Control operacional

El control operacional es un proceso empresarial que implica supervisar, dirigir y ajustar las operaciones diarias de una organización con el fin de mejorar la eficiencia, garantizar la consistencia en los procesos y cumplir con las normas predeterminadas. Ayuda a dirección a detectar desviaciones en el tiempo y tomar decisiones correctivas adecuadas.

En la dinámica vertiginosa de los negocios actuales, una maximización eficaz de recursos, tiempo y esfuerzos es primordial para lograr el éxito en una organización. Aquí es donde entra en juego un concepto crucial: el control operacional. Imagina el control operacional como un vigía al timón del barco que es tu empresa, observando constantemente las actividades cotidianas, corrigiendo rutas cuando se desvían de su camino y procurando seguir fielmente el mapa diseñado por las normativas y estándares empresariales.

El control operacional, siendo vital para mejorar la eficiencia y regularidad en los procesos corporativos, permite a los líderes detectar tempranamente cualquier irregularidad o anomalía para tomar las decisiones correctivas necesarias. En la siguiente exposición de ideas abordaremos detenidamente cómo se lleva a cabo este proceso fundamental y presentaremos ejemplos prácticos del mismo.

¿Cómo se realiza el control operacional?

El control operacional es un proceso de supervisión y gestión fundamental en cualquier actividad empresarial. Su importancia radica en su capacidad para garantizar que todas las operaciones de negocios se ejecuten conforme a los estándares preestablecidos. Lo anterior, permite maximizar la eficiencia y efectividad, a la vez que minimiza los errores y riesgos.

Para llevar a cabo el control operacional, hay pasos específicos que una organización debe seguir. Vamos a desglosar estos pasos para entender mejor cómo funciona este vital sistema de supervisión.

  • Planeación. Al igual que muchos otros procesos empresariales, el control operacional comienza con una planificación cuidadosa. En esta etapa, los líderes deben establecer las metas del negocio y desarrollar directrices claras sobre cómo lograr estos objetivos.
  • Establecimiento de Estándares. Bajo la luz de los objetivos identificados en la fase de planeación, se crean estándares concretos o criterios contra los cuales se medirá el rendimiento. Estos sistemas podrían ser cuantitativos (como tiempo o coste) o cualitativos (relativos a calidad y características).
  • Ejecución. Una vez definidos los estándares, entramos al dominio de la ejecución real del trabajo programado. Las operaciones son llevadas por personal responsable y competente siguiendo las normativas establecidas.
  • Monitorización. Aquí es donde entra realmente en juego el control operacional. Esta etapa implica un seguimiento constante del desempeño real para compararlo con los estándares establecidos previamente.
  • Comparación. Se compara el rendimiento real con los niveles esperados según las regulaciones existentes.
  • Corrección. Si durante la fase de comparación se identifican divergencias entre la actuación esperada y actual, entramos entonces en una fase correctiva necesaria para abordar estos problemas e impulsar al equipo hacia los objetivos originales trazados.

Debido a su naturaleza cíclica, este proceso no culmina aquí sino que inicia otro ciclo comenzando nuevamente desde la primera etapa conservando aprendizajes adquiridos e incorporándolos en nuevas planeaciones.

Como resumen, el control operacional es fundamentalmente sobre anticiparse a áreas problemáticas antes de convertirse en barreras intransitables para cumplir objetivos estratégicos. Es un mecanismo proactivo y reactivo diseñado para mantener el barco comercial navegando sin problemas hacia su destino deseado aunque enfrentándose a inevitables aguas turbulentas durante su trayectoria empresarial.

La implementación adecuada del control operacional requiere precisión detallista pero trae consigo beneficios tangibles como mejora notable de productividad, incremento notable en eficiencia aparte contribuir grandemente a mitiga riesgos potenciales asociados sobresaltan entre sus beneficios principales lo que puede posicionarte favorablemente dentro mercados competitivos aunque desafiantes también.`,

Ejemplo de control operacional

Para entender a cabalidad el concepto de control operacional, es necesario examinar un ejemplo práctico. Imaginemos una fábrica de producción de vehículos. En esta industria, abundan las oportunidades para implementar el control operacional con el objetivo de mejorar la eficiencia y la productividad.

Inicialmente, la empresa debería tener estándares claramente definidos para cada uno de sus procesos. Estos podrían incluir parámetros como: timeframes específicos para concluir ciertas tareas, márgenes aceptables de desperdicio material o estándares cualitativos del producto final.

Seguidamente, se lleva a cabo la etapa de observación o monitoreo actual. Aquí entra en juego una serie de herramientas tecnológicas que permiten evaluar en tiempo real cómo están funcionando los diferentes segmentos del proceso productivo. Por ejemplo, sensores automáticos podrían monitorizar la velocidad a la que las piezas se mueven a través de la línea de ensamblaje,las cámaras pueden inspeccionar visualmente componentes y corroborar su correcto montaje.

Una vez recopilada esta información mediante métodos digitales o manuales, los supervisores o gestores comparan los resultados obtenidos con los estándares preestablecidos. Si se detecta alguna desviación negativa — por ejemplo, si una fase del ensamblaje lleva más tiempo del que debería — se identifican rápidamente las causas y se toman medidas correctivas necesarias.

Por otra parte existe una estrategia complementaria al control operacional denominada Mejora Continua (Kaizen), que involucra buscar activamente maneras significativas pero pequeñas para mejorar cada día los procesos con el fin último del incremento productivo y calidad en general.

Algunas acciones recurrentes implican revisión continua del flujo trabajo y reacomodo si es necesario,estandarización estricta cuando un nuevo procedimiento efectivo ha sido implementado,equipos multidisciplinarios trabajando sobre problemas puntuales,aplicaciones tecnológicas usadas para análisis detallado constantemente renovado.

Estos ejemplos ilustran cómo funciona el control operacional en un entorno industrial y cómo puede ayudar a optimizar diversas áreas dentro de esa industria.
Los beneficios son múltiples: permite una mayor productividad al reducir desperdicios y mejorar eficiencias,garantiza una homologación cualitativa constante,asegura cumplimiento normativo evitando multas por violaciones regulatorias,
se sostiene como plataforma sólida requerida para estrategias complementarias tipo Kaizen entre otro aspectos positivos.

En conclusión, cualquier organización -no solamente industrias- debería considerar implementar controles operacionales minuciosos adaptados según su giro especifico entendiendo esto como parte integral del éxito en ambientes competitivos actuales.

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