La crisis sistémica se refiere a una serie de eventos adversos y catastróficos que cuestionan la estabilidad y el funcionamiento de un sistema económico completo, provocando un colapso en el mercado. Es una perturbación a gran escala que afecta a distintas instituciones financieras simultáneamente, pudiendo generar un efecto dominó en la economía global.
Adentrarse en el universo de la economía y las finanzas puede suponer un desafío dado su complejidad y su lenguaje técnico. Uno de esos términos que podemos encontrar es la «crisis sistémica». Este fenómeno, más común de lo que nos gustaría admitir, tiene el poder de poner patas arriba el funcionamiento íntegro de una economía, siendo capaz incluso de tambalear los mercados a nivel global. De forma más comprensible, podríamos definirlo como esa serie desafortunada y devastadora de eventos que logra sacudir los cimientos del sistema económico al provocar fallos en distintas instituciones financieras al mismo tiempo. Es una especie de terremoto financiero que llega sin aviso, generando una reacción en cadena o efecto dominó. En esta publicación profundizaremos sobre sus consecuencias y también ofreceremos ejemplos históricos reales para entender mejor qué significa realmente afrontar una crisis sistémica.
Consecuencias de una crisis sistémica
Una crisis sistémica es un desajuste a gran escala que afecta a la economía y los mercados financieros de forma nacional o global. Las consecuencias de estas alteraciones son múltiples y tienen efectos devastadores en diferentes niveles.
La primera consecuencia poderosa de una crisis sistémica es el colapso del sistema financiero. Durante una crisis, los bancos pueden llegar a caer en la insolvencia. Esto, significa que no son capaces de cubrir sus obligaciones financieras. Cuando esto sucede, las personas e instituciones que mantienen depósitos en esos bancos corren el riesgo de perderlo todo. Asimismo, las empresas se enfrentan a una severa escasez de crédito para financiar sus operaciones diarias.
Además, viene acompañada por un pronunciado declive económico con una fuerte contracción del Producto Interior Bruto (PIB). La causa subyacente es generalmente una pérdida masiva de confianza en el sistema financiero y en la capacidad económica del país o región, lo que lleva a disminuir la inversión y el consumo. Este descenso conduce al desempleo masivo ya que sin ingresos muchas empresas no podrán mantener su personal.
Otra lamentable consecuencia tendría lugar sobre las finanzas públicas. Con mayores tasas de desempleo y menos empresas generadoras de ingresos, los gobiernos verán caer dramáticamente sus ingresos fiscales justo cuando deberían estar aumentando el gasto público para estimular la economía. Esto habitualmente conduce a déficits fiscales altísimos y un rápido incremento en la deuda pública.
La crisis sistémica también puede dar lugar al estallido social. El desempleo y las dificultades económicas conducen al malestar ciudadano, manifestándose en protestas o disturbios civiles que terminan debilitando más aún la economía del país.
Pero también afectaría al nivel internacional. Los largos tentáculos de una crisis sistémica pueden extenderse más allá de las fronteras nacionales causando efectos económicamente devastadores para países conectados mediante comercio o inversiones.
Las repercusiones políticas globales también se hacen presentes cuando se produce una crisis sistémica,ésta puede reconfigurar distribuciones mundiales del poder e influencia significativamente las relaciones internacionales y políticas exteriores.
Como podemos apreciar, las repercusiones derivadas de una crisis sistémica son muy graves tanto a nivel microeconómico como macroeconómico. Es por ello fundamental aprender cómo prevenirlas para proteger nuestras economías y sociedades del trauma asociado con estos fenómenicos eventos globales.
Ejemplos de crisis sistémicas
A lo largo de la historia económica global, han ocurrido diversas crisis sistémicas que nos permiten entender de manera concreta este concepto teórico. Las crisis sistémicas ocurren cuando un sistema financiero completo se ve amenazado y pudiera desencadenarse un derrumbe completo de la economía. Analizaremos algunos ejemplos.
El Crack de 1929 es, quizás, el episodio más conocido y emblemático en cuanto a crisis sistémicas. Ocurre cuando una burbuja especulativa en el mercado de valores de Estados Unidos colapsó y llevó a una profunda depresión económica que duró más de una década. Durante este período, el desempleo subió drásticamente, los precios cayeron alrededor del 25% y muchas empresas quebraron. Esta hizo evidentes las fallas sistemáticas en la regulación financiera de los mercados.
Otro ejemplo significativo es la Crisis Financiera Asiática ocurrida entre 1997-1998. Esta crisis originalmente comenzó en Tailandia después del colapso del baht tailandés a causa del excesivo endeudamiento externo. Esto llevó rápidamente a una serie de quiebras financieras que se propagaron por Indonesia, Corea del Sur y posteriormente a toda Asia oriental así como llegar hasta Rusia y Brasil.
El shock petrolero durante la década midiados de 1970 es otro caso ilustrativo,esta vez centrado en la industria energética. A raíz del embargo árabe sobre el petróleo vendido a Occidente, los precios aumentaron repentinamente e interrumpierón las cadenas globales productivas basadas en energía barata. Los resultados fueron recesiones generalizadas, inflación e incremento considerable del desempleo en muchos países industrializados.
Por último tenemos la Gran Recesión del 2008-2009 que surgió inicialmente debido al estallido de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos, extendiendo sus consecuencias financieras negativas al resto del mundo. Esto condujo finalmente a una serie catastrófica de eventos culminando con quiebras bancarias e instituciones crediticias internacionales necesitando rescate por parte del gobierno estadounidense y europeo.
En cada caso destacado vemos cómo no sólo afectan un sector o un mercado específico sino cómo se expande rápidamente provocando serias distrorsiones o incluso parálisis completa dentro de los sistemas financieros nacionales e internacionales. Estos hablan claramente acerca qué entendemos por «crisis sistémica» dentro nuestra economía global.