«Carve out» hace referencia a la estrategia corporativa en la que una empresa decide separar una parte de su negocio, la cual se convierte en una entidad independiente. Esto suele realizarse mediante la venta de acciones de esta nueva empresa al público o a otra compañía, con el objetivo de generar capital o mejorar su rendimiento financiero.
En el cambiante y competitivo mundo empresarial, las estrategias corporativas desempeñan un papel vital para garantizar la supervivencia y el crecimiento de las empresas. Una de estas tácticas es el «Carve out», un movimiento estratégico que consiste en transformar una parte de un negocio en una entidad completamente nueva e independiente. Esta jugada suele materializarse a través de la venta de acciones públicas o a otra empresa, todo con el propósito cardinal de generar capital o potenciar su rendimiento financiero.
Sin embargo, aunque parece simple a primera vista, existen múltiples factores que deben examinarse meticulosamente antes y durante el proceso del carve out. ¿Cuándo es conveniente realizar esta operación? ¿Qué consideraciones legales y financieras deben tenerse en cuenta? Y quizás lo más importante, ¿cómo puede este movimiento agregar valor al gran conjunto del negocio? A lo largo de este artículo, nos adentraremos con precisión en cada uno de estos aspectos para proporcionar una visión integral sobre esta importante maniobra empresarial.
¿Cuándo es conveniente realizar un carve out?
La técnica del carve out es una estrategia que puede ser muy útil en diferentes situaciones dentro del mundo empresarial. No obstante, es primordial llevarla a cabo en momentos oportunos y bajo circunstancias adecuadas para maximizar sus beneficios y minimizar posibles riesgos asociados.
Uno de los momentos más apropiados para realizar un carve out tiene lugar cuando una empresa busca mejorar su foco operativo. En muchos casos, las organizaciones pueden encontrar dificultades para manejar todas sus unidades de negocio eficazmente. Esto podría deberse a una diversificación excesiva o a la falta de experiencia y conocimientos suficientes sobre ciertas áreas. Al vender parte de sus negocios mediante un carve out, se reduce la complejidad operativa y permite a la dirección concentrarse más en su principal línea de actividad.
Adicionalmente, las compañías podrían optar por el carve out cuando experimentan dificultades financieras. Las elevadas deudas o problemas de liquidez son retos serios que podrían solucionarse vendiendo activos no esenciales a través del mecanismo del carve out. Esta medida permite obtener recursos financieros frescos que contribuyen al saneamiento general de las finanzas corporativas.
De igual forma, se suele considerar el recurso al carving out en caso de requerir capital adicional para invertir en nuevas oportunidades estratégicas. Cuando existen proyectos prometedores pero faltan los recursos necesarios para financiarlos, algunas empresas pueden decidir desinvertir determinadas partes no estratégicas del negocio con el objetivo claro de conseguir esos fondos adicionales.
Por otro lado, la presión competitiva puede ser otro factor influyente en la decisión de proceder a un carve out corporativo. En industrias altamente competitivas, una compañía podría verse forzada a desinvertir algunas áreas con el fin de centrarse en otros segmentos donde cuenta con ventaja competitiva.
Por último, pero no por ello menos importante, es importante mencionar aquellos escenarios legales o regulatorios que pudieran obligar a las empresas a realizar un carve out. A veces debido al cumplimiento normativo antimonopolio u otras regulaciones sectoriales específicas, las empresas pueden verse requeridas por los entes reguladores respectivos a deshacerse parcialmente o totalmente de algunas divisiones comerciales.
En resumidas cuentas, aunque cada situación empresarial puede tener sus particularidades propias y requiere un análisis detallado antes tomar cualquier decisión relacionada con un carve-out,esta estrategia será especialmente beneficiosa si se enfoca correctamente y se maneja bajo los criterios anteriormente mencionados.
Aspectos que se deben considerar al realizar un carve out
Ahondar en los aspectos clave a tener en cuenta al realizar un carve out es esencial para entender su complejidad y su relevancia para las empresas. Este proceso puede ser comparable a una cirugía de precisión, donde cada paso debe ser planificado y ejecutado con extrema cautela.
En primer lugar, es fundamental definir el objetivo del carve out. Las razones detrás de tal acción pueden ser una variedad de escenarios como generar liquidez, deshacerse de ramas poco rentables, mejorar la focalización empresarial o cumplir con regulaciones antimonopolio. En cualquier caso, tener claridad acerca del fin que se busca alcanzar aumentará las posibilidades de éxito.
Lo segundo que se debe considerar son los recursos necesarios para llevar a cabo el carve out. Los costos asociados siempre dependerán del tamaño y la naturaleza del negocio que se está segregando. Deberán considerarse cuestiones tales como la contratación de asesores externos, costos legales y administrativos, tiempo invertido por el personal interno y posibles gastos inesperados.
Un tercer punto importante radica en evaluar el impacto sobre el personal involucrado en el carve out. Todo cambio genera cierta resistencia y estar preparado para ello ayudará a minimizar problemas potenciales. Se necesita comunicación clara acerca de cuál será la situación laboral tras la operación e involucrar emocionalmente al personal puede contribuir a una transición más fluida.
Resulta crucial también prestar atención al aspecto financiero: cómo quedará configurada la estructura financiera una vez se haya realizado este proceso. Es imprescindible asegurarse de que tanto la empresa original como la recién creada tengan un estado financiero sólido post-transacción.
En quinto lugar, es prudente asegurarse del cumplimiento legal durante todo el proceso: las leyes fiscales y laborales deben ser meticulosamente observadas para evitar sanciones futuras debido al incumplimiento normativo.
Y finalmente pero no menos importante, es necesario tener un claro entendimiento acerca de qué sucederá tras el carve out: cómo se mantendrá o cambiará la relación entre las dos empresas ahora separadas y qué estrategias deberán implementarse post-carve out.
Dicho en otras palabras, al emprender un carve out hay muchos factores que han de tomarse en cuenta: desde los propósitos subyacentes hasta los requerimientos financieros y legales pasando por los problemas posibles relacionados con el personal implicado o infraestructuras compartidas entre dos entidades ahora independientes.
Pero si todos estos elementos son analizados cuidadosamente antes de dar inicio al proceso, se estarán sentando unas bases sólidas para una operación exitosa.
Jurídicamente cómo se efectúa un carve out
En términos generales, un carve out es el proceso empresarial donde una empresa matriz desprende una de sus partes o subsidiarias para convertirla en una entidad autónoma. Esta acción puede obedecer a diversas estrategias financieras y operativas, como puede ser dar mayor visibilidad al desempeño de la unidad escindida, obtener beneficios fiscales, o atraer inversionistas específicos.
En la ejecución de un carve out desde el punto de vista jurídico existen pasos claves que deben cumplirse.
- Evaluación y Planeación. Antes de que se lleve a cabo el carve out, se debe realizar un análisis exhaustivo para determinar la viabilidad del mismo. Este análisis incluirá tanto factores empresariales como legales e implica revisar todos los contratos existentes que podrían ser afectados por la operación. De igual modo, se deben identificar cualquier riesgo legal potencial y abordarlo adecuadamente.
- Decisión Ejecutiva. Una vez realizada la evaluación inicial, los ejecutivos y accionistas principales deben aprobar la decisión del carve out. En muchas jurisdicciones se requiere una reunión formal donde dicha decisión debe ser respaldada por mayoría simple o mayoritaria según corresponda en los estatutos de cada corporación.
- Documentación Legal. Después de recibir el visto bueno por parte del consejo directivo u órgano equivalente, procede elaborar toda la documentación necesaria para formalizar jurídicamente el carve out frente a las autoridades competentes.
- Revisión Regulatoria. Aquí es donde intervienen las autoridades regulatorias correspondientes al sector económico donde opera la empresa original (banco central, comisión nacional del mercado de valores etc.). Estos organismos deben evaluar si hay algún conflicto legal con respecto a leyes antimonopolio o cualquier otro obstáculo regulatorio que pueda impedir legalmente el proceso.
- Notificaciones Legales. Posteriormente a lo anterior, se tiene por obligatorio notificar respectivamente tanto interna como externamente acerca del carved out planeado,muy especialmente indicando detalles fundamentales sobre cómo este cambio podría afectar diferentes partes interesadas (empleados actuales/faeacientes clientes).
- Implementación final . Después que todas las etapas anteriores son completadas satisfactoriamente llegamos al paso clave final- efectuar oficialmente el «carve-out» ,esta etapa suele culminarse con transferencias legales registrables y pertinentes revisiones fiscales.
Realizar rigurosamente cada uno estos pasos asegurará no solo evitar problemas legales sino ademas lograr grab un exitoso ‘carve-out’.
¿Cómo el carve out puede agregar valor a una empresa?
El carve out, al traducirlo del inglés, significa «recortar» o «separar». Este término se usa en el mundo empresarial para referirse a cuando una empresa decide separar parte de su negocio y operarlo como una entidad completamente nueva e independiente. Del mismo modo, puede ser que se venda esa parte a otra empresa. Es un recurso estratégico al que recurren muchas empresas para aumentar su valor global.
El valor añadido de este proceso proviene de varias fuentes.
En primer lugar, el carve out permite a las empresas concentrarse en sus competencias principales. Cuando una empresa crece y se diversifica demasiado, puede llegar a dispersarse y no poder gestionar eficientemente todas las áreas de negocio en la que está presente. Al recortar la parte del negocio que no es tan central para la estrategia de la empresa, los directivos pueden enfocarse más en lo que realmente importa: las áreas donde pueden tener una ventaja competitiva.
Por otro lado, el carve out también proporciona nuevas oportunidades financieras. La separación de partes del negocio puede hacer que los inversores miren a la empresa con mejores ojos. Pueden entender mejor cuál es la fuente principal de ingresos de la compañía y pueden estar dispuestos a pagar más por las acciones porque ven un modelo de negocio más claro. Además, si esa parte separada es vendida a otra empresa, esto supone un ingreso financiero directo.
Otra ventaja es liberar recursos para impulsar el crecimiento en otras áreas del negocio. Estos recursos podrían ser financieros (procedentes de la venta del segmento) o simplemente humanos o logísticos (empleados o maquinaria previamente divididos entre varios segmentos). Esto también permite reinvertir esos recursos liberados en mejorar aún más sus competencias fundamentales, innovación u otras inversiones estratégicas.
Finalmente, los carve outs pueden incrementar el perfil público de una empresa e inspirar confianza en el mercado. Al demostrar tu capacidad y disposición para tomar decisiones decisivas con vistas al futuro estratégico del negocio puedes llamar positivamente la atención sobre tu organización desde perspectivas tanto internas como externas.
No obstante, hay que gestionarlo adecuadamente pues también implica riesgos organizativos y operacionales durante el período transitorio mientras se completa el proceso de segregación.
Resumidamente, aunque un carve out pueda parecer inicialmente una medida severa o drástica -idea implícita incluso en su propia denominación-, bien enfocado puede ofrecer numerosas ventajas competitivas capaces de elevar considerablemente el valor final tanto para accionistas como para los diversos stakeholders relacionados con la compañía.