Activo inmovilizado

Activo inmovilizado es un término contable que se utiliza para referirse al valor de los bienes materiales, tales como maquinaria, equipamiento, edificios y terrenos, que una empresa posee con el propósito de ser usados ​​en operaciones a largo plazo. Estas inversiones no se contemplan como activos corrientes porque generalmente no están destinadas a la venta o al uso para producir ingresos durante el periodo contable actual.

¿En alguna ocasión te has preguntado qué es el activo inmovilizado? A lo largo de este artículo explicaremos qué significa, sus características, su clasificación y detallaremos cómo se amortiza, deprecia y se deteriora su valor.

El activo inmovilizado es un término empleado en contabilidad para referirse a los bienes materiales que una empresa posee con el objeto de ser utilizados a largo plazo. Estos bienes pueden ser maquinaria, equipamientos, edificios y terrenos. Sin embargo no están destinados a la venta ni al uso para producir ingresos durante el periodo contable actual.

En las próximas líneas conoceremos las características del activo inmovilizado así como su clasificación y cómo se amortiza, deprecia o pierde valor.

Activo inmovilizado
Activo inmovilizado

Características del activo inmovilizado

En las próximas líneas se detallan las principales características del activo inmovilizado:

  • Durabilidad. El activo inmovilizado se considera duradero ya que está destinado a generar ingresos y/ o beneficios financieros a largo plazo. Esto significa que no hay necesidad de reemplazarlo con regularidad, como sucede con los elementos de gasto corriente.
  • Desgravación fiscal. La mayoría de los gobiernos dan una desgravación fiscal a las empresas que adquieren bienes inmovilizados. Por tanto, los costes de adquisición están exentos o reducidos en un porcentaje determinado. Esta es una gran ventaja para la empresa ya que le permite obtener mayores ganancias netas al final del periodo contable.
  • Mantenimiento. Los bienes inmovilizados requieren un mantenimiento periódico para garantizar su buen funcionamiento y maximizar sus beneficios financieros a largo plazo. En consecuencia, es importante planificar adecuadamente el presupuesto asignado para el mantenimiento y mejora de estos activos.
  • Depreciación. Los bienes inmovilizados se deprecian con el tiempo debido al desgaste natural causado por su uso diario o por la tecnología obsoleta. Sin embargo, la tasa de depreciación varía dependiendo del tipo de activo y del país en donde se encuentre ubicada la empresa. En consecuencia, es importante entender este concepto antes de comprar cualquier bien inmovilizado para poder determinar cuántas ganancias netas podría generar en el futuro.

Clasificación del activo inmovilizado

Los principales tipos de activos inmovilizados incluyen:

  • Activos materiales. Están formados por bienes físicos tales como maquinaria, vehículos, equipamiento, mobiliario y otros bienes destinados al uso directo en la producción de productos o servicios.
  • Activos intangibles. Incluyen todos aquellos derechos legales como patentes, marcas comerciales, derechos de autor y otros similares. Del mismo modo, incluye cuentas por cobrar derivadas de arrendamientos u operaciones similares.
  • Inversiones a largo plazo. Estas son actividades financieras que son mantenidas para generar ingresos futuros, tales como acciones en empresas relacionadas o bonos emitidos por entidades gubernamentales u otras empresas privadas.

Es importante tener en cuenta que los activos inmovilizados son diferentes de los activos corrientes debido a su naturaleza no líquida. Los primeros no se pueden convertir fácilmente en efectivo o utilizarse para cubrir las necesidades operativas a corto plazo. No obstante, pueden proporcionar beneficios significativos a largo plazo para la organización si se administran adecuadamente. Por esta razón, es importante realizar un análisis detallado del activo inmovilizado antes de tomar decisiones sobre su compra o venta.

Amortización, depreciación y deterioro de valor del inmovilizado

La amortización, depreciación y deterioro de valor del inmovilizado son conceptos contables que afectan a los bienes inmovilizados de una empresa. Estos conceptos se usan para registrar las pérdidas de valor de los activos con el paso del tiempo.

La amortización es el proceso por el cual una empresa reduce el valor contable de un activo a lo largo de su vida útil. Esta reducción se lleva a cabo mediante cargos periódicos en la cuenta de resultados, conocidos como gastos amortizables. Los gastos amortizables se distribuyen uniformemente sobre toda la vida útil del activo.

La depreciación es similar a la amortización, pero se utiliza para bienes materiales como maquinaria, equipamiento y vehículos. En este caso, los costes se distribuyen en base al uso o desgaste que sufre el activo durante su vida útil. La depreciación también se registra en forma de cargo periódico en la cuenta de resultados.

El deterioro del valor del inmovilizado es un concepto relativamente nuevo que se aplica principalmente a bienes intangibles como marcas, patentes e inversiones financieras. Se trata de un cálculo basado en el principio contable que establece que los activos deben reflejar su valor justo. Si un activo no cumple con este principio, entonces su valor justo será menor que su coste original y habrá que contabilizar una pérdida por deteriorarlo hasta obtener dichas cifras.

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