El coste total, en términos económicos, se refiere a la suma de todos los gastos incurridos en la producción de bienes o servicios. Incluye costes fijos que no cambian con el nivel de producción (como alquiler o sueldos) y costes variables que sí varían con la cantidad producida (como materia prima o electricidad).
La economía y las finanzas tienen una rica variedad de términos y conceptos que componen su abundante paleta. Entre ellos, uno de los más vitales para cualquier empresa o individuo es el coste total: ese pilar que sostiene las bases del proceso productivo y que determina el monto final que se deberá abonar para poder obtener un bien o servicio. El cálculo del coste total no es tarea sencilla y precisa de un entendimiento completo de los dos elementos que lo conforman: los costes fijos, aquellos gastos constantes e inmutables independientemente del volumen de producción, como por ejemplo el pago del alquiler o los sueldos,y los costes variables, aquellos desembolsos que cambian consistentemente al ritmo en el cual se incrementa o disminuye nuestra producción como son la adquisición de materia prima o el consumo energético entre otros aspectos.
Al adentrarse en este artículo, descifraremos juntos la naturaleza de estos componentes a través del apartado «Elementos del costo total», donde examinaremos detalladamente cada partícipe en la formación del costo total. Posteriormente, ilustraremos cómo se agregan estos elementos mediante un «Ejemplo de coste total».
Acompáñanos en este recorrido informativo sobre uno de los conceptos más fundamentales pero a veces mal comprendidos en economía y finanzas: El Coste Total.
Elementos del coste total
Entender el coste total en cualquier empresa o negocio es fundamental para una eficiente gestión financiera. Este coste abarca todos los gastos necesarios para producir un bien o servicio y lo podemos desglosar en tres elementos principales: coste fijo, coste variable y coste semi-variable.
Para empezar, tenemos el coste fijo. Es aquel que no cambia independientemente de cuánto se produzca o venda. No varía con las fluctuaciones de la producción. Alquileres de locales, salarios fijos, seguros o amortizaciones son un claro ejemplo de este tipo de gasto. Incluso si no produce nada, estos gastos seguirán incurriendo.
El segundo elemento clave son los costes variables. Estos sí cambian dependiendo del nivel de producción. Mientras más se produzca o se venda, más se incrementará este costo. Elementos como materia prima, comisiones por ventas e insumos directamente relacionados con la producción están dentro de esta categoría.
Por último pero no menos importante, los sistemas productivos incorporan cada vez más los llamados costes semi-variables. Estos tienen una parte fija que echamos mano independientemente del volumen de la actividad generada y otra variable que se incrementa a medida que suba la producción. Suelen encarnar en aspectos como consumo energético (donde hay una cuota mínima y un valor proporcional al uso) o tarifas telefónicas (con un precio base más cargos adicionales por consumir más minutos).
Además, hay otro elemento a tener en cuenta: las economías y des-economías de escala. Cuando aumentamos nuestra producción puede suceder dos cosas,que nuestro coste total medio disminuya (economía de escala) debido a mejor utilización de recursos y mayor eficiencia,o al contrario puede incluso aumentar (des-economías) si nuestros procesos sufren saturación ante ese incremento.
En conclusión, sumando estos tres elementos -costes fijos, variables y semi-variables- obtenemos el coste total del producto o servicio que ofrece una entidad económica en su operativa normal incrementalmente ajustado por economías y des-economías derivadas del contexto productivo particular.
Tener claridad sobre estas tipologías del costo permite a empresarios o gestores tomar decisiones estratégicas respecto a las políticas comerciales para alterar sus volúmenes tanto a nivel unitario como global buscando así maximizar sus beneficios disponibles tras restar estos gastos al ingreso generado mediante ventas u otras actividades monetizables propias del negocio.
Ejemplo de coste total
Imagina que eres el propietario de un restaurante pequeño. Tu objetivo principal es no solo servir deliciosos platos a tus comensales, sino también gestionar tu negocio de manera eficiente para maximizar las ganancias. Para ello, es crucial que tengas una completa comprensión de los gastos asociados con tu negocio, o lo que en términos económicos se conoce como coste total.
El coste total en este contexto engloba todos los gastos asociados con la gestión y operación de tu restaurante. A continuación, desglosaremos esto en algunos ejemplos prácticos:
- El Costo de Materiales. Esto comprende todo lo que compras para preparar los platos en tu menú, desde carnes y verduras hasta especias y ingredientes secretos.
- El Costo del Trabajo. Aquí debes tener en cuenta no solo los salarios de tus empleados, sino también otras obligaciones laborales como el seguro social y las prestaciones laborales.
- Los Gastos Generales. Estos son costos inevitables que deben incurrirse con independencia del nivel de producción o ventas. Incluyen alquiler del local, pago de servicios como agua y luz, mantenimiento, impuestos comerciales específicos.
- La Depreciación. Donde tomas en cuenta cómo tus activos duraderos (como maquinaria, utensilios o la decoración) disminuyen en valor a medida que se utilizan y pasan el tiempo.
Si sumamos estos componentes obtendríamos un ejemplo genérico sobre cómo calcular el coste total:
Imagina que has gastado $3 000 al mes en alimentos e insumos para cocinar (Costo de Materiales). Pagas $5 000 al mes a tus empleados (Costo del Trabajo). Gastas otros $2 000 al mes entre alquiler, facturas de servicios básicos e impuestos (Gastos Generales). Y supongamos además estimaste una depreciación mensual del equipo gastronómico adquirido por valor aproximado a los $200.
Entonces nuestro costo total sería:
CT=Cm+Ct+Gg+D,
$10 200 = $3 000+$5 000+$2 000+$200.
Es posible que encuentres meses donde algunos costos sean fijos mientras otros fluctuarán dependiendo diferentes factores como la estacionalidad u ofertas puntuales por parte de proveedores,pero dominar esta ecuación te permitirá tomar decisiones estratégicas informadas.
En resumen, entender hacia dónde se dirige cada centavo te ayudará a identificar oportunidades para reducir gastos innecesarios sin sacrificar la calidad o eficiencia operativa,mejorar tú poder negociador frente a proveedores,estabilizar presupuestos futuros y analizar correctamente la rentabilidad esperada frente inversiones planteadas entre otras ventajas competitivas potenciales a obtenerse gracias al cálculo metodológico sobre el coste total.