Los costos de transacción son aquellos gastos asociados con el intercambio de bienes o servicios en un mercado. Incluyen el tiempo y los recursos dedicados a la negociación, establecimiento y cumplimiento de contratos, así como los costos derivados del riesgo e incertidumbre de la operación. Son esenciales en la toma de decisiones económicas y pueden afectar la estructura del mercado.
En la danza compleja de los intercambios económicos, a menudo subestimamos los movimientos que no capturan inmediatamente nuestra atención. Entre estos, los costos de transacción representan un actor silencioso pero fundamental. No son las luces del escenario, sino el andamiaje que sujeta todo el espectáculo. Son esos gastos adicionales y menos visibles que debemos enfrentar cada vez que decidimos comprar o vender un bien o servicio: desde la energía y tiempo dedicados para investigar las mejores opciones, hasta el esfuerzo de negociación y administración requerido para acordar y cumplir un contrato. Su relevancia es tal que pueden modificar las reglas del juego en nuestro mercado, condicionando tanto nuestras decisiones individuales como la forma en la que se estructuran las empresas.
Inmersos en este tema tan fascinante como intrincado, nos sumergiremos en una exploración exhaustiva de los tipos de costos de transacción existentes y su intersección con aspectos clave del mundo empresarial. En particular, desentrañaremos cómo estos costos suelen relacionarse con el tamaño de las empresas. Abrochémonos el cinturón y embarquémonos juntos en esta apasionante travesía.
Tipos de costos de transacción
La teoría de los costos de transacción se centra en un aspecto vital de las finanzas: el costo vinculado con la realización de un intercambio económico, es decir, una transacción. Ahora bien, ¿qué tipos de costos existen asociados a las transacciones? Vamos a detallar cada uno.
En primer lugar, encontramos lo que se conoce como costos de búsqueda y obtención de información. Este tipo abarca los recursos – no sólo económicos sino también temporales – que invertimos para encontrar opciones viables en el mercado y obtener datos relevantes sobre ellas. Esto puede incluir desde averiguar precios hasta evaluar la calidad del producto o servicio que nos interesa.
El segundo tipo son los costos de negociación y decisión. Estos surgen durante el proceso donde ambas partes tratan de llegar a un acuerdo aceptable. Aquí se cuenta el tiempo invertido en reuniones o conversaciones, redactar contratos o documentos legales e incluso tomar decisiones estratégicas basadas en proyecciones financieras.
Y ahora, los costos de redacción y formalización del contrato representan otro tipo relevante. La elaboración detallada del contrato para un acuerdo económico requiere tiempo y habilidad legal específica, dado que los términos deben ser claros para evitar confusiones futuras o malentendidos que lleven a litigios.
Siguiendo la lista nos topamos con los costos de supervisión y ejecución. Están relacionados con garantizar que todas las partes involucradas estén cumpliendo sus responsabilidades según lo acordado. Esto puede implicar contratar servicios adicionales como controles externos o hacer controles internos adicionales.
Finalmente pero no menos importante están los costos por incumplimiento del contrato o deshacerse del mismo. Desafortunadamente, no todos cumplen con las obligaciones contractuales establecidas y esta ruptura genera gastos sustanciales tanto legales como financieros.
Por tanto estos cinco tipos son centralmente considerados al hablar sobre coste de transacciones: Costo por búsqueda y obtención e información,costo por negociación y decisión,costo por redacción y formalización del contrato,costo por supervisión y cumplimiento,finalmente el costo surgido ante eventualidades e incumplimientos contractuales.
Entender cada uno ayuda enormemente a numerar más claramente todas las influencias potencialmente ocultas a simple vista cuando se lleva a cabo cualquier transacción financiera.
La relación entre los costos de transacción y el tamaño de las empresas
Las dinámicas económicas y empresariales que impulsan el crecimiento y la eficiencia de las empresas están intrínsecamente entrelazadas con los costos de transacción. En particular, estos costos pueden afectar a determinados aspectos, como el tamaño de la empresa, su estructura organizativa o su capacidad para aflorar en mercados competitivos.
Los costos de transacción se refieren a los gastos que se producen al realizar un intercambio económico. Estos pueden incluir tarifas legales, impuestos, tiempos invertidos en la negociación y cualquier cantidad gastada en asegurarse de que la otra parte cumpla con lo acordado. Cuanto mayores sean estos costes, más probable es que una empresa decida llevar a cabo la actividad por sí misma en lugar de externalizarla,este fenómeno es conocido como internalización.
En términos generales, vemos dos formas claras en las cuales los costos de transacción pueden influir sobre el tamaño óptimo de una empresa.
- Reducción del tamaño. Un aumento en los costos de transacción puede hacer que sea menos rentable contratar externamente servicios o adquirir bienes. Como resultado, las empresas podrían optar por disminuir su tamaño al centrarse solo en sus capacidades internas principales. Esto implicaría reducir su uso de proveedores externos y depender más del autoabastecimiento.
- Aumento del tamaño. Por otro lado, si los costes son muy altos cuando se trata de buscar o negociar con potenciales socios comerciales para adquirir un bien o servicio necesario, una firma puede decidir expandirse e incorporar este proceso internamente para minimizar dicha carga financiera. Este tipo nuevo nivel vertical integrador fomentará un aumento generalizado del tamaño corporativo.
Así pues, cada vez más empresas están prestando atención a sus estrategias organizativas basándose principalmente en comprender cómo optimizar sus gastos operativos y procesos productivos frente a lo elevado -o no- que puedan ser sus respectivos gastos por transaccionar fuera del alcance interno.
Aunque minimizar costes siempre será vital para cualquier negocio, esto no significa necesariamente mantenerse pequeño sino encontrar ese equilibrio entre eficiencia interna y economía externa.
La conclusión a considerar es indiscutible: entender cómo juegan los costes de transacción dentro nuestra organización nos permitirá tomar decisiones más acertadas sobre algunos aspectos fundamentales como el desarrollo corporativo enfocando tanto hacia dentro –la gestión propia-, como encaminando propiamente hacia fuera –el trato con terceras partes-.