búsqueda del balance entre el bienestar individual y colectivo nos conduce hacia estrategias diversas, y entre ellas se inscribe en letras mayúsculas la palabra «Cooperativismo». Les invitamos a adentrarse en esta interesante vertiente socioeconómica bajo el prisma de una noción más clara y sencillez: Imagina un grupo de personas que deciden unirse para satisfacer necesidades comunes, no a través de una empresa tradicional guiada por los movimientos arbitrarios del mercado o las decisiones de unos pocos directivos, sino mediante una entidad autónoma cuyo timón está firmemente sujeto por todas las manos que forman parte del equipo.

Este ente, también conocido como cooperativa, es como una pequeña democracia económica donde todos sus miembros son iguales, opinan sobre cómo dirigir el navío, y cuando llega la hora de recoger los frutos de su labor compartida, estos se reparten equitativamente. Eso suena bastante razonable e incluso justo ¿verdad? Y esos son precisamente los cimientos sobre los cuales se erige el cooperativismo.

Inmersos en este marco introducimos nuestra publicación que desglosará con profundidad -por medio de varios apartados- este tema fascinante: Abordaremos las principales características y valores inherentes al cooperativismo,Faremos un estudio detallado sobre sus principios fundacionales,Y concluiremos trazando las líneas históricas que han venedado el origen mismo del cooperativismo. Esperamos acompañarles con claridad durante esta travesía académica.

Principales características y valores del cooperativismo

El cooperativismo, sistema económico y social fundado en la colaboración y el trabajo conjunto de sus miembros, es fundamental para muchas economías desarrolladas o en desarrollo. ¿Pero qué define exactamente a una cooperativa? ¿Cuáles son sus valores y características esenciales?

Primero, hablemos de los valores fundamentales del cooperativismo. Estos son intrínsecos a su identidad y alimentan las manos que impulsan su funcionamiento cotidiano.

  • **Ayuda mutua**. Se refiere al carácter solidario del cooperativismo. Los miembros de una cooperativa se apoyan entre sí para lograr metas compartidas.
  • **Responsabilidad**. En las cooperativas, todos los miembros tienen un papel activo y son responsables de la salud general de la empresa.
  • **Democracia**. En contraposición a los sistemas jerárquicos tradicionales, las decisiones dentro de una cooperativa se toman democráticamente.
  • **Igualdad**. Todos los miembros tienen igual peso en las decisiones estratégicas sin importar su inversión financiera.
  • **Equidad**. Las ganancias obtenidas por el trabajo deben distribuirse con justicia entre todos los socios.
  • **Solidaridad**. Las acciones colectivas emprendidas por una Cooperativa benefician tanto a sus miembros como al entorno social inmediato.

Ahora pasemos a las principales características que permiten diferenciar el modelo del cooperativismo frente a otros sistemas económicos:

  • **Una entidad autónoma e independiente:** Una característica esencial del movimiento cooperativo es su autonomía e independencia frente al estado u otras organizaciones corporativas.
  • **Control democrático por parte de los miembros:** Como mencionamos antes, dentro de una cooperativa las decisiones no están reservadas para un solo director o una junta,cada socio tiene voz y voto igualitario.
  • **Participación económica equitativa:** Los excedentes -ganancias después de cubrir costos- no son distribuidos basándose en el capital invertido sino en la actividad realizada por cada socio.
  • **Compromiso con la comunidad:** El propósito último de cualquier iniciativa cooperaiva no es simplemente obtener ganancias sino proporcionar valor sostenible a largo plazo para toda la comunidad.

En resumidas cuentas, este fascinante mecanismo llamado ‘cooperativismo’ transforma el patrón típico «capital-trabajo» introduciendo un novedoso concepto: «trabajo-capital», donde resuena fuertemente la idea trabajadores dueños y controladores totales del negocio que operan conjuntamente con base en principios sólidos como ayuda mutua, responsabilidad e igualdad para hacer posible un verdadero cambio hacia mayor equidad económica global.

Principios del cooperativismo

El cooperativismo, nacido como una respuesta social y económica a la revolución industrial del siglo XIX, se rige por principios orientadores que definen su filosofía, ideales y funcionamiento diario. Estos principios son unas pautas básicas que todas las cooperativas alrededor del mundo deben seguir para garantizar una gestión democrática y equitativa.

En primer lugar, el principio de adhesión voluntaria y abierta significa que cualquier persona puede formar parte de una cooperativa sin importar su raza, religión, sexo u orientación política. Este principio pone en relieve los valores de extradición con bases humanistas e inclusivas del cooperativismo.

El segundo principio es el control democrático de los miembros. Todos los miembros tienen derecho a voto en la toma de decisiones y en la elección de los representantes que dirigen la cooperativa. Este no es un modelo jerárquico donde unos mandan sobre otros,cada voz tiene igual peso.

El tercer principio implica la participación económica de sus integrantes. Los miembros deben contribuir equitativamente al capital de sus cooperativas y gestionarlo democráticamente. Además, las reservas financieras son usufructuadas por todos los socios según sus aportaciones o actividades dentro del marco institucional.

La autonomía e independencia constituye el cuarto principio. Aunque pueden establecer acuerdos con entidades externas para su desarrollo financiero o tecnológico, las cooperativas siempre deben mantenerse autónomas e independientes.

En cuanto al quinto punto, se destaca la educación, formación e información. Las cooperativas tienen la responsabilidad no solo de educar a sus miembros sobre cómo funciona la economía solidaria, sino también informar al público general para impulsar el crecimiento del movimiento cooperativo.

La inter-cooperación como sexto principio significa que todas las cooperativas deben trabajar juntas para fortalecerse mutuamente compartiendo recursos y conocimientos.

Por último está compromiso con la comunidad – específicamente con el desarrollo sostenible-. Independientemente del sector donde desempeñen su actividad económica (agrario, pesca, consumo,.) las acciones desarrolladas cumplirán respetuosamente estas normas medioambientales promoviendo activamente un desarrollo sostenible localmente pero pensando globalmente.

En conclusión estos siete principios sirven como pilares fundamentales en cualquier organización acogida al modelo cooperativo actuando siempre anteponiendo intereses colectivos frente a personales. Así mismo gracias a estos preceptos logra una adecuada balanza entre lo prudencial económico-financiero junto lo justo social-humanista.

Origen del cooperativismo

El cooperativismo, en su esencia, es una idea notablemente antigua. Sus raíces se remontan a tiempos prehistóricos cuando nuestros antepasados trabajaban juntos en la caza y recolección para garantizar la supervivencia de su comunidad. En cualquier caso, los elementos formales del cooperativismo tal como lo conocemos hoy tienen un origen más reciente.

Mediante una mirada retrospectiva, observamos la antigua Roma como el escenario del primer ejemplo documentado de organizaciones que funcionaban con principios similares al cooperativismo. Las «Eranoi», como eran llamadas en Grecia o las «collegia» en Roma, eran sociedades de ayuda mutua donde las personas aportaban contribuciones regulares para contar con un respaldo económico en casos emergencia.

Avanzando varios siglos más cerca de nuestro tiempo, encontramos prácticas parecidas durante la Edad Media en Europa. Los gremios surgieron como asociaciones profesionales que colaboraban tanto en lo económico como social, protegiendo los derechos e intereses de sus miembros.

No obstante, el nacimiento oficial del movimiento cooperativo moderno se sitúa en el siglo XIX en pleno corazón de Inglaterra durante la Revolución Industrial. En este periodo tumultuoso marcado por jornadas laborales largas y condiciones laborales inseguras y penosas,los trabajadores buscaban formas de mejorar su realidad.

Aquí surge La Sociedad Cooperativa de Consumidores de Rochdale, fundada por 28 tejedores y artesanos conocidos bajo el nombre “Los Pioneros Equitativos de Rochdale” en 1844. Este grupo estableció un conjunto innovador de principios que han influido fuertemente: invirtieron y ahorraron juntos,compraron productos alimenticios al por mayor,compartían los beneficios entre todos sus miembros basándose en cuánto habían comprado cada uno,solo aceptaban pagos al contado para evitar caer endeudados.

Estos modestos tejedores lograron materializar una idea revolucionaria – combinando aspectos comerciales exitosos con principios éticos que beneficiaban directamente a sus miembros – dando así origen al modelo cooperativo formal que conocemos hoy.

Este modelo rápido cobró impulso y cruzó fronteras internacionales creciendo solidamente, específicamente dentro del sector agrario Europeo donde granjeros compartian costos y equipos agrícolas. A finales del sigo XIX ya existían miles de cooperativas posicionandose por toda Europa haciendo eco hasta América Latina atendiendo necesidades financieras locales bajo este nuevo sistema solidario economico haciendo prevalecer sobre todo: personas por encima rentabilidad.

Por último pero no menos importante es vital recordar que el camino hacia consagración del movimiento cooperativo no fue sencillo ni lineal,atraveso innumerables retos sociales y legales para llegar a ser reconocido globalmente demostrando tenacidad reflejada dentro paradigma mismo: Colectividad puede luchar contra adversidad.

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