Crédito

El crédito es una operación financiera en la que una entidad, generalmente un banco o institución similar, otorga una cantidad de dinero o bienes a un solicitante, bajo el compromiso de que este último devolverá el monto otorgado, usualmente con intereses y en un período de tiempo determinado. Esto facilita financiar proyectos o resolver problemas económicos temporales.

En el dinámico universo de las finanzas, el crédito reluce como una herramienta vital tanto para individuos como para empresas. Pero, ¿qué es realmente un crédito? Podríamos definirlo como un contrato entre tú y una entidad bancaria o financiera, en la que ellos te entregan dinero o bienes que necesitas en ese momento. A cambio debes comprometerte a devolver exactamente lo recibido más algunos extras -los famosos intereses- en un plazo previamente acordado. Esta práctica se presenta como una eficaz solución para materializar proyectos de futuro e incluso hacer frente a contratiempos económicos momentáneos.

A lo largo de este artículo vamos a adentrarnos en las luces y sombras de los créditos, exploraremos sus diversas modalidades, recorreremos su origen histórico y realzaremos su utilidad con ejemplos concretos. También ahondaremos en las propiedades del denominado ‘crédito revolvente’ y finalizaremos dibujando la línea que separa un crédito de un préstamo. Únete a este viaje financiero donde aprenderemos cómo utilizar el crédito no solo como mecanismo de supervivencia económica sino también estratégicamente para potenciar nuestras metas financieras personales o empresariales.

Ventajas y desventajas de los créditos

Cuando hablamos de créditos, nos referimos a un acuerdo financiero en el que una entidad presta a una persona o empresa una determinada cantidad de dinero, y este último se compromete a devolverlo, junto con los intereses acordados, en un periodo de tiempo establecido. Como todo instrumento financiero, los créditos tienen su cara y cruz. Veamos sus ventajas y desventajas.

Las ventajas del uso de créditos son notables. Permíteme esbozarlas para ti:

  • Son una fuente rápida de financiación. Cuando hay demanda inmediata de dinero para pagar unas facturas, hacer inversiones o cubrir otras necesidades financieras urgentes, un crédito puede resultar idóneo.
  • Facilitan las grandes compras. Muchos bienes duraderos como viviendas o automóviles pueden ser adquiridos mediante préstamos o créditos que permiten repartir el costo total en pequeños pagos periódicos.
  • Ayudan a construir historial crediticio. Un buen historial crediticio puede abrir la puerta a mejores condiciones crediticias en el futuro.
  • Permiten realizar compras incluso si no se dispone del dinero al momento.
  • Otorgan flexibilidad financiera pues muchos créditos permiten decidir la cantidad que se desea devolver cada mes siempre que sea por encima del mínimo establecido por la entidad emisora.
  • Ciertos tipos de crédito ofrecen recompensas como puntos, millas de viaje o descuentos por su uso responsable y obediente.

A pesar de estas ventajas significativas, hay también desventajas asociadas al uso del crédito:

  • Los intereses pueden elevar considerablemente el costo final del préstamo.
  • Si se retrasa el pago de las cuotas mensuales se pueden generar sanciones e incluso dañar nuestro historial crediticio.
  • Los requisitos para acceder a un crédito pueden ser rigurosos especialmente para aquellos con bajos ingresos o mal historial crediticio.
  • Contar con demasiados préstamos puede conducir a una sobreendeudada situación financieramente peligrosa.
  • Ciertos tipos de crédito crean la ilusión psicológica de tener más dinero disponible realmente lo anteriormente tenido lo cual anima al consumidor al gasto compulsivo.
  • Algunas entidades tienen falta transparencia ocultando costos adicionales generando sorpresivas tasaciones por servicios adicionales que inicialmente parecían gratuitos dentro del préstamo.

En resumen, antes pedir un crédito debemos evaluar cuidadosamente nuestras necesidades financieras así igual nuestras capacidades para pagar en plazo planeado es importante entender completamente los términos y condiciones acuerdos asociados clarificar cualquier duda antes firmarlo siempre destacando leer entre líneas pequeña letra contratos financieros evitar sorpresivas complicaciones futuro

Tipos de créditos

Para comprender adecuadamente el concepto de crédito, es fundamental explorar sus diferentes tipos. Los créditos se pueden categorizar en varios grupos según su finalidad, duración y garantía.

En primer lugar, encontramos los créditos personales o al consumo. Estos son préstamos que las instituciones financieras conceden a particulares para cubrir necesidades de consumo o gastos personales. Por regla general, no se requiere ninguna garantía específica más allá del compromiso personal de devolver el dinero prestado más los intereses acordados. Un claro ejemplo serían los créditos rápidos para pequeños gastos imprevistos.

Por otro lado, los créditos hipotecarios son préstamos otorgados bajo la garantía de un bien inmueble. Generalmente se emplean para la adquisición o remodelación de viviendas. La característica principal es que, en caso de impago por parte del prestatario, la entidad financiera puede iniciar un proceso para quedarse con la propiedad y así recuperar lo prestado.

Siguiendo esta línea encontramos también los créditos comerciales o empresariales. Son aquellos dirigidos a empresas con el objetivo de financiar la adquisición de bienes y servicios necesarios para su actividad económica.

En cuarto lugar están los llamados microcréditos. Considerados como una herramienta de inclusión financiera, estos instrumentos buscan apoyar pequeñas iniciativas empresariales o proyectos sociales en zonas desfavorecidas donde el acceso a formas convencionales de crédito puede ser limitado. Su monto suele ser pequeño en comparación al resto.

Finalmente, cabe mencionar los denominados «créditos revolving» tan habituales hoy día gracias a nuestras tarjetas de crédito: permiten disponer a voluntad del cliente hasta una cantidad predefinida por la entidad bancaria (el límite), pudiendo reembolsarse las cantidades dispuestas y volver a utilizarse hasta alcanzar nuevamente ese límite,suelen tener elevadas tasas de interés en comparación con otras modalidades crediticias.

Cada tipo tiene características propias que lo hacen adecuando para ciertos fines pero también elementos que deberán considerarse cuidadosamente antes asumir tal compromiso. Es importante recordar siempre que un crédito no es dinero gratis sino una obligación financiera que exige responsabilidad e inteligencia financiera.

Origen de los créditos

La historia del crédito es tan antigua como la civilización misma. Las primeras formas de crédito pueden rastrearse hasta las antiguas civilizaciones de Mesopotamia, Egipto y Grecia, donde los préstamos se hacían en forma de granos, semillas o ganado. Este era un sistema basado en la confianza y el reconocimiento mutuo,no existían contratos escritos ni tasas de interés establecidas.

En la antigua Roma, el crédito adquirió una forma más estructurada. Los prestamistas romanos comenzaron a utilizar contratos escritos y se implementó el concepto de interés. Aquí se estableció la división entre el «capital», la cantidad original del préstamo y «usura», intereses por el préstamo. Pero aún, estos préstamos eran principalmente a nivel personal.

Conforme avanzaba la Edad Media en Europa, surgieron los “prestatarios” quienes tenían como actividad principal prestar dinero con interés. La Iglesia Católica desaprobaba esta práctica y quienes realizaban esta actividad eran excomulgados. En cualquier caso, esa percepción cambió con tiempo gracias a los argumentos lúcidos presentados por teólogos.

A inicios del Renacimiento en Italia, fueron las familias adineradas como los Medici las que pusieron en marcha el sistema bancario moderno mediante su red de sucursales en toda Europa para facilitar el comercio. Ellos crearon la cuenta corriente bancaria que permitía anotaciones tanto al debe como al haber.

La Revolución Industrial trajo consigo importantes cambios económicos y sociales que dieron lugar al nacimiento del crédito moderno tal como lo conocemos ahora: desde hipotecas para financiar propiedades hasta tarjetas de crédito para compras cotidianas. Durante este periodo surgen también las cooperativas de crédito orientadas a ayudar a las personas de bajos ingresos.

El siglo XX vio proliferar cuantiosamente diversos tipos e formas crediticias – tarjetas de créditos, líneas crediticias empresariales etc., dando pie a diversas regulaciones gubernamentales para garantizar prácticas justas y evitar usuras.

Si observamos hemos recorrido un largo camino desde pagar en ganado hasta deslizar una tarjeta plástica o hacer clic en un botón para obtener financiación instantánea.
No obstante, aunque haya cambiado enormemente con el paso del tiempo, el concepto básico detrás del crédito -la confianza- sigue siendo exactamente igual.
Esperemos este paseo histórico le ayude a entender mejor todos los elementos presentes miremos hacia dónde evoluciona este instrumento financiero llamado “crédito” tan fundamental en nuestra economía global actual.

Ejemplo de crédito

Imaginémonos el siguiente escenario: María es una emprendedora que desea poner en marcha su propio negocio, una tienda de ropa online. Ha invertido tiempo y esfuerzo en diseñar un sitio web efectivo, seleccionar los productos que venderá y estructurar su plan de negocio. En cualquier caso, a pesar de todo su duro trabajo, le falta un componente esencial para llevar a buen puerto su idea: el capital inicial.

María necesita dinero para comprar su primera remesa de ropa, para la publicidad inicial y para cubrir los costos operativos durante los primeros meses hasta que comience a obtener ganancias. No cuenta con suficientes ahorros y sus amigos o familiares no pueden proporcionarle el capital necesario. Entonces ¿Cómo podrá María conseguir el dinero que necesita?

Este es un ejemplo en donde entraría en juego la figura del crédito. Al acercarse a una entidad financiera como un banco o caja rural, María podría solicitar un crédito empresarial para ayudarla a financiar esta fase inicial de su negocio.

Esta entidad financiera analizará la viabilidad del proyecto presentado por María –teniendo en cuenta variables como rentabilidad esperada, plan de negocio detallado– así como también la capacidad crediticia personal de María –historial crediticio, ingresos personales– antes de tomar una decisión.

Si consideran viable el proyecto y confían en la capacidad de pago futura de María, aprobarán esa petición. Luego se procede con la firma del contrato correspondiente donde se acordará:

  • – La cantidad total del crédito.
  • – Los intereses que se cobrarán al cliente.
  • – El plazo sobre cuánto tiempo debe pagarse este préstamo.
  • – Las penalizaciones por mora o incumplimiento en caso que el cliente no pueda realizar sus pagos.

El banco entregará entonces a María los fondos necesarios para poner en marcha su tienda online y comenzará a pagar conforme lo estipulado: mensualidades establecidas incluyendo parte del capital prestado más los intereses asociados.

Este ejemplo ilustra cómo funciona básicamente un proceso de crédito: permite que individuos o empresas tengan acceso inmediato a recursos económicos con el compromiso de devolverlo bajo ciertas condiciones.

Crédito revolvente

El crédito revolvente, también conocido como crédito rotativo o renovable, representa una de las diversas formas de utilizar el crédito en nuestras vidas cotidianas. Este tipo de crédito opera sobre un concepto bastante flexible y relajado, lo que procura comodidad y conveniencia a los usuarios.

Básicamente, el crédito revolvente es un acuerdo donde tú (el prestatario) llegas a un pacto con el banco o la entidad crediticia (el prestamista), que te permite retirar, pagar y volver a retirar hasta cierta suma máxima acordada llamada límite de crédito. Aquí puedes realizar múltiples transacciones sin necesidad de solicitar un nuevo préstamo después del pago del anterior.

Ventajas:

  • Mayor fluidez financiera. Puedes obtener dinero fácilmente en cualquier momento dentro del límite de crédito.
  • Flexibilidad. Solo pagas intereses sobre la cantidad que realmente utilizaste, no sobre el total disponible.
  • Posibilidad de consolidación de deuda. Es especialmente útil cuando se necesita pagar otras tarjetas o cuentas.
  • Fácil acceso al efectivo. Puedes disponer del efectivo siempre que lo necesites sin sobrepasar tu límite.

Sin embargo, no todo son rosas en este jardín y es importante conocer también las desventajas:

  • Tasas altas. En general, los intereses pueden ser relativamente elevados según la institución.
  • Sobrendeudamiento potencial. Dado su fácil acceso y uso puede llevar a acumulación innecesaria de saldos pendientes.
  • Cambio constante del balance y cargos por interés. Con cada uso cambia el saldo e incrementa la cantidad adeudada.

Ejemplos comunes de este tipo incluyen tarjetas de crédito -donde gastamos usando nuestro monto dispuesto- y líneas de crédito personales o comerciales -que suelen ser más grandes-. Estos ejemplos ilustran claramente cómo funciona este paradigma crediticio,después hacer una compra con nuestra tarjeta (utilizar parte del monto), al recibir nuestra factura mensual si decidimos pagar sólo una fracción del total gastado -lo mínimo a cubrir-, estaríamos aplicando básicamente cómo trabajar bajo este tipo convirtiéndolo en un préstamo.

En resumidas cuentas, entender los detalles detrás del concepto ‘crédito revolvente’ puede ayudarte enormemente para manejar tus finanzas personal con eficacia aumentando tus posibilidades financieras pero siempre recordando actuar dentro tus posibilidades evitando caer en problemas futuros relacionados con la capacidad para solventar las obligaciones contraídas.

Principales diferencias entre un crédito y un préstamo

A menudo, los términos «crédito» y «préstamo» se utilizan indistintamente en el mundo financiero. Sin embargo, aunque comparten similitudes en cuanto a su propósito – proporcionar fondos adicionales al solicitante-, presentan diferencias fundamentales que todo consumidor debería entender para tomar decisiones financieras adecuadas.

La primera diferencia significativa radica en la manera que se entrega el dinero. En un préstamo, el banco o entidad financiera suministra al prestatario una cantidad de dinero completa desde el inicio. Por otro lado, un crédito funciona como una especie de cuenta corriente donde la entidad pone a disposición del cliente una suma de dinero que este podrá usar según sus necesidades. Solo pagará intereses sobre lo utilizado.

Hablemos sobre la estructura de pagos: Los préstamos normalmente tienen cuotas fijas durante toda la vida del préstamo, lo que puede facilitar la planificación financiera. Estas cuotas incluyen tanto los intereses como una parte del capital prestado. Mientras tanto, con un crédito, los pagos varían en función del importe dispuesto y, por lo general, es más flexible a nivel organizativo.

Veamos cómo opera la tasa de interés: Un préstamo presenta una tasa de interés fija o variable pactada al inicio del contrato sin cambiar durante la vida del crédito excepto si este es variable. Para un crédito,la tasa probablemente variará conforme las condiciones del mercado cambien y además añaden comisiones por apertura o disponibilidad.

Por último pero no menos importante está el factor renovación: Un préstamo finaliza cuando se devuelve todo el dinero prestado más los intereses generados,tras ello se puede solicitar un nuevo préstamo pero no es automático. Contrariamente, un crédito es renovable ya que después de devolver parcial o totalmente lo previamente utilizado- irá otra vez disponible para ser usado sin tener que realizar nuevos trámites.

Como resumen:

1) Los préstamos ofrecen una cantidad completa desde el principio mientras que un crédito permite disponer gradualmente.
2) Los préstamos tienen cuotas fijas mientras en los créditos son variables.
3) En un préstamo la tasa de interés suele ser acordada desde el inicio,en cambio, para los créditos estas pueden cambiar.
4) Una vez terminado un préstamo necesita solicitarse uno nuevo,con los créditos solo debes reponerlo para volver a utilizarlo.

Entender estas diferencias resulta crucial al considerar qué opción se ajusta mejor a tus necesidades personales o empresariales.-

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