Un cheque bancario es un documento emitido por una entidad financiera que garantiza el pago de una determinada cantidad al portador o a la orden de un beneficiario específico. El banco retira los fondos del cuenta del emisor en el momento de la expedición, asegurando la disponibilidad para el destinatario.
Adentrarse en el mundo de las finanzas puede parecer un laberinto confuso lleno de términos complicados. Pero no hay nada que temas, estamos aquí para desmitificar uno de los conceptos más útiles y comunes en la vida financiera diaria: el cheque bancario. Imagina por un momento que llevas un sello de garantía que tu banco te da y con él puedes respaldar una transacción económica con alguien más. Más o menos así funciona esto del cheque bancario. Es como una promesa escrita, hecha por la entidad bancaria, donde se asegura que la cantidad económica reflejada en él será entregada a quien está señalado como beneficiario o al portador del documento,algo así como asegurar en papel y por escrito, que pagarás lo acordado.
En esta publicación exploraremos a fondo cómo funciona este instrumento financiero, distinguiendo entre los diferentes tipos de cheques bancarios y arrojando luz también sobre esa variante especial denominada «cheque conformado». Así que prepárate para sumergirte en este fascinante mundo financiero e incrementar tus conocimientos sobre estos instrumentos clave para facilitar el intercambio económico.
Cheque bancario y cheque conformado
El cheque bancario es una orden de pago que se emite contra un banco, en lugar de contra una cuenta individual. Un individuo o empresa paga al banco el monto que desea emitir en cheque, y luego el banco genera un cheque por ese monto a nombre del destinatario. La gran ventaja de esta modalidad de cheques es la seguridad que ofrece, ya que el receptor tiene garantizado el cobro del mismo debido a que fue emitido por la entidad bancaria tras recibir previamente los fondos. A su vez, este mecanismo puede utilizarse cuando la confianza entre los involucrados no es completa o aún está en construcción.
Entre las particularidades más notorias del cheque bancario encontraremos:
- Seguridad. Proporcionan un grado extra de seguridad para ambas partes respecto a los cheques personales.
- Rastreabilidad. Al ser emitidos y gestionados por entidades bancarias reconocidas, siempre tendrán un seguimiento propio de estas instituciones.
- Comodidad. Elaborar un cheque bancario solo requiere del interés y la disposición financiera del emisor.
Por otro lado, tenemos al cheque conformado también conocido como ‘certificado’. En este caso, aunque aún necesario contar con los fondos en una cuenta específica para su emisión, lo distintivo reside en que la entidad financiera retendrá esos fondos hasta que el beneficiario decida cobrarlo o hasta su expiración (usualmente después de 15 días). Con esta figura se asegura tanto al beneficiario como al emisor sobre la disponibilidad y viabilidad del dinero en cuestión.
Algunas características claves del cheque conformado incluyen:
- Fiabilidad. La entidad financiera confirma públicamente (*de ahí conformar*) la existencia y disponibilidad inmediata de los fondos necesarios para cubrirlo.
- Defensa contra fraudes. Al tratarse de instrumentos sellados por un banco bajo observación precisa, se protege mejor a todas las partes contra estafas.
- Espacio temporal prolongado para ser cobrado. Este tipo usualmente provee una ventana más extensa para su utilización antes de volverse inválido.
En suma, tanto el cheque bancario como el conformado son alternativas excelentes para cuando las transacciones normales vía efectivo o transferencia carecen del respaldo fiduciario durante situaciones negociables importantes o potencialmente riesgosas.
Tipos de cheques bancarios
En el universo bancario, el cheque es una de las herramientas más comunes y de amplia utilización. No obstante, no todos los cheques son iguales y existen diferentes tipos que se adaptan a distintas necesidades. Examinemos más de cerca los diversos tipos de cheques bancarios disponibles actualmente.
Primero encontramos el cheque personal, que es quizás el más común. Este se emite desde una cuenta corriente en nombre del titular de la cuenta. Para hacerlo efectivo, simplemente se requiere la firma del mismo.
El cheque certificado es otro tipo muy utilizado. Se trata de un cheque respaldado por la entidad bancaria. Lo que implica que garantiza la disponibilidad y retención del importe hasta su fecha de vencimiento. Generalmente suele utilizarse en transacciones grandes como compraventas o negocios importantes.
El tercer tipo es el cheque cruzado, un instrumento especialmente diseñado para proteger al beneficiario contra posibles fraudes o robos. Al cruzar verticalmente dos líneas paralelas en el anverso del cheque, este solo puede ser cobrado mediante depósito en una cuenta bancaria.
Existe también lo que se conoce como «cheque al portador». Estos pueden ser cobrados por cualquier persona que los presente en la ventanilla del banco, sin requerir constatar la identidad del beneficiario.
Sumándose a esta lista encontramos también al «cheque nominal», cuyo pago está destinado a una persona o entidad específica cuyo nombre aparece impreso en él,así como también los «cheques postdatados», emitidos con una fecha futura para su cobro.
Un caso especial es el llamado «cheque viajero» o “travel check”, generalmente emitido por instituciones bancarias internacionales como American Express o Thomas Cook. Este tipo ofrece seguridad financiera mientras está fuera de casa ya que si son robados o perdidos pueden ser reemplazados.
Finalmente tenemos al «giro bancario» u orden de pago: esta opción garantiza un pago seguro mediante transferencia electrónica entre dos cuentas bancarias, habitualmente ubicadas en diferentes entidades financieras.
En resumen, cada tipo tiene sus beneficios y aplicaciones específicas según las necesidades individuales del cliente. Conocer acerca ellos te permitirá mover tu dinero con mayor inteligencia y seguridad en tus transacciones diarias.