La amortización degresiva es un método contable utilizado para depreciar los activos fijos de una empresa, en el cual se aplica una tasa de amortización decreciente a lo largo del período en el que se le asigna la vida útil del activo. Lo que indica que los gastos por depreciación son mayores al principio del ciclo de vida del activo y van disminuyendo con el paso del tiempo. Esta estrategia contable puede ayudar a las empresas a reducir su carga fiscal durante los primeros años, aunque también puede aumentar su exposición al riesgo en caso de tener que vender el activo antes de su plazo máximo.
La amortización degresiva es un término financiero que hace referencia al proceso mediante el cual las empresas contabilizan la depreciación de sus activos fijos. Significa que, a lo largo del tiempo, se aplicará una tasa decreciente sobre el valor del activo. Por tanto, los gastos por depreciación son mayores al principio y van disminuyendo con el paso del tiempo. Este método puede ser útil para reducir la carga fiscal durante los primeros años, aunque también conlleva un mayor riesgo en caso de tener que vender el activo antes de su plazo máximo.
Hay varios métodos para realizar esta contabilidad: la amortización lineal, la amortización degresiva por números dígitos y la aplicación de una tasa constante.
A lo largo de este artículo veremos en detalle cómo funciona cada uno de ellos y analizaremos las diferencias entre estos métodos contables. Si estás interesado en saber cómo optimizar tus estrategias financieras para mejorar tus resultados empresa, quédate con nosotros y disfruta de nuestra experiencia en economía y finanzas.
Amortización degresiva: Diferencias con la amortización lineal
La amortización es un término muy utilizado en el mundo de las finanzas y contabilidad, especialmente cuando se trata de la depreciación de bienes y activos fijos. La amortización se refiere al proceso gradual de reducción del valor de un activo a lo largo del tiempo.
Hay dos tipos principales de amortización: la amortización lineal y la amortización degresiva. La principal diferencia entre ambas consiste en la fórmula utilizada para calcular el valor depreciado cada período.
En la amortización lineal, el valor reducido por período suele ser constante, es decir, una cantidad idéntica se deduce cada año hasta que el valor del activo alcance cero o su valor residual. Este método es popular debido a su simplicidad en los cálculos y su confiabilidad para generar registros contables precisos.
Por otro lado, la amortización degresiva también conocida como (amortización acelerada) aplica una tasa mayor a los primeros años en comparación con los siguientes. El objetivo principal de este tipo de depósito es hacer frente al bajo rendimiento que tiene un bien nuevo durante sus primeros años o períodos. A medida que transcurre el tiempo, el activo gana más estabilidad y comienza a producir más beneficios.
Un ejemplo concreto práctico de este tipo podría ser un automóvil recién comprado. Durante sus primeras salidas a carretera experimenta mayor desgaste y pierde mucho más rápido su valor comercial que después de unos cuantos años, cuando ya ha demostrado cierta durabilidad. Esta modalidad permite generar mayores deducciones fiscales tempranamente al adquirir productos nuevos o recientes.
Además del método empleado, otros factores influyen en la elección de una amortización determinada, como el tipo de activo, su vida útil estimada y los requisitos legales o fiscales. Cada situación puede variar y es necesario conocer con precisión las características y peculiaridades del activo para seleccionar adecuadamente el tipo de amortización idónea.
En conclusión, tanto la amortización lineal como la degresiva son métodos muy útiles para registrar la depreciación de los bienes y activos fijos. La elección dependerá de factores como las normas fiscales aplicables y las características del bien involucrado. Conociendo ambas opciones se podrá tomar una decisión mas acertada al momento de considerar el impacto a largo plazo que tendrá en las finanzas de tu empresa.
El método de la amortización degresiva por números dígitos
La amortización es un término que se refiere al proceso mediante el cual se distribuyen de forma sistemática los costos de un activo fijo a lo largo de su vida útil. La amortización degresiva por números dígitos es un método específico utilizado para calcular la depreciación de un activo fijo.
Este método asume que la tasa de depreciación del activo disminuirá de forma gradual con el tiempo, en lugar de mantenerse constante. Para ello, se usa una fórmula matemática que implica multiplicar el costo del activo por una fracción que contiene una serie de dígitos.
Por ejemplo, para calcular la depreciación anual utilizando el método degresivo por números dígitos en un período de 5 años, se comenzaría dividiendo 1 entre la suma total de los dígitos (15), lo que resulta en una fracción igual a 0.0667. Luego, para el primer año se aplicaría esta fracción al costo inicial del activo y así sucesivamente cada año reduciendo en 1 el número total de años hasta llegar al último año donde solo quedaría restarle la cantidad ya depreciada recuperada:
Año 1: Costo del Activo x (5/15) = Depreciación Anual
Año 2: Costo del Activo x (4/15) = Depreciación Anual
Año 3: Costo del Activo x (3/15) = Depreciación Anual
Año 4: Costo del Activo x (2/15) = Depreciación Anual
Año 5: Costo del Activo x (1/15 – ya recuperado) = Depreciación Anual
Una de las ventajas de este método es que permite mayores deducciones fiscales al inicio de la vida útil del activo, lo que puede ser ventajoso en términos financieros. Sin embargo, puede resultar complejo y requerir un mayor seguimiento y cálculo.
En conclusión, la amortización degresiva por números dígitos es un método alternativo utilizado para calcular la depreciación de los activos fijos y tiene sus propias ventajas y desventajas. Es importante evaluar cuidadosamente el uso de este método en función de las necesidades específicas de cada empresa o negocio.
Aplicación de la amortización degresiva con un porcentaje constante
La amortización degresiva con un porcentaje constante es una práctica común en el mundo de las finanzas. Consiste en calcular la depreciación de un activo fijo asignando un mismo porcentaje al valor contable cada año. En lugar de restar una cantidad fija del valor original del activo, se aplica un porcentaje constante que va disminuyendo gradualmente a medida que pasan los años.
Seguidamente, te explicamos cómo se aplica esta técnica y sus principales ventajas:
- Cálculo de la amortización
El primer paso para aplicar la amortización degresiva con un porcentaje constante es determinar cuál será el valor inicial o base del activo a depreciar. Una vez definido, se establece el porcentaje de depreciación anual que se le aplicará, considerando la vida útil del activo y su posible valor residual (si lo tiene).
- Distribución del costo
La distribución del costo se realiza en proporción al tiempo o número de años estimados para la vida útil el activo. Para ello se utiliza una tabla que muestra los montos correspondientes a cada año.
- Beneficios
Entre los beneficios más destacados de utilizar este método tenemos:
- Flexibilidad. Permite reducir la carga fiscal en períodos iniciales y aumentarla cuando reduzca otras implicaciones fiscales.
- Ahorro. Al permitir una tasa mayor al inicio, mejora el flujo efectivo en aquellos primeros años.
- Efectividad financiera. El cálculo es más preciso ya que refleja mejor cómo disminuye el desgaste sobre los bienes.
En resumen, si deseas aplicar correctamente la amortización degresiva con un porcentaje constante debes identificar la vida útil del activo y su posible valor residual para establecer una tasa que se ajuste a la depreciación de ese bien. Con esta técnica optimizas el flujo efectivo y aumenta tu eficiencia financiera.