El «crédito revolving» es un tipo de crédito que ofrece una línea de financiación continua a los clientes, permitiéndoles pedir prestado hasta un límite aprobado anticipadamente. La particularidad de este sistema radica en que cuando el titular devuelve parte o todo el dinero solicitado, renueva automáticamente su capacidad para solicitarlo nuevamente, adaptando la cuota según el saldo pendiente.
En las profundidades del universo financiero, uno de los conceptos que suele generar cierta confusión es el “crédito revolving”. A pesar de tener un nombre bastante exótico, este término encierra una idea muy sencilla a la vez que potente. Imagina tener a tu disposición un montón de dinero que puedes usar cuando quieras, hasta una cantidad determinada, fijada con anterioridad. Y luego imagina poder reembolsar lo utilizado y recobrar la misma cantidad inicial para usarla nuevamente como te plazca. Fascinante, ¿verdad? Pues eso es exactamente lo que propone el crédito revolving. En los siguientes apartados desglosaremos con mayor detalle las ventajas y desventajas inherentes a este sistema y proporcionaremos ejemplos para clarificar aún más su funcionamiento. ¡Adéntrate conmigo en este apasionante mundo financiero!
Ventajas y desventajas del crédito revolving
Sin duda alguna, el crédito revolving tiene aspectos muy interesantes que lo hacen atractivo para algunos usuarios. Pero como toda herramienta financiera, también tenemos que considerar las posibles desventajas antes de tomar la decisión de adquirir uno.
Empezando por las ventajas, éstas son algunas de las más destacadas:
- Flexibilidad. El crédito revolving permite a los usuarios disponer de un límite de crédito constantemente recargable. Es decir, puedes gastar hasta determinado límite acordado con tu banco y conforme vas pagando, ese saldo se vuelve disponible para usar nuevamente.
- Pagos adaptados. Tú decides cómo devolver el dinero prestado en función de tus capacidades financieras. Puedes optar por una cantidad fija cada mes o un porcentaje del saldo adeudado.
- Emergencias imprevistas. Tener acceso a un crédito revolving puede ser útil durante emergencias financieras inesperadas o cuando necesitas hacer una compra importante y no tienes fondos suficientes al instante.
No obstante, también debemos tener en cuenta ciertas desventajas:
- Tasas de interés altas. Este tipo de créditos suelen tener tasas de interés más elevadas en comparación con otros productos bancarios como los préstamos personales o hipotecarios.
- Deuda perpetua. Dada su naturaleza renovable, si no se maneja adecuadamente puede llevarte a incurrir en una espiral constante de gastos y pagos que no disminuyen considerablemente la principal adeudada.
- Impacto negativo en la puntuación crediticia. Si se utiliza este tipo de crédito hasta cerca del límite permitido durante largos periodos y no se realiza más que el pago mínimo requerido mensualmente puede afectar negativamente tu calificación crediticia.
- Posibilidad del endeudamiento excesivo. Como te permite gastar más allá actualidad económica – porque sólo requieres devolver mensualmente un mínimo – te puedes exponer al riesgo de gastar más allá tus posibilidades económicas reales e incurrir en altos niveles endeudamiento excesivo
En resumidas cuentas, ventajas como flexibilidad y accesibilidad inmediata pueden volverse desventajas si no se usan con responsabilidad y estrategia financiera adecuada.
Un buen uso requerirá conocimiento preciso sobre nuestras capacidades financieras presentes y futuras así como el estudio detallado sobre todas las clausulas referentes al contrato crediticio firmado con nuestra entidad bancaria.
Ejemplo de crédito revolving
El crédito revolving, también conocido como crédito renovable o rotativo, es una modalidad de préstamo que se caracteriza por su flexibilidad y disponibilidad constante. Para entenderlo mejor, vamos a plantear un ejemplo práctico.
Imagínate que eres propietario de una tarjeta de crédito con características revolving. El límite de tu tarjeta de crédito es de 2.000 euros y en un determinado mes realizas gastos por un total de 500 euros. Por tanto, al finalizar el mes, te quedarán disponibles 1.500 euros del total original.
Al llegar el momento del pago, decides abonar solo una parte del importe gastado, digamos que pagas 300 euros y los restantes 200 euros los difieres a plazos mensuales. En este caso tus pagos futuros incluirán tanto los intereses generados por estos 200 euros como la cantidad pendiente a devolver.
En el siguiente periodo dispones nuevamente del límite inicial de la tarjeta menos la cantidad no abonada totalmente (vigente), es decir: 2.000 – 200 =1800 euros disponibles. Supongamos que en este nuevo ciclo gastas otros 600 euros quedando disponible entonces un total de 1.200 euros.
Cuando llega el siguiente vencimiento decides pagar únicamente un tercio (200€) quedándote una cifra pendiente del nuevo gasto más lo anterior que asciende a los (600-200+200)=600€ vigentes a girar al próximo periodo al cual deberás sumarle los intereses generados.
Tal como puedes observar, en este tipo de créditos siempre se mantiene una línea disponible para ejecutar operaciones económicas hasta tanto no se sobrepase el límite inicialmente estipulado. A su vez cada pago realizado recupera parte del saldo disponible hasta llegar nuevamente al monto máximo establecido, excepto si eliges liquidarlo todo al finalizar el mes.
Además se debe considerar que cada uso genera intereses sobre saldo no cancelado dentro los periodos permitidos para diferirlos sin incidencia alguna en cuanto si has recuperado tu capacidad crediticia para volver a usarla.
Este ejemplo nos ilustra cómo funciona un crédito revolving: permite libertad financiera inmediata pero suele acompañarse con tasas elevadas debido a esa flexibilidad otorgada siendo fuente habitual de endeudamiento progresivo sino se maneja con diligencia suficiente para cubrir cada vencimiento por completo evitando riesgos innecesarios ocultos tras su aparente conveniencia.