Un activo contingente se refiere a una posible ganancia o pérdida que puede surgir en el futuro y que depende de eventos inciertos fuera del control de la entidad. Estos activos contingentes no se reconocen en los estados financieros ya que su realización dependerá de la ocurrencia o no de un evento en el futuro, pero se divulgan en las notas explicativas para informar a los usuarios sobre posibles riesgos y beneficios futuros.
La contabilidad y las finanzas son áreas que se ocupan de las situaciones económicas actuales, pero también tratan de prever posibles riesgos o ganancias futuras. Una herramienta en el mundo de la inversión que nos ayuda a entender esta perspectiva es el activo contingente. Un activo contingente hace referencia a una posible ganancia o pérdida que puede darse en un futuro no muy lejano, cuya materialización depende de sucesos inciertos fuera del control de la empresa. Esto quiere decir que estos activos no se incluyen en los balances financieros porque aún no han ocurrido, pero sí se mencionan en las notas explicativas para dar información relevante sobre los posibles escenarios financieramente relevantes.
Dicho esto, es importante destacar algunos aspectos clave de los activos contingentes. Por un lado, suelen ser difíciles de valorar ya que dependen del futuro, por tanto necesitan ser tratados con mucho cuidado en términos contables y fiscales. Por otro lado, conviene tener presente la diferencia entre los dos tipos principales de contingencias: una positiva (ganancias) y otra negativa (pérdidas).
Este artículo continuará hablando sobre temas como la contabilización del activo contingente, una comparación con el pasivo contingente —que implica más bien pérdidas futuras— y culminará con un ejemplo práctico para ilustrar mejor todos estos conceptos.
Contabilidad de un activo contingente
La contabilidad de un activo contingente se refiere a aquellos bienes o derechos que aún no han sido reconocidos como tales por su incertidumbre en cuanto a su existencia, propiedad o valor. En otras palabras, se trata de una situación en la que no se tiene certeza absoluta sobre si el activo existe, si efectivamente le pertenece a la empresa o cuál es su valor.
Ante esta situación, es necesario llevar un registro detallado y preciso para poder determinar la importancia y relevancia de estos activos y tomar decisiones acertadas al respecto. La contabilidad de un activo contingente va a depender del grado de incertidumbre que lo rodea y las medidas que se deban tomar para poder establecer su verdadero valor.
Por ejemplo, imaginemos una empresa que ha presentado una demanda contra otra compañía por derechos de propiedad intelectual. Mientras esta disputa legal está en proceso, el resultado es incierto y por tanto esta propiedad intelectual tendría que ser considerada como un activo contingente. Sin embargo, si el juez falla a favor de la empresa demandante y recupera los derechos sobre dicha propiedad intelectual, entonces ya no será considerado un activo contingente sino uno “real”.
Para definir correctamente estos conceptos los contadores van a requerir del uso e interpretación adecuada de las normas internacionales de información financiera (NIIF) así como también del conocimiento experto en asuntos jurídicos.
Estos son los pasos generales a seguir para llevar a cabo la contabilidad de un activo contingente:
- Identificar el tipo de posible contingencia
- Estimar el grado razonablemente posible
- Calcular el impacto financiero
- Clasificar la contingencia
- Administrar y monitorear los riesgos
Dicho con otras palabras, la contabilidad de un activo contingente puede resultar ser una tarea complicada pero es esencial para tomar decisiones informadas y estratégicas que salvaguardan el patrimonio de la empresa. La clave está en tener un registro detallado y preciso, además de conocer bien las normas internacionales de información financiera y estar preparados para adaptarse a los cambios y desafíos que surjan en relación con dichos activos.
Diferencia entre activo contingente y pasivo contingente
En el mundo de la contabilidad y las finanzas, es importante entender la diferencia entre activo contingente y pasivo contingente. Aunque ambos términos pueden sonar similares, en realidad representan conceptos opuestos.
En primer lugar, un activo contingente se refiere a una posible ganancia futura que una empresa podría obtener si se cumplen ciertas condiciones o si ocurren ciertos eventos. Es decir, un activo contingente depende de sucesos que aún no han ocurrido y que podrían generar alguna ventaja económica a la entidad. Un ejemplo común de activo contingente es una demanda legal en la que la empresa tiene una posibilidad razonable de ganar y recibir una indemnización significativa.
Por otro lado, un pasivo contingente se refiere a una posible pérdida futura que tendría que asumir la empresa si se cumplen ciertas condiciones o si ocurren ciertos eventos. En este caso, un pasivo contingente también depende de sucesos futuros e inciertos cuya realización representa un riesgo para el resultado financiero de la organización. Un ejemplo común de pasivo contingente es una multa o sanción pendiente por algún incumplimiento regulatorio o fiscal.
Es importante tener en cuenta que tanto los activos contingentes como los pasivos contingentes no pueden ser registrados en los estados financieros hasta que sean reconocidos con certeza. Hasta entonces sólo son clasificados como información significativa sobre el riesgo financiero al cual está expuesta la entidad.
Para identificar dichas situaciones debe haber evidencia suficiente del evento futuro y su probabilidad asociada debe ser estimulada con base en criterios técnicos estandarizados dentro del sector específico al cual pertenece la empresa.
Dicho con otras palabras, un activo contingente es una posible ganancia futura mientras que un pasivo contingente representa una posible pérdida futura de la entidad. Ambos conceptos son importantes para comprender el riesgo financiero al que se enfrenta una empresa.
Ejemplo de activo contingente
Un activo contingente se puede definir como una posible ganancia financiera que está pendiente de una resolución incierta. Es decir, es una situación en la que hay una posibilidad de que se obtenga algún beneficio económico en el futuro, pero no se puede estar seguro de ello.
Un ejemplo común de activo contingente sería un juicio pendiente en el que se espera ganar. Si un empresario ha demandado a otra empresa por daños y perjuicios y espera ganar el caso, entonces ese potencial ingreso podría ser considerado un activo contingente.
Otro ejemplo podría ser si hay una posibilidad de recibir incentivos fiscales por invertir en ciertas zonas o proyectos gubernamentales. Aunque estos incentivos no están seguros al 100%, podrían ser considerados un activo contingente.
Es importante recordar que estos posibles beneficios financieros no pueden ser registrados como ingresos hasta que sean garantizados por ley o contractualmente. Adicionalmente, su valor final puede variar ampliamente dependiendo del resultado final de la situación.
En conclusión, los activos contingentes pueden tener un impacto significativo en las finanzas empresariales y pueden proporcionar oportunidades interesantes para obtener beneficios financieros adicionales. Aún así, siempre debemos asegurarnos de mantener nuestras expectativas realistas y cautelosas hasta la resolución final del asunto incierto.