Demanda elástica

La «demanda elástica» se refiere a una situación económica en la que pequeñas variaciones en el precio de un producto o servicio provocan grandes cambios en la cantidad demandada por los consumidores. Este fenómeno evidencia una alta sensibilidad del consumo ante fluctuaciones de precios.

En un mundo en constante movimiento y cambio, donde cada decisión puede tener un impacto significativo, se encuentra una figura omnipresente en nuestras vidas: la economía. Con todo, este vasto campo de estudio está plagado de términos y conceptos que pueden resultar esquivos para el público general. Uno de estos conceptos es la «demanda elástica». Imagina que eres dueño de una tienda. Un día decides subir un poco los precios. Si observas que esta pequeña subida ha hecho que muchos menos clientes compren tu producto, estás experimentando lo que se conoce como demanda elástica.

Por otro lado, si ese cambio no parece afectar notablemente a las compras de tus clientes, estaríamos hablando de demanda inelástica. Pero ¿cuáles son las determinantes de la demanda elástica? ¿Cuándo surgió este concepto? ¿Cómo podemos representarlo gráficamente? Incluso más interesante perfectamente posible terorizar acerca del caso extremo conocido como «Demanda Elástica Perfecta» y sus repercusiones teóricas.

Acompáñanos mientras exploramos estas fascinantes cuestiones y desentrañamos los misterios del comportamiento humano frente a los caprichos del mercado.

Determinantes de la demanda elástica

Cuando hablamos de la demanda elástica, nos referimos a cómo los consumidores responden a los cambios en el precio de un producto. Para ser más precisos, si un pequeño cambio en el precio produce un cambio significativo en la cantidad demandada, se dice que esa demanda es ‘elástica’. Con todo, cabe preguntarse: ¿Qué factores determinan este comportamiento?

En primer lugar, uno de los contribuyentes más importantes a la demanda elástica es la disponibilidad de productos sustitutos. En otras palabras, si existen muchos productos similares en el mercado y el precio de uno aumenta, los consumidores pueden simplemente elegir una opción alternativa más barata. Por ejemplo, si una marca específica de café sube su precio y tiene muchas alternativas disponibles para los consumidores en términos de sabor y calidad comparable, es probable que su demanda sea muy elástica.

En segundo lugar, la naturaleza del bien o servicio también juega un papel crucial. Si un producto es percibido como una necesidad – algo sin lo cual no podemos pasar – entonces su demanda tiende a ser inelástica. Con todo, si se trata de un lujo o algo deseable pero no esencial – como joyas o televisores caros – entonces cualquier incremento en su precio puede conducir a

Origen del concepto

Fue en el siglo XIX cuando la «elasticidad de demanda» empezó a tomar forma, perfilándose como un componente central del análisis económico, gracias a los pioneros en economía y finanzas. En lo más recóndito de este largo camino histórico y científico que ahora nos adentra en sus profundidades, encontramos figuras de la talla de Carl Friedrich Gauss y Francis Ysidro Edgeworth. Son ellos, junto a otros economistas alabarados y encumbrados por su maestría técnica y visión penetrante, quienes dieron vida al concepto que estudiamos hoy.

Es necesario mirar atrás para entender el viaje intelectual de nuestro concepto objeto. El surgimiento del término «elasticidad» se ubica en los albores del pensamiento económico clásico. Con todo, es durante el período neoclásico cuando se fragua definitivamente su definición moderna.

Alfred Marshall, uno de los padres fundadores de la economía neoclásica, adoptó la termología ‘elástica’ mientras trabajaba sobre las leyes cuantitativas relacionadas con la oferta y la demanda a finales del siglo XIX. Dentro de su obra magna, “Principios de Economía” (1890), Marshall presenta una imagen vívida e integrada de cómo funciona una economía avanzada.

El inglés utilizaba metafóricamente las propiedades mecánicas del látex para describir distintos comportamientos económicos. La ‘elasticidad’ venía a medir así, justamente como sucede con una banda elástica que puede estirarse o contraerse en diferente medida dependiendo de la fuerza aplicada.

Enfatizó dos tipos básicos: la elasticidad-precio -que refiere a cómo cambia la cantidad demandada de un bien o servicio ante cambios en su precio- y la elasticidad-renta -que se preocupa por cómo varía nuestra elección consumista ante cambios en nuestros ingresos-. Ambas abiertas luego por posteriores autores para describir también otros factores influyentes.

Durante mucho tiempo después del trabajo seminal de Marshall –y hasta hoy– estas dos variantes han sido consideradas componentes centrales para analizar mercados específicos,desde vino fino hasta apartamentos turísticos. Han permitido no solo comprender fenómenos retrospectivos sino también formular predicciones sobrio futuros tendenciales incluso bajo contextos volátiles.

Con forme pasaron las décadas, proliferaron diversas versiones matemáticas mejoradas para representar este fenómeno notablemente versátil llegando así hasta donde estamos hoy: utilizando vigorosas ecuaciones matemáticas capaces interpretar velozmente grandes bases datos sin perder precisión ni capacidad analítica alguna sobre esta fundamental herramienta conceptual.

Representación gráfica de la demanda elástica

Para comprender plenamente una demanda elástica, es esencial visualizar cómo se representa en un gráfico. En términos generales, una demanda es elástica cuando un cambio porcentual en el precio conduce a un cambio mayor en la cantidad demandada. Esta naturaleza sucesible de las cantidades a los precios toma forma visual mediante la curva de demanda.

La representación gráfica de una demanda elástica utiliza normalmente lo que llamamos un gráfico de curva de demanda. Este gráfico coloca el precio en el eje vertical y la cantidad en el eje horizontal.

  • El Eje Vertical. Aquí se manifiesta todo lo relativo a los precios del bien o servicio que está siendo considerado. Los puntos más bajos del eje denotan precios inferiores mientras que los puntos más altos indican precios superiores.
  • El Eje Horizontal. En este eje encontramos representada la cantidad del bien o servicio exigida por los consumidores. A medida que nos desplazamos hacia la derecha, la cantidad aumentará y viceversa si nos movemos hacia la izquierda.

Ahora pensemos en nuestra curva de demanda,ésta muestra exactamente cómo cambia esa cantidad exigida cuando fluctúa el precio del producto o servicio.

No obstante, aquí estamos hablando específicamente sobre demandas elásticas,entonces ¿Cómo distinguimos precisamente cuándo una curva representa ésta? Bueno, todas las pendientes descendentes negativas representan algo parecido a una situación de ‘demanda’, pero sólo aquellas pendientes relativamente planas capturan las características particulares de la ‘demanda elástica’.

Una pendiente empinada indica inelasticidad,esto significa que los cambios de precios no afectarán significativamente a cuánto del producto desean comprar los consumidores. Con todo, cuando observemos una pendiente más plana, esto indicará elasticidad, donde pequenos cambios en los precios impulsan grandes cambios en cuanto quieren comprar estos mismos consumidores.

Por tanto, para poder identificar visualmente este tipo específico de demanda simplemente necesitaremos buscar aquellas líneas más horizontales antes que verticales al trazar o analizar nuestras curvas.

De lo anterior se desprende dos connotaciones principales: Por un lado, situaciones donde predominen productos sin muchos sustitutos o bienes imprescindibles tendrá como resultado curvas más empinadas (inelásticas). Por otro lado, circunstancias donde existan muchas alternativas disponibles u objetos menos necesarios resultarán generalmente en una línea mas planas (elásticas).

En última instancia la utilidad realzada por esta práctica radica principalmente tanto para individuos como empresas, pues les dota entender mejor cómo las variaciones del precio impactaran sus decisiones comerciales y/o financieras momentáneas y futuras.

Demanda elástica perfecta

La demanda elástica perfecta representa un escenario en la economía que, aunque no es muy común en la realidad, privilegia a los consumidores. En este caso, los compradores tienen total libertad y control para adquirir productos o servicios al precio que consideren más justo y conveniente. Si aumenta el precio, aunque sea mínimamente, la demanda caerá inmediatamente a cero. Y si el precio disminuye ligeramente, las compras pueden dispararse hasta niveles insospechados.

Factorizando influencias externas por una parte y manteniendo condiciones constantes por otra, podríamos hablar de ciertos elementos clave que están íntimamente vinculados con la demanda elástica perfecta:

  • Existencia de sustitutos. Los bienes o servicios con una alta disponibilidad de equivalentes cercanos tienden a tener una demanda más elástica. Esto se debe a que si los precios suben solo un poco, los consumidores pueden optar fácilmente por alternativas más económicas.
  • Disposición del ingreso. Con frecuencia se asume que los individuos actúan de manera racional respecto del uso de sus recursos financieros. Por tanto, si descubren que el costo de su producto favorito ha aumentado ligeramente y afectará su presupuesto substancialmente comprarán otros artículos como sustitutos.
  • Percepción del valor. Si los consumidores creen que un producto o servicio vale menos que su precio actual bajará su consumo considerablemente.

En contextos donde predomina la demanda elástica perfecta encontramos mercados altamente competitivos y productos homogéneos,para no perder cuota mercado las empresas mantienen sus precios fijos resistiendo con firmeza cualquier impulso hacia cambios marginales en esos valores pues saben bien que eventuales aumentos de preciso resultarían catastróficos para sus ventas.

Aunque puede parecer una situación desalentadora para vendedores,también representa oportunidades interesantes especialmente si son capaces de mejorar la percepción del valor entre sus clientes potenciales -si logran justificar un ligero aumento del precio frente al beneficio obtenido-.

Como podemos observar todas estas variables apuntan al hecho fundamental: En un entorno definido por la demanda elástica perfecta cada centavo cuenta y primordialmente quién tiene en última instancia toda fuerza decisoria es aquel quien consume y paga por ello. La relación entre precio y cantidad está fuertemente impulsada por las decisiones de estos consumidores perspicaces.

Deja un comentario