Contrato de descuento

Un contrato de descuento es un acuerdo legal en el que una entidad financiera se compromete a comprar títulos de crédito o valores a un emisor, como letras de cambio o pagarés, por un monto inferior a su valor nominal. La diferencia entre este monto y el valor total constituye el «descuento», usada como interés o ganancia para la entidad financiera.

Adentrémonos en el fascinante mundo de los contratos de descuento, un recurso imprescindible dentro del universo financiero, que permite a las entidades dotarse de liquidez y a su vez, obtener beneficios. Este mecanismo no es más que un acuerdo legal mediante el cual una entidad financiera decide adquirir títulos de crédito o valores emitidos por otra parte, pero lo hace pagando un precio inferior al valor nominal de dichos títulos. Ahí radica precisamente su denominación puesto que “descuento”, se refiere a la diferencia entre esos dos montos: el valor nominal y el menor valor abonado por la entidad financiera. Y bien podría decirse que esa «rebaja» es justamente el modo en que estas entidades obtienen su ganancia.

La intención detrás de este artículo es clarificar conceptos y ofrecer una guía sencilla pero profunda sobre los participantes involucrados en estos contratos, las características principales del mismo, los diferentes tipos existentes y finalmente ilustrar cómo funciona un contrato de descuento con ejemplos reales. Adéntrate con nosotros en esta explicación paso a paso para comprender mejor este importante instrumento dentro del mundo económico-financiero.

Partícipes del contrato de descuento

En un contrato de descuento, la participación parte de distintos actores que desempeñan roles fundamentales y específicos. Principalmente, hay tres actores que participan en un contrato de descuento: el librador, el tenedor y la entidad financiera.

El libroador resulta ser el primer participante en este tipo de contrato. Como creador del documento comercial o título valor que proporciona la base para este acuerdo, tiene una relevancia sustancial. En muchas situaciones podría tratarse del empresario o comerciante quien, en necesidad de liquidez inmediata, decide emitir una letra de cambio o factura a plazo con el fin de ser descontada posteriormente.

El segundo partícipe es el tenedor. Este es la persona física o jurídica que posee la posesión legal del título valor emitido por el librador. En términos sencillos, es quien tiene derecho a recibir el dinero prometido por medio del instrumento financiero al vencimiento establecido.

La entidad financiera entra como tercer y último actor en esta relación contractual. Instituciones bancarias u otras organizaciones financieras se presentan dispuestas a ofrecer liquidez (dinero) al librador o emisor antes de tiempo a exchange de quedarse con su título valor pero cobrando una parte como comisión e intereses por sus servicios financieros y asegurarse contra riesgos potenciales.

Es importante mencionar que cada uno tiene unas obligaciones claramente definidas:

  • El librador debe entregar un título valor negociable,este debe ser válido y contener una promesa firme hacia un pago futuro.
  • El tenedor está encargado de transferir legalmente este título valor a la entidad financiera.
  • Y finalmente, la responsabilidad principal de la entidad financiera consiste en proporcionar fondos inmediatos al tenedor descontando los costes previamente acordados.

Estos tres partícipes están vinculados entre sí mediante mecanismos contractuales complejos. Asegurar que cada uno cumpla adecuadamente su papel contribuirá a un proceso sin fisuras y exitoso.

Al entender estos roles podríamos decir que tenemos una imagen más clara sobre los partícipes clave en esta forma particular de generar flujo monetario instantáneo aún cuando las cuentas por cobrar todavía no estén vencidas ayudando así a las firmas mantener balanceada su tesorería respecto a sus obligaciones cotidianas operativas o imprevistos financieros que puedan surgir entre lapsos comerciales extendidos.

Características principales del contrato de descuento

El contrato de descuento, al igual que otros instrumentos financieros, presenta una serie de características singulares cuya comprensión resulta esencial para su utilización adecuada en el ámbito empresarial y financiero.

En primer lugar, el más destacado aspecto del contrato de descuento radica en su calidad de acuerdo financiero. Dentro de este convenio, una entidad financiera (generalmente un banco) anticipa a la firma o persona física contratante una cantidad monetaria que corresponde a un crédito no vencido. Este crédito puede tomar diversas formas tales como letras de cambio, pagarés u otros documentos comerciales por pagar.

Seguidamente, es importante resaltar que este tipo de contrato tiene carácter mercantil y está regulado por normas específicas dependiendo del país. Por lo tanto, ambas partes están sujetas a obligaciones y derechos concretos,lo cual implica legalidad y formalidad en su celebración.

Una característica relevante del contrato de descuento es también su estructura contractual. A menudo suele ser bilateral porque intervienen dos partes: el bando dando el anticipo (descontante) y la entidad recibiendo dicho adelanto (descontado). No obstante, pueden participar más entidades si se incluyen garantes o avalistas.

Además, debemos destacar que estos contratos son onerosos. Significa que existen obligaciones económicas para todas las partes involucradas. El beneficiario debe pagar al banco una cantidad establecida llamada «intereses por anticipado». En contraste, la institución financiera asume tanto el riesgo crediticio como el coste operativo asociado con otorgar el anticipo antes del vencimiento del crédito descontado.

Finalmente pero no menos crucial es tener presente la temporalidad inherente al contrato de descconto,este se rige bajo un lapso preestablecido entre las partes desde su inicio hasta su extinción o vencimiento obligatorio estipulado según las cláusulas contractuales.

Así pues, comprendemos cómo distintos factores comulgan en un contrato de descuento: su naturaleza mercantil y reglamentada,la intervención mínima necesaria de dos agentes económicos interactuantes,su sustento financiero basado en operaciones crediticias adelantadas,la presencia inevitable y recíproca de compromisos financieros,además del principio rector unitemporal o plazo definido para cada transacción llevada acabo bajo dicho contracto financiero.

Tipos de contratos de descuento

En la operativa financiera diaria, el contrato de descuento juega un papel fundamental como instrumento de financiación. Según su diseño y finalidad se clasifican en distintos tipos. Veamos algunos de ellos:

  • Contrato de Descuento Comercial. Este es posiblemente el más común de los contratos de descuento. Se genera cuando una entidad financiera adquiere derechos crediticios provenientes del tráfico mercantil del cliente a cambio de adelantarle el importe del crédito a un precio menor que su valor nominal. En otras palabras, el banco anticipa al cliente el valor del crédito, descontando sus intereses y comisiones.
  • Contrato de Descuento Financiero. Este tipo opera con valores financieros como letras, bonos o pagarés que aún no han llegado a su vencimiento, y por tanto no pueden ser cobrados inmediatamente por el tenedor original (el propietario). Mediante este contrato se acuerda adelantar esa cantidad pendiente descontando los intereses que se generen por dicho anticipo. El poseedor obtiene liquidez y la entidad financiera unos intereses.
  • Contrato de Descuento Bancario. Es un acuerdo entre un banco y su cliente en donde este último cede los derechos sobre ciertos créditos generados en la actividad comercial ordinaria, presentando documentos mercantiles como facturas o cheques antes del vencimiento pactado con un tercero para obtener liquidez inmediata.
  • Contrato de Redescuento. De igual modo, llamado «descuento de descuentos», permite a una entidad bancaria ceder a otra entidad (normalmente organismos centrales), aquellos efectos ya descontados por esta misma al cliente original a fin obtener liquidez.

Cabe señalar que hay otros tipos menos habituales pero igualmente importantes como los contratos de descuentos variables o negociables según las condiciones específicas pactadas entre las partes involucradas.

Para elegir qué tipo conviene más es crucial conocer sus diferencias y entender cuál ofrece mejores condiciones para las necesidades específicas tanto desde la perspectiva temporal (cuánto tiempo necesitaremos disponer del dinero) como desde la rentabilidad (qué cantidad estaríamos dispuestos a disminuir del capital inicial debido al descuento).

Como resumen, los contratos de descuento ofrecen una gran oportunidad para agilizar las transacciones comerciales exigentes en flujo monetario y fomentan el dinamismo económico al facilitar recursos financieros disponibles cuando son requeridos.

Ejemplo de contrato de descuento

Imaginemos un escenario común en el mundo empresarial para ilustrar cómo funciona un contrato de descuento. Suponga que tienes una tienda de moda boutique y acaba de hacer una venta mayorista a una marca de moda popular. Han hecho pedidos por valor de 20,000 euros, pero los artículos deben fabricarse, empaquetarse y enviarse.

Este proceso requiere un capital significativo y tiempo para completarlo. Con todo, te encuentras con el problema de tener flujo insuficiente de efectivo para respaldar las operaciones inmediatas mientras esperas el pago. Aquí es donde entra en juego un contrato de descuento.

Diriges tus pasos hacia tu banco o a cualquier entidad financiera que ofrezca servicios de factoring o descuento comercial. Les entregas los documentos que prueban la existencia del crédito pendiente (en este caso la factura mayorista) y ellos te extienden efectivo inmediato basado en su valor, después deducen su comisión por brindarte este servicio.

Imagina que el banco ofrece un acuerdo del 90%. Es decir, que recibirás el 90% del total pendiente. Esto, sería 18,000 euros en efectivo para impulsar tus operaciones comerciales actuales mientras se cumple la entrega al cliente.

Al hacerlo, transfieres los derechos del cobro a la entidad con quien realizaste el contrato, quién será responsable por recibir el pago total cuando venza la factura. Cuando esto ocurre e imaginando que ningún otra circunstancia interviene (retrasos en pagos o falta del mismo), habrías recibido 18,000 euros e incurrido en una pérdida del 10% (2,000 euros) debido al descuento acordado.

Aunque permanentemente perdiste esa porción del ingreso originalmente estipulado por la venta mayorista,lograste mantener tu flujo de caja constante al asegurar capital casi inmediato a través del contrato de descuento. Eso significa poder continuar con las operaciones diarias sin interrupciones significativas ni problemas financieros potencialmente perjudiciales.

Este proceso demuestra cómo los contratos de descuento pueden ayudar a las empresas a mantenerse funcionales ante compromisos financieros importantes y plazos limitados.

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