La «competencia desleal» se refiere a prácticas comerciales injustas o engañosas que distorsionan el mercado. Estas pueden incluir mentiras sobre los productos o servicios de un competidor, imitación fraudulenta, publicidad engañosa, violación de secreto comercial u otras acciones destinadas a obtener una ventaja competitiva injusta.
En el aguerrido panorama empresarial de hoy, la ‘competencia desleal’ se ha convertido en un término comúnmente empleado. Pero ¿qué significa exactamente y cómo afecta a los negocios, la economía y los consumidores? Asumamos que toda compañía quiere superar a sus competidores y encabezar su sector, ya sea ofreciendo un producto superior o servicios destacables. No obstante, algunos utilizan tácticas no muy éticas para lograr sus metas, y es precisamente de estas tácticas de las que trataremos aquí.
La competencia desleal aglutina todas aquellas prácticas comerciales que falta por una interpretación honesta del juego libre de mercado. Mentirosas afirmaciones sobre productos o servicios rivales, imitaciones ilícitas de productos o marcas populares así como publicidad ilusoria componen algunas muestras ejemplificativas de este comportamiento fraudulento. Todo acto que importe una deliberada transgresión en busca del beneficio propio se inserta en este oscuro cuadrante donde las normas parecen desvanecerse.
A través del siguiente análisis examinaremos detalladamente qué constituye una práctica de competencia desleal. Acompáñenos en este recorrido por el laberinto más sombrío del mundo empresarial,aquel lugar donde la lealtad parece no tener cabida pero cuyo entendimiento resulta clave para proteger nuestra economía e incluso nuestra decisión como consumidores conscientes.
Prácticas de competencia desleal
Prácticas de competencia desleal se refieren a estrategias comerciales deshonestas que una empresa puede usar para obtener una ventaja injusta sobre sus competidores. Hay numerosos ejemplos de estas maniobras anticuadas, no éticas y con frecuencia ilegales, pero podemos agruparlas en grandes categorías:
En primer lugar, tenemos las prácticas conocidas como engañosas o fraudulentas. Éstas pueden abarcar desde la publicidad falsa hasta la creación y venta de productos imitación. Este tipo de prácticas actúa directamente engañando al consumidor acerca de los beneficios, el valor o la calidad del producto o servicio ofrecido por una empresa. Esta calcada manipulación puede generar impresiones falsas sobre el rendimiento del producto, su origen e incluso su popularidad.
Otra categoría importante se refiere a las acciones que buscan dañar la reputación de un competidor a través del rumor, las afirmaciones falsas y otras tácticas similares. Estos ataques pueden ser directos o indirectos e incluyen todo tipo de difamaciones que puedan evitar el avance comercial de los competidores.
A esto le siguen las prácticas monopolísticas y las barreras a la entrada. Aquí nos referimos a formas más sistemáticas y estructurales de competencia desleal donde una empresa controla una parte tan grande del mercado que impide que otras empresas puedan ingresar y competir en ese espacio. Algunos ejemplos son precios predatorios – vender por debajo del costo para expulsar a los rivales – y exclusividad forzada – obligar a los distribuidores o proveedores a trabajar exclusivamente con ellos.
Por otra parte, el espionaje comercial es otra maniobra sin escrúpulos utilizada para adquirir información privilegiada sobre una empresa competidora. Puede involucrar la filtración interna para obtener secretos comerciales o tácticas empresariales.
Es importante notar que estas tácticas no solo perjudican a otras empresas sino también al mercado en general e inclusive al consumidor final. Puesto que se limitan sus opciones y la economía sana basada en la libre elección antes valores reales se ve amenazada.
La lucha contra estas formas malintencionadas tiene lugar tanto en cortes legales como reguladores nacionales e internacionales quienes mantienen un rol fiscalizador diseñado para mantener un campo parejo donde todas las empresas tienen igualdad antes el desafío empresarial.