La cartera de productos es un conjunto diversificado de bienes o servicios que una empresa ofrece al mercado, estructurados estratégicamente. Esta variedad permite satisfacer distintas necesidades de los consumidores, minimizar riesgos de dependencia a un solo producto y aprovechar oportunidades en diferentes segmentos.
En el escenario cambiante y competitivo de los negocios actuales, las empresas buscan constantemente formas innovadoras de mantener e incrementar su participación en el mercado. Una estrategia para lograrlo es la gestión de una cartera de productos, que puede ser entendida como la diversidad calculada y planificada de bienes o servicios que una empresa pone a disposición del público. Esta tacticidad no solo ofrece a los clientes una gama amplia para satisfacer sus variadas necesidades, sino que también reduce los riesgos comerciales al no atarse a un único producto y otorga la capacidad de explorar oportunidades en diversos nichos del mercado.
En este artículo iremos desgranando más profundamente este concepto, incidiendo en su relevancia e ilustrándolo con ejemplos prácticos que faciliten su comprensión. Bienvenidos a esta interesante travesía por el universo económico de las carteras productos.
Ejemplo de cartera de productos
Imaginemos un restaurante que ofrece distintos tipos de comidas,desde entrantes, sopas, ensaladas, platos principales y postres. Cada plato en su menú es diferente – algunos son especialidades de la casa que atraen a los clientes más fieles, mientras otros son opciones menos populares pero necesarias para ofrecer una variedad completa. Esta diversidad de ofertas es lo que llamamos cartera de productos en el mundo empresarial.
Un excelente ejemplo práctico de la cartera de productos puede ser Apple Inc. La gigante tecnológica construida por Steve Jobs no sólo se centra en un solo producto, sino que tiene una amplia gama de ellos:
- iPhones. Su producto estrella, aquel con el que más se identifica la marca.
- iPads. Tablets ideales para usuarios con necesidades gráficas intensivas.
- Macbooks. Portátiles innovadores y potentes dirigidos a un público profesional.
- Servicios como Apple Music o iCloud. Ambos ejemplos forman parte de su creciente negocio de servicios recurrentes.
- Accesorios como los AirPods o Apple Watch. Productos destinados a mejorar la experiencia del ecosistema Apple.
Cada uno de estos productos tiene su propio lugar estratégico en la cartera total. Por ejemplo, los iPhones podrían considerarse tanto como estrellas (altos ingresos, alta cuota de mercado) como vacas lecheras (bajo crecimiento pero aún rentables), dependiendo del modelo o del mercado en el que se vendan.
Una cartera sana usualmente incluye una mezcla balanceada entre nuevos productos llenos de potencial (las cuestionadas por su viabilidad), los líderes actuales (estrellas) y aquellos productos ya consolidados generando un flujo constante e iinterrumpido beneficios (vacas lecheras).
Así pues las empresas pueden ajustar sus estrategias sobre cada tipo específico del producto en su cartera basándose en los objetivos actuales del negocio y las condiciones cambiantes del mercado.
El beneficio principal es claro: tener diversos tipos diferentes minimiza el riesgo y maximiza las oportunidades al estar operando en diferentes segmentos o nichos simultáneamente.
Como resumen podemos decir que gestionar adecuadamente nuestra cartera nos permitirá establecer nuestras prioridades estratégicas contribuyendo al equilibrio entre nuestra oferta actual y futura para generar valor continuo a nuestros consumidores mientras optimizamos nuestras ventas y ganancias según nuestros objetivos corporativos.