«Cotizar en bolsa» se refiere al proceso por el cual una empresa ofrece sus acciones al público en general mediante su listado en una bolsa de valores. Esto implica el cumplimiento de ciertos requisitos regulatorios y financieros. Una vez listada, el precio de las acciones fluctúa según las fuerzas del mercado.
Adentrarse en el fascinante mundo de la bolsa implica descubrir un universo lleno de terminologías y conceptos clave. Pero, ¿qué significa «cotizar en bolsa»? La respuesta puede parecer complicada, pero en realidad es bastante simple: cuando hablamos de que una empresa cotiza en bolsa, nos referimos a que ha decidido abrir sus puertas al público y disponer sus acciones para ser adquiridas o vendidas libremente en el mercado regulado que constituye una bolsa de valores. Es como si la empresa se subasta a sí misma, permitiendo que cualquier inversor pueda hacerse con una parte de ella.
Este proceso requiere cumplir ciertas obligaciones y normativas financieras orientadas a salvaguardar tanto a la empresa como a los interesados en invertir. Una vez logrado el listado en la bolsa, cada acción representa un pedazo del pastel empresarial. Aquí viene otra parte emocionante: el precio de estas rebanadas no es fijo e inmutable,por el contrario, fluctúa influenciado por las fuerzas del mercado.
En los siguientes apartados vamos a profundizar sobre qué activos generalmente cotizan en bolsa y cómo funciona exactamente ese universo paralelo para una empresa que decide surcar esos rumbos bursátiles. ¡Vamos allá!
¿Qué activos cotizan en bolsa?
Para explorar el mundo de la bolsa, primero debemos entender qué todo se negocia en este vasto mercado financiero. Los activos o títulos que cotizan principalmente en bolsa abarcan una amplia gama de instrumentos financieros y suelen clasificarse en varias categorías.
Primero, están las acciones, quizás los activos más conocidos dentro de la comunidad inversora. Se trata de certificados que representan una fracción del capital social de una empresa. Al comprar acciones, estás adquiriendo esencialmente una pequeña porción o ‘acción’ de una empresa. Las acciones se dividen a menudo en dos subcategorías: ordinarias y preferentes. Si posees acciones ordinarias, tienes el derecho a votar en las asambleas generales de la empresa y también puedes recibir dividendos, dependiendo del rendimiento económico de la compañía. Sin embargo, si tienes acciones preferentes, tendrás prioridad para recibir los dividendos antes que los accionistas ordinarios.
En segundo lugar están los bonos. Estas son essentially IOUs emitidos por entidades como gobiernos o empresas como una forma de obtener financiación extra. Cuando compras un bono, efectivamente estás prestando dinero al emisor a cambio de pagos periódicos de intereses durante un periodo acordado y finalmente el reembolso del principal cuando vence el bono.
Las opciones son otro tipo común de activo que cotiza en bolsa. Permiten al comprador el derecho pero no la obligación a comprar o vender un activo subyacente -como por ejemplo una acción- a un precio especificado antes o en una fecha determinada.
Además tenemos los futuros financieros que son contratos resultantes del acuerdo entre dos partes para comprar o vender un activo en una fecha futura acordada con anterioridad y a un precio fijado desde un principio.
Los ETFs (Fondos cotizados) también cotizan en bolsa y son productos híbridos entre fondo inversión y acción ya que permiten diversificar nuestras inversiones como lo hacen los fondos pero tienen la ventaja añadida que pueden ser adquiridos y vendidos diariamente al igual que las acciones.
Es importante tener presente cada uno estos tipos ya sea para empezar tu camino como inversor o continuar expandiendo tus conocimientos financieros con miras a descubrir nuevas oportunidades para mejorar tus inversiones.
El mercado bursátil puede verse complicado pero tratándose cada pieza individualmente nos percatamos que su entendimiento puede estar al alcance siempre recordando mantenernos informados ante el constante cambio propio dicho mercado financiero.
Una empresa que cotiza en bolsa
Una empresa que cotiza en bolsa, también conocida como empresa de capital abierto, es aquella que ha emitido sus acciones al público a través de una Oferta Pública Inicial (OPI), permitiendo a los inversores comprar y vender dichas acciones en un mercado de valores. Estas empresas están sujetas a regulaciones exigentes y tienen la responsabilidad de revelar información financiera periódicamente para mantener la confianza del mercado.
Hacerlo implica someterse al escrutinio público regular, pero también puede proporcionar un número considerable de ventajas significativas. Vamos a detallar estas ventajas así como el proceso para que una empresa pueda cotizar en bolsa.
Las ventajas principales son las siguientes:
- **Acceso a capital:** Las empresas pueden utilizar los fondos recaudados en una OPI para invertir en el crecimiento del negocio, reducir la deuda o diversificar el riesgo.
- **Liquidez:** La cotización en bolsa permite a los inversores actuales vender sus acciones con más facilidad si necesitan recuperar su inversión.
- **Reconocimiento y prestigio:** La presencia pública puede mejorar la reputación de una empresa, lo cual puede beneficiar las relaciones con clientes y proveedores.
- **Atracción y retención de talento:** Las empresas públicas pueden ofrecer planes de compensación con acciones, lo cual les permite competir por talento clave de manera efectiva.
El proceso para que una empresa pueda cotizar en bolsa es complejo e implica varios pasos importantes:
- Primero, se requiere preparar documentos financieros exhaustivos para su revisión por parte del organismo regulador (como la SEC en EEUU).
- Segundo, se debe seleccionificar un banco o bancos para organizar la OPI y ayudar a comercializar las acciones al público.
- Tercero, se fija el precio inicial por acción basado en indicadores financieros y comparaciones con otras empresas similares ya cotizando.
- Finalmente, después del debut bursátil o “listing”, las acciones comienzan a ser negociadas libremente entre compradores y vendedores medianate plataformas electrónicas
Cabe destacar que aunque las ventajas son considerables, también hay costes asociados: complicados procesos regulatorios,altos costes legales,requerimientos frecuentes reportajes financieros,atención mediática potencialmente desfavorable,presión por lograr resultados financieros trimestrales.
La decisión final sobre si una empresa debe convertirse en pública no debe tomarse a la ligera. Las empresas deben considerar cuidadosamente sus objetivos estratégicos antes dar el paso hacia la posibilidad emocionante –y arriesgada– mundo de las compañías que cotizan en bolsa.