Alfa de Jensen

El alfa de Jensen es un indicador utilizado en el análisis financiero para medir el rendimiento de una inversión sobre la base de su riesgo. El alfa mide la rentabilidad del fondo o inversión por encima del rendimiento que habría esperado obtener con un índice de referencia similar, ajustado por el nivel de riesgo asumido. Es decir, representa el exceso o déficit de ganancias en relación a lo que se espera obtener según el mercado. Se calcula como la diferencia entre la tasa realizada y la tasa esperada si se siguió una estrategia pasiva. Un alfa positivo indica que se generaron ganancias adicionales a las esperadas para el riesgo tomado. En contraste, un alfa negativo significa lo contrario.

En el mundo de las finanzas y la inversión, es muy común hablar del alfa de Jensen. Pero, ¿qué es realmente y cómo se calcula? Básicamente, el alfa de Jensen es una medida utilizada para evaluar el rendimiento de una inversión en relación a un índice de referencia similar. Lo interesante aquí es que se ajusta según el riesgo tomado para obtener dicha rentabilidad. De esta manera, este indicador se utiliza para determinar si un fondo o inversión ha logrado generar ganancias adicionales a lo que se podría haber obtenido con una estrategia pasiva.

Si este alfa es positivo, significa que se ha generado más ganancias de las esperadas a partir del nivel de riesgo asumido. En cambio, un alfa negativo indica lo contrario: las ganancias obtenidas son menores a lo esperado dadas las inversiones realizadas en comparación con un índice referencial.

Ahora bien, ¿cómo podemos calcular este alfa? Para ello debemos restar la tasa realizada (ganancia obtenida) por lo que habríamos conseguido si hubiéramos seguido una estrategia pasiva en función del índice utilizado como referencia.

En el presente artículo nos centraremos en explicar la fórmula del alfa de Jensen y los posibles valores que puede tomar. Además incluiremos un ejemplo real para ayudarte a entender mejor esta herramienta financiera tan importante en la toma decisiones estratégicas en cualquier empresa o fondo inversor.

La fórmula de Alfa de Jensen explicada

La fórmula de Alfa de Jensen es una medida utilizada en el mundo financiero para determinar si un fondo de inversión o una cartera ha rendido más o menos que su índice de referencia. En términos simples, el objetivo del alfa es medir la «habilidad del gestor» para generar ganancias superiores al mercado.

Pero, ¿cómo se calcula esta fórmula? Veamos:

  • Para comenzar, se debe establecer un índice de referencia que refleje las mismas características del fondo o cartera que se está evaluando. Por ejemplo, si estamos evaluando un fondo de inversión en bonos gubernamentales mexicanos, una buena opción podría ser el índice IMKBonoGob.
  • Una vez obtenido el índice de referencia, necesitamos calcular su rendimiento durante cierto periodo (usualmente un año fiscal). Este dato lo obtendremos a través de los datos históricos del índice.
  • En las próximas líneas, debemos comparar el rendimiento del fondo o cartera con su índice de referencia durante ese mismo periodo.
  • Para obtener el alfa, restaremos la tasa libre riesgo (usualmente se utiliza la tasa de interés a corto plazo) del rendimiento del fondo o cartera y luego restaremos esto por el rendimiento del índice multiplicado por la beta (otra medida importante en finanzas).

Al hacerlo nos queda la siguiente fómula:

Alfa = Rendimiento del Fondo/Cartera – Tasa libre riesgo – Beta * (Rendimiento del Índice – Tasa libre riesgo)

Si después de realizar estos cálculos obtenemos un valor positivo para el alfa, esto indica que el gestor ha logrado superar al mercado y se considera un buen rendimiento. En cambio, si el resultado es negativo, significa que el gestor no ha sido capaz de superar al mercado.

En definitiva, la fórmula de Alfa de Jensen ofrece una forma de evaluar el desempeño de los fondos y carteras y ayuda a entender si un gestor está realizando su trabajo cuidadosamente. Es importante recordar que ningún enfoque es una fórmula mágica y al fin y al cabo todo depende del análisis profundo del perfil del inversor y sus objetivos financieros específicos.

Los posibles valores que puede tomar el Alfa de Jensen

El Alfa de Jensen es una medida que se utiliza en el mundo de las finanzas para evaluar la rentabilidad de un activo o cartera en relación a su índice de referencia. Se trata de un indicador muy valioso, ya que permite determinar si se ha conseguido superar los resultados esperados ajustando el riesgo.

Este indicador tiene como valor base cero. En consecuencia, si su valor es positivo, indica que la rentabilidad obtenida ha sido superior a la esperada en relación al mercado. Por otro lado, si su valor es negativo, se interpreta como una rentabilidad inferior.

En el siguiente listado, vamos a ver los posibles valores que puede tomar el Alfa de Jensen:

  • Alfa positivo. Este valor supone que la rentabilidad generada por el activo o cartera ha sido superior a la prevista por el mercado. En otras palabras, si invertimos en un fondo con un alfa positivo del 1%, eso significa que habremos ganado un 1% más de lo estimado respecto al índice.
  • Alfa negativo. A diferencia del anterior, este valor indica una rentabilidad inferior a la esperada respecto al mercado. Este hecho puede deberse a una mala inversión o simplemente porque las condiciones del mercado no eran óptimas para ese tipo de inversión.
  • Alfa nulo. Este valor se produce cuando la rentabilidad obtenida coincide con lo esperado según el índice elegido como referencia.

Es importante tener en cuenta que esta medida no debe ser usada como única forma de toma decisiones financieras,siempre debe ir acompañada por otros análisis y consideraciones previas adecuadas para cada caso específico.

En conclusión, el Alfa de Jensen es una herramienta fundamental para evaluar el rendimiento de un activo o cartera en relación al mercado, y su correcta interpretación puede ser muy valiosa a la hora de tomar decisiones financieras.

Un ejemplo de cálculo de Alfa de Jensen

El Alfa de Jensen es una medida utilizada en el mundo de las finanzas para calcular si un fondo o inversión ha ganado más o menos dinero del esperado en comparación con su nivel de riesgo. En términos más simples, es una forma de medir la habilidad del gestor o administrador del fondo para obtener rendimientos superiores a los que se podrían haber obtenido invirtiendo en un índice determinado.

Para calcular el Alfa de Jensen, se necesitan tres cosas: La rentabilidad del fondo o inversión, la rentabilidad del índice al que se está comparando y el riesgo sistemático o beta del fondo. El riesgo sistemático es una medida de la volatilidad en los movimientos de precios relacionados con factores económicos generales. Por su parte, el riesgo específico es único para cada empresa y no puede ser calculado fácilmente.

Una vez que tengamos estos datos, podemos aplicar la fórmula matemática para calcular el Alfa de Jensen:

Alfa = Rentabilidad del Fondo – (Tasa Libre de Riesgo + Beta x (Rentabilidad del Índice – Tasa Libre de Riesgo))

Veamos un ejemplo para entenderlo mejor: Supongamos que has invertido 10.000 dólares en un fondo mutuo diversificado globalmente durante un período determinado, digamos un año. Durante este tiempo, el fondo obtuvo una rentabilidad total del 15%. Por su parte, el índice S&P 500 –el índice más común utilizado como referencia- tuvo una rentaibilidae total del 10%. Por otra parte, sabemos que el beta del fondo fue igual a 1.3 y la tasa libre de riesgo fue 2%.

Ahora podemos aplicar la fórmula y calcular el Alfa de Jensen del fondo:

Alfa = 15% – (2% + 1.3 x (10% – 2%))
Alfa = 15% – (2% + 1.3 x 8%)
Alfa = 15% – (2% + 10.4%)
Alfa = 2,6%

En este ejemplo, el Alfa de Jensen del fondo es positivo. Lo cual implica que la rentabilidad del fondo fue mayor que lo esperado en función de su nivel de riesgo sistemático al compararlo con el índice S&P500 durante ese período específico.

El cálculo del Alfa de Jensen puede ser una herramienta valiosa para los inversionistas a largo plazo porque ayuda a identificar aquellos gestores que son capaces de superar consistentemente los rendimientos esperados con respecto a un índice y no solo se limitan a replicarlo. Aún así, hay que tener en cuenta que esta medida por sí sola no es suficiente para evaluar la calidad general del fondo ya que en ocasiones el beta y otros factores pueden ser responsables de las fluctuaciones de rendimiento y no los méritos o habilidad del gestor en sí mismo.

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