El cedente es una figura jurídica y económica que participa en una transacción de crédito refiriéndose a la entidad, persona o institución que transfiere sus derechos contractuales a un tercero, conocido como cesionario. En el lenguaje financiero, el cedente usualmente se refiere al originador de un activo financiero que lo vende a una tercera parte.
En el laberíntico mundo de las finanzas y la economía, cada día somos testigos de cómo se ejecutan incontables transacciones y acuerdos legales. No obstante, es bastante probable que muchos no estén familiarizados con ciertos términos y conceptos esenciales que sustentan estos procesos. Uno de estos conceptos es el de «cedente», un rol clave en las operaciones crediticias, cuyo entendimiento puede facilitar la comprensión del funcionamiento subyacente del sistema financiero.
El término ‘cedente’ puede resultar algo abstracto a primera vista, pero se trata simplemente de una persona o entidad que cede o transfiere sus derechos sobre algo a otra figura llamada «cesionario». Imaginemos que somos propietarios de un coche y decidimos venderlo. En ese caso, pasaríamos a ser los ‘cedentes’ puesto que estamos transfiriendo nuestros derechos sobre el automóvil al nuevo propietario (el cesionario). En los siguientes apartados abordaremos las características específicas del cedente en contexto financiero y económico así como ejemplos prácticos para facilitar su comprensión.
Características del cedente
El cedente es una figura apreciada y necesaria en el fascinante mundo de las finanzas. Al hacer referencia a este personaje dentro del ámbito económico, es indispensable que nos centrarnos en una serie de características que lo definen y que permiten buscar una mejor comprensión de su función.
En primer lugar, podríamos definir al cedente como la parte inicial en un acuerdo financiero donde los bienes o derechos son transferidos a otra entidad o individuo. Este título sugiere una posición activa en un trato financiero. En términos simples, es quien ‘cede’ aquello que se traspasa.
Una característica crucial del cedente es su capacidad legal para efectuar las transferencias mencionadas anteriormente. Debe tener plena autoridad sobre el bien o derecho que desea transmitir, poseyéndolo libre y claro y pudiendo deshacerse de él sin restricciones legales.
Además, el cedente tiene la responsabilidad inherente de garantizar la validez y veracidad de los títulos o derechos traspasados. Esto comprende la confirmación de su propio derecho a traspasarlos y asegurarse de que la transacción sea legítima.
En tercer lugar, siendo el participante inicial en cualquier proceso de cesión financiera o económica, el cedente no sólo debe ser consciente sino comprender en profundidad todas las implicancias legales tácitas al acto mismo de la cesión, así como cumplir con todas las regulaciones pertinentes.
Finalmente, pero no menos importante, está implícita en la definición del cedente el hecho irrefutable y perentorio: él iniciará el proceso por razones premeditadas o estratégicas para mejorar su posición financiera o economía. Podría ser para liberar capital atado a activos disponibles poco líquidos,podría ser para eliminar pasivos asociados con los derechos transferidos,podría tratarse simplemente reducir riesgos.
Así pues, comprendiendo estas características fundamentales del cedente podemos entender más ampliamente su papel crucial dentro del ámbito económico-financiero: Un intermediario activo e inteligente jugando sus cartas bajo regulaciones establecidas buscando mejorar su estado económico actual.
Ejemplos de cedente
Un cedente, como ya hemos explorado, es una entidad que transfiere sus derechos sobre un activo a otra entidad, conocida como cesionario. Ahora echaremos un vistazo más de cerca a varios ejemplos concretos de cedentes y situaciones en las que se materializan estas transferencias económicas.
Uno de los ejemplos más comunes es el de una venta tradicional. Un individuo o empresa (el cedente) vende un producto o servicio a otro individuo o empresa (el cesionario). El intercambio está dictado por un contrato específico que estipula qué derechos están siendo transferidos. Por ejemplo, si una persona vende su automóvil a alguien más, esa persona toma la posición del cedente y transfiere su derecho de propiedad al nuevo dueño.
En mayor escala, las empresas cotizadas en bolsa también pueden ser consideradas como cedentes. Cuando emiten acciones para el público inversor generan una transferencia económica desde la compañía hasta los compradores (cesionarios), quienes adquieren ciertos derechos sobre los activos y beneficios futuros de la corporación.
El ámbito de la banca también presenta numerosas situaciones relacionadas con el papel del cedente. Por ejemplo, cuando se otorga una hipoteca o préstamo personal: el banco sería el cedente. Puesto que concede al prestatario (cesionario) ciertos recursos financieros bajo condiciones específicas prestablecidas en un contrato.
Además, tenemos también la figura del factoring. Este proceso significa que una empresa vende sus facturas pendientes de cobro (derecho al cobro) a una entidad financiera (el factor). Aquí entra en juega otra vez la figura del cedente -la empresa- transfiriendo los derechos crediticios sobre esas facturas al factor.
Por último destacar uno menos común pero igualmente relevante: adquisiciones y fusiones empresariales. Si A compra B, todos los activos y pasivos del segundo pasan a formar parte del primero,B actúa como cedente y A asume el papel de cesionario.
Como hemos visto durante nuestro recorrido por estos ejemplos tan variados, independiente de su tamaño o nivel operativo dentro de economía global,entre particulares hasta estrategias corporativas globales,sea algo tan pequeño como nuestro coche o lo coloso que puede llegar alcanzar hoy día las grandes negociaciones corporativa internacionales: La figura del «cedente» se erige siempre como protagonista durante ese interesante fenómeno económico en donde se configura un cambio formal en relación con los derechos asociados hacia unos determinados bienes entre dos partes diferentes.