Las acciones en cartera son todas aquellas acciones de una empresa que posee un inversor o una compañía pero que aún no han sido vendidas ni transferidas a otro propietario. En otras palabras, estas son acciones adquiridas con el fin de ser retenidas a largo plazo y no para generar ganancias inmediatas mediante la venta. El valor total de las acciones en cartera se incluye en el patrimonio neto del inversor o la empresa poseedora y pueden ser objeto de seguimiento como parte de su estrategia financiera global.
Las acciones en cartera son aquellas acciones que un inversor o una empresa ha adquirido con la intención de mantenerlas a largo plazo, sin necesidad de venderlas para obtener beneficios inmediatos. En resumen, es una inversión a largo plazo en la que se espera obtener rentabilidad con el tiempo.
Es importante destacar que el valor total de las acciones en cartera se incluye en el patrimonio neto del inversor o empresa. Además, estas acciones pueden formar parte de su estrategia financiera global y ser objeto de seguimiento para evaluar su rendimiento.
Existen diferentes tipos de acciones en cartera según el perfil de riesgo del inversionista y otras clasificaciones según sus características específicas.
En lo que sigue se abordarán estos temas para comprender mejor las diferentes opciones que existen en este campo.
De igual forma, se explicará la diferencia entre autocartera y acciones en cartera. Esto es importante porque aunque ambos términos implican la posesión de acciones por parte de una empresa, existen diferencias significativas entre ellos.
En definitiva, conocer las distintas categorías y conceptos relacionados con las acciones en cartera puede ser muy útil para tomar decisiones informadas sobre tu inversión a largo plazo.
Tipos de acciones en cartera según el perfil de riesgo
Las acciones son una forma popular de inversión en la que las empresas dividen su propiedad en pequeñas participaciones. Al comprar acciones, se convierte en accionista de una empresa y posee una proporción del valor total de la empresa.
Sin embargo, no todas las acciones son iguales y el riesgo asociado con cada tipo puede variar significativamente. A continuación, presentamos los diferentes tipos de acciones según el perfil de riesgo:
- Acciones comunes. Son la forma más adecuada para los inversores con un perfil de riesgo más alto. Los titulares de estas acciones tienen derecho a voto en las decisiones corporativas, como elecciones a la junta directiva y cambios importantes en el funcionamiento empresarial. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos votos no siempre resultan decisivos.
- Acciones preferentes. Este tipo de acciones son menos arriesgadas que las comunes ya que están diseñadas para proporcionar un rendimiento estable a través del pago regular de dividendos. Los titulares de estas acciones tampoco tienen derecho a voto, pero sí disfrutan del beneficio prioritario cuando se reparten los dividendos.
- Acciones ordinarias sin derecho a voto. Son consideradas menos arriesgadas que las comunes debido a que su rentabilidad está asegurada antes que la obtenida por los accionistas ordinarios con derecho a voto.
Teniendo esto en cuenta, elegir entre los diferentes tipos de acciones dependerá del perfil financiero individual y objetivos personales del inversor. Es recomendable considerar estos aspectos al tomar decisiones ésta materia para asegurar el éxito y minimizar el riesgo al invertir en el mercado bursátil.
Otras clasificaciones de las acciones en cartera
Además de las clasificaciones más comunes, existen otras formas de clasificar las acciones que forman parte de una cartera. Seguidamente, mencionaremos algunas de ellas:
- Según el grado de liquidez. Las acciones pueden ser clasificadas en líquidas o ilíquidas. Las primeras se refieren a aquellas acciones que se negocian con mayor frecuencia y tienen un alto volumen de transacciones diarias en el mercado bursátil. En contraste, las segundas son aquellas que no se negocian con tanta facilidad y tienen un bajo volumen de transacciones.
- Por capitalización bursátil. Las empresas pueden ser clasificadas según su capitalización bursátil (el valor total de sus acciones en el mercado) en tres categorías distintas: pequeña, mediana y grande. Las empresas más grandes son consideradas «blue chips» y suelen ser las más estables y rentables para los inversores.
- Por sector económico. También, es común clasificar las acciones según el sector económico al que pertenece la empresa emisora del título (por ejemplo, banca, tecnología, petróleo). Esta información ayuda a los inversores a diversificar su cartera invirtiendo en diferentes sectores para reducir el riesgo.
- Por estilo de inversión. Dependiendo del objetivo del inversor al comprar una acción, ésta puede ser clasificada en varios estilos diferentes. Algunos ejemplos incluyen acciones de crecimiento (con mayores perspectivas futuras), acciones de valor (con un precio menor a lo esperado), o acciones defensivas (que tienden a mantenerse estables durante períodos económicos difíciles).
En conclusión, conocer cómo se pueden clasificar las acciones en una cartera es esencial para llevar una estrategia de inversión eficiente. Es importante destacar que cada inversor tendrá sus propios objetivos, metas y prioridades de inversión. En consecuencia, la selección y clasificación de las acciones en una cartera deberá ser acorde a sus necesidades individuales.
Diferencia entre autocartera y acciones en cartera
La autocartera y las acciones en cartera son conceptos importantes en el mundo de la financiación empresarial. Hay algunas diferencias clave entre ellas que deben ser entendidas para que los inversores puedan tomar decisiones informadas.
En primer lugar, la autocartera es una situación en la que una empresa tiene acciones propias. Las empresas pueden comprar sus propias acciones del mercado o emitirlas internamente. Cuando lo hacen, se convierten en propietarias de esas acciones. La idea detrás de tener una autocartera es aumentar la estabilidad de precios y controlar mejor el capital y las políticas corporativas.
Por otro lado, las acciones en cartera son inversiones mantenidas por una empresa en otras empresas como parte de su estrategia general de inversión. En lugar de invertir directamente en activos reales o financieros,las empresas compran partes del capital social de otras empresas.
Hay algunas diferencias clave entre estas dos situaciones financieras. En el siguiente listado, se presentan algunas:
- Propósito. En general, la autocartera se utiliza para controlar mejor la política empresarial y protegerse contra fluctuaciones excesivas del precio de las acciones. Mientras tanto, tener acciones en cartera suele ser un medio para diversificar riesgos y obtener ganancias a largo plazo.
- Rendimiento. Las acciones propias no generan rentabilidad alguna ya que no existe pago alguno por dividendo pero sí por reinversión o recompra,mientras que si se adquieren cotizadas pertenecientes a terceros con el fin principalmente lucrativo sí tienen rentabilidad,sin embargo esto dependerá del rendimiento futuro.
- Beneficiarios. Cuando una empresa tiene autocartera tendrá beneficios importantes como el incremento del poder de control y el aumento de los ingresos por dividendos. Con todo, cuando una empresa tiene acciones en cartera,las ganancias se deben a la apreciación del precio de las cotizaciones adquiridas.
Por último, cabe mencionar que en algunos casos el tener una autocartera o acciones en cartera puede generar críticas,ya que estos recursos podrían ser mejor aprovechados en otras áreas como pueden ser expansión de la empresa,estrategias fiscales más efectivas, etcétera. Por eso, antes de invertir es importante entender a fondo estas cuestiones financieras y analizar bien si lo que se busca para nuestra inversión se adecua más a la autopropiedad o no.