Comitente

El comitente es una figura jurídica y económica que designa a la persona o entidad que encarga a otra, denominada comisionista, para realizar una operación comercial o financiera en su nombre y representación. El comitente asume los resultados de dicha operación, ya sean beneficios o pérdidas.

En el fascinante laberinto de las relaciones comerciales y financieras, existen figuras que pueden pasar desapercibidas para el ojo inexperto, pero que juegan roles cruciales en la dinámica del intercambio de bienes y servicios. Entre ellos se encuentra el comitente, un actor económico cuyo papel esencial consiste en delegar operaciones a un tercero, conocido como comisionista. Los resultados de estas operaciones recaen sobre él: si son exitosas, celebra,si no lo son, asume la responsabilidad. En términos más simples: imagina que eres dueño de una empresa, pero necesitas vender tus productos en otro país. No tienes suficiente experiencia ni tiempo para hacerlo tú mismo, entonces contratas a alguien para que lo haga por ti. Ese alguien es el comisionista quien tiene la tarea de vender tus productos bajo tu nombre y la responsabilidad -tanto los beneficios como las pérdidas- caerán sobre ti como dueño y comitente. Para entender mejor estos roles entrelazados y su importancia en la economía global moderna, analizaremos de cerca las funciones del comitente así como las diferencias claves entre el comitente y el comisionista en los apartados siguientes.

Funciones del comitente

En el complicado mundo de las finanzas y los negocios, los comitentes juegan un papel crucial. Estas entidades, sean personas o compañías, son las responsables de conferir una tarea o trabajo a una organización externa. Las funciones que un comitente realiza pueden ser muy variadas, pero todas tienen algo en común: su objetivo final es lograr que se ejecute una tarea de la forma más eficiente posible.

Uno de los roles principales del comitente es determinar qué tareas o responsabilidades desea delegar a otro individuo u organización. Por lo general, estas tareas son demasiado grandes para manejarlas internamente o requieren un conjunto especializado de habilidades que no posee el equipo actual.

Una vez determinadas las tareas que necesita delegar, el comitente tiene la tarea de seleccionar al contratista más adecuado en términos de habilidades técnicas y costos. Esta decisión puede implicar la realización de entrevistas y reuniones para evaluar a los posibles contratistas, así como la revisión cuidadosa de propuestas y presupuestos.

Realizada esta selección, uno de los deberes más importantes del comitente es negociar e implementar un contrato con el contratista seleccionado. Este contrato debe establecer claramente las expectativas en sí mismas: plazos para la entrega del trabajo, montos a pagar e incluso qué pasará si alguna parte no cumple con sus obligaciones.

El seguimiento y supervisión también forman parte del papel desempeñado por el comitente. Debe asegurarse constantemente que el contratista está llevando a cabo su labor tal como se acordó. Esto probablemente implicará revisiones periódicas del trabajo realizado hasta ese momento y comparaciones contra lo especificado en el contrato.

Finalmente, otra función relevante para un comitente es resolver cualquier conflicto que pueda surgir durante la duración del trabajo. En cualquier relación contractual compleja siempre habrá problemas inesperados o desacuerdos sobre ciertos puntos del proyecto,siendo este capaz de mediar entre las partes implicadas para lograr soluciones factibles.

Entre todas estas funciones verás cómo destaca una necesidad inherente: tener habilidades tanto técnicas como interpersonales excelentes. Con ellas podrá evaluar adecuadamente a posibles contratistas, supervisar su trabajo eficientemente y manejar cualquier problema que surja durante el proceso.

Diferencia entre comitente y comisionista

En el mundo de los negocios y las finanzas, nos encontramos con diversos términos y conceptos que pueden resultar confusos para aquellos no familiarizados con la jerga del sector. Dos de ellos son «comitente» y «comisionista», palabras que aunque parezcan similares, tienen diferencias significativas.

El comitente es aquella persona o entidad que contrata los servicios de un tercero para llevar a cabo una determinada tarea o actividad. Es decir, el cliente en sí mismo. En espacios como el ámbito inmobiliario, el comitente puede ser quien contrata a un corredor para vender su propiedad. Por tanto, el comitente confiere poderes al agente para actuar en su nombre.

Por otro lado, tenemos al comisionista. Este es el individuo o la compañía que ha sido contratada por el comitente para proporcionar un servicio específico. De esta manera, si seguimos con nuestro ejemplo inmobiliario previo: El agente sería considerado como el comisionista. Son quienes reciben un encargo y se comprometen a cumplirlo a cambio de una compensación económica conocida como «comisión».

Algunas diferencias clave entre estos dos actores son:

1) Autoridad y control: El comitente es quien posee la autoridad y control sobre las decisiones relativas al trabajo por hacer. En cambio, aunque el comisionista porta cierta autonomía durante su gestión del servicio o tarea asignada (dagando este dentro de los limites establecidos), opera bajo las instrucciones del comitente.

2) Riesgo financiero: El riesgo financieramente hablando también recae según cada parte,pues mientras el comisionista hace frente al riesgos inherentes a efectuar una prestación incorrecta por incumplimientos contractuales,en general será siempre – salvo estipulaciones excepcionales -, quien paga por dichos servicios (el Comidente), quién asume los mayores riesgos financieros.

3) Beneficio económico: Finalmente otro aspecto destacable es quien recibe beneficio directo,mientras eltAmbién difieren en cuanto a las ganancias económicas derivadas de la transacción final o acuerdo empresarial. Así pues, generalmente hablando cualquier eventual beneficio procederá hacia quién ha desembolsado capital (el Comidante necesita desembolsarlo),aunqu exista claro está siempre posibilidad dempor ejemplo lucro indirecto hábilmente calculado por ambas partes- mediante estructuraciones adecuadas,pero quien paga suele tornarse beneficiado gracoas suestmreuctiras¡

Resumiendo lo anterior podemos decir entonces qué parte tiene sus propias responsabilidades singulares ante un encargo designado -generalmente-, pero sin lugar a dudas resultan ambos piezas angularmente concurrentes a fin conformar adecuadamente cúalquier tipo contrato relativo labores profesionales símil principalmente cuando tratamos situaciones donde un intermediario realiza acciones otra persona ó bien empresa.»

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