Carl Icahn

Carl Icahn es un reconocido inversionista y empresario estadounidense, famoso en el mundo de las finanzas por su estrategia de inversión como accionista activista. En esta estrategia, toma participaciones significativas en empresas subvaloradas y presiona para cambios gerenciales, operativos o estructurales con el objetivo de aumentar el valor para los accionistas.

Darse a conocer en el arriesgado universo de las finanzas exige audacia, instinto y una perspicaz habilidad para descifrar oportunidades allí donde otros sólo ven dificultades. Uno de los nombres que resuena con fuerza y respeto en este ámbito es el de Carl Icahn, un empresario e inversor estadounidense que ha sabido forjar un imperio gracias a su peculiar enfoque como accionista activista. Hacerse con participaciones considerables en empresas cuyo valor no se ha apreciado en su justa medida y promover cambios sustanciales a nivel directivo, operacional o estructural para incrementar ese valor son las tácticas que Icahn emplea para generar beneficios. En los venideros apartados exploraremos sus primeros pasos que lo encaminaron hacia la cresta de esta ola financiera, cómo se convirtió en un auténtico tiburón financiero y haremos una revisión detallada de algunas de sus inversiones más emblemáticas.

Primeros pasos

Carl Icahn es uno de los nombres más reconocidos en el mundo de las finanzas y la inversión. Sin embargo, no se convirtió en un magnate de un día para otro. Comenzó con pequeños pasos, forjando su camino con cada decisión financiera inteligente que tomaba. Aquí examinaremos esos primeros movimientos que hicieron a este magnate quien es hoy.

La historia de Icahn comienza en Queens, Nueva York, donde creció como hijo de unos humildes profesores de escuela. Desde temprana edad mostró interés por el mundo financiero. Este interés llevó a una educación en la prestigiosa Universidad de Princeton donde se graduó en Filosofía y empezó su camino hacia Wall Street gracias a una beca.

Después de su graduación, decidió incursionar directamente en el sector financiero y empezó trabajando como corredor de bolsa durante los años 60. Durante este tiempo adquirió experiencia vital sobre cómo funcionan los mercados financieros desde sus fibras más internas.

En 1968, dio un paso significativo al formar Icahn & Co., una firma dedicada a la intermediación bursátil centrada sobre todo en arbitraje y opciones. Con sólo $150,000 marcó el inicio del imperio financiero que ha construido hasta el día. Empezando con pequeñas inversiones centradas principalmente en empresas con problemas financieros pero potenciales para arrojar grandes rendimientos.

Cimentado ya como corredor e inversor, comenzaron las opas hostiles que le darían fama o infamia según se viese: compraba acciones suficientes para tener influencia y después presionaba por cambios estratégicos o simplemente revendía al mejor postor.

Uno podría decir entonces que los primeros pasos consisten muy resumidamente en:

1: Tomar un gran interés por las finanzas.
2: Buscar una educación pertinente.
3: Incursionarse directamente en el mercado laboral del sector deseado.
4: Reunir capital y empezar tu propio negocio.
5: Enfocarse inicialmente en inversiones modestas dentro del ámbito escogido.
6: A medida que te cimentas puedes ir ampliando tus horizontes y estrategias a otros tipos más agresivos.

Todos estos pasos fueron dados gracias a un incansable deseo de éxito y oportunidad mezclado con destrezas excepcionales e ingenio ordenado.

Así fue como Carl Icahn inició su carrera hacia lo alto del mundo financiero. Es indiscutible que tiene elementos únicos difíciles de replicar pero sus primeros pasos ilustran claves importantes para cualquier aspirante al mundo financiero actual: iniciar temprano, aprender constantemente y estar dispuesto a correr riesgos calculados siguiendo tus instintos bien informados.

Un tiburón financiero

Carl Icahn es un ejemplo clásico de lo que conocemos como «tiburón financiero». Esta figura se refiere a aquellos inversores, usualmente con mucho poder económico, capaces de mover los mercados y de ejercer una gran influencia en las empresas en las que invierten. En este sentido, Icahn se ha convertido en uno de los tiburones más grandes del océano financiero.

Un «tiburón financiero» no solamente invierte dinero en diferentes compañías. Lo que marca su diferenciación es la capacidad para dictar el rumbo económico y estratégico de dichas empresas. Esto implica tener una participación importante en su estructura accionarial y poseer suficiente capital para materializar movimientos significativos.

Icahn es conocido por emplear una estrategia agresiva y decidida. No teme al conflicto ni a los enfrentamientos directos con la gerencia de las compañías en las que invierte. Su objetivo primordial siempre es maximizar el retorno de su inversión, sin importar si esto signifique realizar cambios drásticos o incluso radicales dentro de la empresa.

El modus operandi de estos «tiburones financieros» se centra generalmente en tres aspectos:

  • Adquisición. Acumulan acciones hasta lograr una posición dominante dentro de la organización.
  • Influencia. Usan su poder adquirido para negociar cambios estratégicos o estructurales.
  • Retorno. Una vez logrados dichos cambios, buscan beneficiarse del incremento del valor del negocio.

Aún así, Carl Icahn no es solamente un tiburón debido a sus prácticas empresariales audaces y contundentes,también lo es por su extraordinaria habilidad para nadar entre las corrientes cambiantes del mercado financiero. Conocedor profundo tanto de los fundamentos microeconómicos subyacentes como del panorama macroeconómico más amplio, ha demostrado repetidamente su capacidad para anticiparse a eventos clave antes que el grueso del mercado.

Es precisamente este tipo de visión adelantada lo que han convertido a Icahn en uno de los inversionistas más exitosos y reconocidos del mundo,rasgo característico entre todos aquellos quienes ostentan el título no oficial pero sí muy sugerente -y temible- como «tiburón financiero».

Las inversiones de Carl Icahn

Carl Icahn, un reconocido inversor y empresario estadounidense, ha conseguido marcar diferencia en el mundo de las finanzas gracias a sus audaces y estratégicas inversiones. Sus maniobras financieras han definido su carrera, lo que le ha ganado el apodo de «corporate raider» o depredador corporativo. Incluso si no está familiarizado con la economía o las finanzas, es probable que haya escuchado su nombre. Ahora profundicemos en sus inversiones.

Desde la década de 1980, Icahn ha adoptado una táctica conocida como inversión activista. Esta estrategia consiste en comprar una gran cantidad de acciones de una empresa subvalorada o con bajo rendimiento para obtener influencia sobre su administración y dirección. Una vez dentro, presiona a los directores para realizar cambios drásticos que pueden aumentar el valor del negocio.

Un ejemplo destacado fue su entrada en Texaco en 1987 tras la crisis que la petrolera sufrió por una sentencia judicial desfavorable. Su amenaza de adquirir la compañía obligó a Texaco a buscar protección e indemnización pagándole jugosas ganancias.

Icahn ha invertido en un amplio rango de industrias incluyendo tecnología (Apple), farmacéutica (Imclone Systems), automotriz (Federal Mogul) y entretenimiento (Netflix). A menudo, estas empresas están pasando por tiempos difíciles o están subvaloradas en el mercado antes de que Icahn intervenga.

Además de los sectores mencionados anteriormente también vale la pena señalar algunas inversiones particulares más recientes:

  • Herbalife. En 2013,Icahn interviene comprando una posición importante después de ataques piramidales al modelo comercial.
  • PayPal. Adquirió participaciones significativas en eBay y promovió exitosamente la escisión de PayPal.
  • Xerox. Su involucración condujo a cambios significativos en el liderazgo ejecutivo.
  • Caesars Entertainment. Logró directivos adicionales y eventualmente vendió sus acciones obteniendo beneficio.

Como resumen, Carl Icahn se ha hecho famoso gracias a sus meticulosas tácticas inversoras centradas sobre todo en empresas con bajo rendimiento o subvaloradas proponiendo mejoras significativas así como cambios estructurales incrementando su valor. Es aplaudido tanto como es criticado debido al agresivo estilo inversor no siempre bien recibido por todos los accionistas pero indudablemente dejando huella imborrable sobre la historia financiera contemporánea.

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